BOLAÑO
Y EL CHILE PORNO DE LOS 80
Por Patricia
Espinosa
Rocinante, Año
VIII, Nº 75, Enero 2005
Artesanal, corcheteada, con tipografía mecánica y en
la contratapa la imagen de Rimbaud en cuya cabeza se cuelan un par
de nubes y
el roce de una pluma, aparece la revista de poesía Berthe
Trépat. El sello: "Rimbaud, vuelve a casa, Press".
En el interior, las direcciones de los creadores a quienes dirigir
toda correspondencia: "R. Bolaño, Apartado de Correos
364, Girona, España. B. Montané, c/ Allada 4, 4ª
Barcelona 3, España". Es en este segundo ejemplar de Berthe
Trépat (1983) donde aparece "Iceberg",
poema de Roberto Bolaño datado en Barcelona-1981. "Iceberg",
es un texto en el que se acusa recibo de Chile como lugar del horror,
y donde la problemática del exilio es abordada desde un punto
de vista metafísico/porno y muy, muy cinéfilo. Bolaño
como poeta, expone una perspectiva pegada a lo cinematográfico,
sin descuidar jamás la dramaticidad de los sucesos descritos
desde un tiempo desligado de la linealidad. Su escritura puede catalogarse
como poesía de la descomposición. Uso este término,
en una triple connotación: descomposición de un supuesto
orden del mundo como la sucesividad lineal de acontecimientos, descomposición
del mundo político y, finalmente, la descomposición
de un sujeto, mediante la inserción de la discontinuidad.
La situación inicial es esta: mujer tendida en una cama y la
posterior irrupción de un hombre que la penetrará se
presentan en un movimiento secuencial falso. La mujer, el hombre,
los sucesos están siempre en proceso de devenir; por lo tanto,
jamás podríamos "ordenar" o serializar sus
acciones en un antes y un después "lógico".
La norma es desnarrativizar todo aquello que es convocado: ella, él,
Chile, el pene, una historia. Aberraciones de lo real cuyos movimientos
siempre resultan adheridos al horror de la memoria. Una memoria macabra,
en tanto depende única y exclusivamente de la discontinuidad.
Primer fragmento del poema: en un estilo que recuerda el poemario
Tres, una voz en primera persona se aproxima a una muchacha,
la pelirroja, la perdedora que debe conocer la muerte. Luego aparece
la mención a Chile, el país tocado por la luna, y un
personaje masculino que entra en la habitación de la muchacha,
con el slip "abultado por la luna". La luna unifica país
con genitales masculinos, a ambos toca. La muchacha, "conoce
a los perdedores"; ella es, inevitablemente, una perdedora que
puede reconocer la llegada de la muerte: "el momento Chile".
Porno/mirada, porno/poesía, porno/metafísica (rastreable
también en Llamadas telefónicas y Putas asesinas).
La falta de pudor en las imágenes opera a partir de la reiteración
de la violencia implícita en el relato porno que ya conocemos.
Bolaño asume el género y a la vez lo subvierte, exponiendo
la violencia de los cuerpos y también su fragilidad. La pareja
así, ejecuta dos relatos: el literal y el secreto. Nos enfrentamos
de tal modo a una paradoja: por un lado el porno que todo lo expone
y, por el otro, el porno que contiene un secreto. Cuerpo porno, historia
porno, deseo porno como lugar de gozo pero también de ultraje.
Y es, precisamente, el ultraje aquello disimulado por el texto lírico
en su parpadeante adopción de una belleza porno áspera
y una belleza del secreto calida, dolorosa y terrorífica. Es
el deseo lo que Bolaño convoca, el deseo que pretende deconstruir
el sitio del dolor mediante un juego masoquista en el cual la pelirroja:
"compone/su Chile erecto tocado por la luna que la sujeta/ Mientras
se viene grita se estremece idea fija/ otra vez indecible/como cuerpo
ensartado que compone transpiración/como velo". El pene
opera como "punctum", un aguijón que punza y que
interviene en su cuerpo y en nuestra mirada aquietada por la saturación
de la imagen porno. Porque Chile y el pene son en un mismo gesto que
termina por regresar a la materialidad de la derrota, al lugar donde
impera lo indecible. Ella es ahora un cuerpo ensartado por un pene,
solo capaz de generar excrecencias. En un trueque de temporalidades,
la aparición del pene viene después de la penetración:
"Las manos bajan el calzoncillo y aparece Chile su/ horror".
