AY, CHILE
              Me duele el corazón
                pero me duelen
                también el hígado, las manos, los riñones,
                y también los testículos
                y el alma.
              Ay Chile, ay amor mío.
              Los pequeños mendigos
                de mi patria
                que duermen en los subtes
                no me han visto llorar.
              (Buenos Aires,  19-9-1973)
               
               
               
              AQUEL ALLENDE
              Como  un endecasílabo curioso
                Avanzará  la tarde a manos llenas
                Y  se abrirán las grandes alamedas
                En  nuestro desolado corazón
              Estallarán  en luces los opuestos
                Y  no se negarán contradicciones
                Habrá  ricos de amor cuando lo quieran
                Y  se abrirán las grandes alamedas
              Al  fin restañará su aura el obrero
                Soldándonos  de a uno uno a uno
                Y  no toda la luz será de sombra
              Y  se abrirán las grandes alamedas
                Hacia  lo que nos queda por hacer
                Hacia  lo que nos queda por vivir
              (Buenos Aires,  17-2-2002)
               
               
              * Poeta, traductor y ensayista argentino.