Proyecto Patrimonio - 2013 | index | Rodolfo Alonso | 
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        CON LUIS CERNUDA AÚN, A 50 AÑOS DE  SU MUERTE 
           
          Por Rodolfo  Alonso 
          Poeta, traductor y ensayista argentino 
           
        
  
         
        
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        En  la tómbola incierta de las conmemoraciones, parece haberle tocado ahora –inesperadamente--  al más secreto y hondo de los poetas andaluces. Siempre discreto y reservado,  siempre fino y distante, Luis Cernuda (1902-1963) supo combatir por la República y pagar con su exilio interminable en el México  fiel, donde encontró la tumba, un 5 de noviembre de hace medio siglo.  Estruendosamente silenciado entre sus compatriotas, nunca dejó de responder con  altivo desdén y finísima ironía al ninguneo absoluto con el que fue afligido. 
           
          Quizá por eso, dedicó uno de sus poemas memorables  (“con unas violetas”) al más ácido y mordaz crítico de la sociedad española, el  agudo cronista Mariano José de Larra. Ese mismo texto que comienza, tan  bellamente, con una de las líneas indelebles del poeta Cernuda: “Leves,  mojadas, melodiosas.” 
           
          Cuando aún arreciaba sobre él aquel feroz silencio,  el 27 de octubre de 1968, se me escribió este poema, incluido más tarde al comenzar  mi libro ”Señora Vida”, de 1979, y que hoy me gustaría volver a dedicarle, en  estas nuevas circunstancias. 
          
          
        
          
            CON  CERNUDA 
            ¿Por qué tú, tan distinto 
              de mí, esta noche 
              cualquiera me pareces 
              casi un pariente? 
              ¿Por qué si diferentes 
              somos en carne y nervio 
              y letra, y sólo algo lejano 
              que tiene que ver con un país 
              disuelto en sangre y niebla 
              quizá acaso nos una? 
              ¿O serán las palabras 
              estas, cargadas 
              de sentido, de instinto, 
              de amor por la belleza, 
              el orden de lo vivo, 
              la gracia elemental? 
              Y ahora recién 
              me vuelves, Luis, 
              cuando quizá 
              es tarde ya para decírtelo. 
              Pero no a otros. 
              
            (Buenos  Aires, 27-10-1968) 
           
         
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