Es entonces el momento en que surge la hiperrealidad: pene= Chile=
su horror. Signos de la hiperrealidad que acosa en lo más material
de lo material. Texto político que no trata de escabullirse,
si no por el contrario patentizarse pornográficamente: es el
cuerpo de Chile devastado por el golpe militar, un cuerpo horrorizado
al que Bolaño accede mediante la hiperfocalización en
la carne, en el hilillo de semen, en el ojo anal marrón de
feca y el trastorno total del lenguaje y del tiempo.
Segundo fragmento del poema: emerge ahora la santidad, con la potencia
de una idea fija: "indecible/ el hilo espeso es una/ luz propia".
Hablo de santidad porque el encuentro de los cuerpos ha adquirido
una connotación similar a la de un acto sacrificial en honor
a los dioses. Un rito donde se reconoce la clausura del lenguaje apegada
a la excrescencia que emerge con "luz propia". Tras la penetración,
queda el derrame, la huella posterior a la hecatombe que cubre al
país detenido en su coloratura: "Su Chile su arcoiris
inmóvil como pulmón de tiempos/ verbales oscuros/ [...]
El momento Chile el momento erecto de su pelirroja/ y de su soledad".
Son los tiempos de la palabra oscurecida ("el arcoiris inmóvil"
¿prefiguración del slogan usado por la campaña
que nos hizo creer "Chile, la alegría ya vieeene"
durante los 90?) donde aun es posible que emerja lo ondulante, discontinuo:
"Como una alambrada la idea horizontal ha permitido/ un eje ondulante
Chile tal como los tiempos verbales oscuros". Chile es el pene/horror/alambrada/idea
horizontal -la rigidez- pero también es posible la ondulación,
el pliegue del "lugar ensangrentado".
"Iceberg" es un poema que presencializa el quiebre vivido
en Chile en los tiempos oscuros del golpe militar pero también
la exposición de la imposible escapada de aquel horror. Bolaño
instala la crítica a los excesos del horror mediante el cruce
de lo político con el registro del porno. Chile es el horror,
leemos a través de la vasta obra de Bolaño. Un horror
al cual solo se puede responder mediante la materialidad del sexo
y la literatura.
Agradezco la generosidad de Andrés Braithwaite quien me dio
este poema.
Patricia Espinosa
ICEBERG
Roberto Bolaño
I
Mi idea de la perdedora que la muchacha conozca a la muerte
pierna fuera de las sábanas como su Chile tocado por la
luna
Camino astado de conocimiento la puerta se abre
y el tipo sonríe como imbécil su slip abultado por
la luna
Como Dios conoce a los perdedores ella ha reconocido
la llegada de la muerte el momento Chile su instante de soledad
Su pelirroja su solidaridad un Chile debajo del toque lunar
un momento puro el encuentro de la desnudez y su soledad
Cuerpo tirado sobre las sábanas mi idea de la perdedora:
por entre las nalgas baja un hilillo de semen comoluz propia
Su pelirroja grita en tiempos verbales pasados y ella se viene
a través de la idea dedo que en el culo toca la estalactita
Poética por ascensión pelirroja por ascensión
un delta visual que compone
su Chile erecto tocado por la luna que la sujeta
Mientras se viene grita se estremece idea fija otra vez indecible
como cuerpo ensartado que compone transpiración como velo
Las manos bajan el calzoncillo y aparece Chile su horror
su grito blanco como el calzoncillo tocado por la luna
Su ojo azul se voltea y ofrece la grupa un hilillo de semen
como luz alba enferma que cubre la raya rosada y el ojo marrón
Del culo el ojo oscuro cubierto de leche como alba su razón
tocada por la leche como cinta franja línea que aún
grita
Sus propios tiempos verbales caóticos para componer la
figura
De su pelirroja ensartada que se viene hasta la estalactita
II
Idea fija otra vez indecible el hilo espeso es una luz propia
Su Chile su arcoiris inmóvil como pulmón de tiempos
verbales oscuros
Tocada por la luna su venida su sujección de un eje ondulante
El momento Chile el momento erecto de su pelirroja y de su soledad
Camino astado su idea acoge a la perdedora a través de
un eje ondulante
Pelirroja por ascensión la espalda las caderas rasguñadas
sujeta a soledad
Como una alambrada la idea horizontal ha permitido un eje ondulante
Tocada por la luna su momento Chile que la penetra como pulmón
Reconociendo la fuga la inmóvil que dice toca el cualquier
lugar ensangrentado
Barcelona, 1981.