PUBLICAN
"ENTRE PARÉNTESIS", EL ÚLTIMO LIBRO DE ROBERTO
BOLAÑO
PURO FILETE
por Roberto
Brodsky
La Nación,
20 de junio de 2004
Ensayos, artículos
y entrevistas conforman el nuevo volumen póstumo del escritor
fallecido hace menos de un año en Barcelona, cuyo autorretrato
múltiple y fragmentario se cuela como personaje central del
texto. Un regalo para los lectores de un autor que se ha vuelto
fundamental en las letras hispanoamericanas.
Me atrevo a apostar que en Chile el libro del año será
éste: Entre paréntesis (Anagrama 2004) del escritor
Roberto Bolaño, fallecido en julio del 2003 a la temprana
edad de cincuenta años, y que tras ser publicado en Barcelona
llegará a las librerías nacionales en las próximas
semanas. Claro, Bolaño
a estas alturas es una sandía calada y la expectativa por su
nueva entrega póstuma (la primera fue El gaucho insufrible,
Anagrama 2003) tiene un añadido morboso: la ausencia del escritor,
y con ello, el carácter testamentario que adquiere esta selección
de ensayos, artículos y discursos publicados entre 1998 y 2003.
Con una muy cuidada selección y edición a cargo del
crítico español Ignacio Echevarría, el libro
se presenta como una bitácora de las lecturas, los entusiasmos,
las filias y las fobias de un autor apurado por la muerte y el imperativo
de dejar concluida su obra mayor, la monumental novela 2666,
que la misma Anagrama publicará en los próximos meses.
Se trata, al decir del propio Echevarría en el prólogo
a Entre paréntesis, de un volumen cartográfico
de Bolaño, “lo que más se acerca, entre todo cuanto
escribió, a una especie de ‘autobiografía’ fragmentada”,
lo que no es poco decir para un autor que desconfiaba profundamente
de los libros de memorias como un género insincero por definición.
Emparentado más bien con otros textos de autobiografía
disfrazada, como El arte de la fuga, de Sergio Pitol, y Formas
breves, de Ricardo Piglia, para Echevarría la escritura
confesional de Bolaño opera como crítica de textos y
autores y situaciones vividas o leídas –en Bolaño estos
planos se funden inevitablemente en uno solo y se expanden en múltiples
direcciones a la vez-, situación que bastaría para justificar
“el papel orientador que este libro (Entre paréntesis) está
llamado a tener en la adecuada recepción de Roberto Bolaño
como autor cuya influencia en los rumbos de la narrativa hispánica
no ha hecho más que empezar”.
El héroe
incorregible
Eso en cuanto al canon y la posición que Entre paréntesis viene a ocupar. Pero como a los lectores los tiene sin cuidado el
canon, y más bien quieren pasar un buen rato con un libro entre
las manos, queda por agregar que con el actual no se van a decepcionar.
Un puro sentimiento de alegría, ataviado de lucidez y humor
desopilante, es el que trasmite este Bolaño incorregible, refinado,
con discursos plagados de bromas severas, artículos de circunstancia
y ninguna pompa, con verdaderos clásicos como las columnas
periodísticas “La literatura chilena” y “Javier Aspurúa
en su propio funeral”, o los ensayos críticos “Derivas de la
pesada” y “Sevilla me mata”, o pequeñas bombas de tiempo como
la célebre crónica del viaje a Chile publicada en la
revista Ajo Blanco, y que desatara las furias del Parnaso local.
Un libro feroz, también, porque Bolaño -y esto hay que
decirlo- es un escritor de otra raza (y no fue, como algunos se apresuran
a conjugar), descendiente de una estirpe de melancólicos irresponsables
casi extinta hoy en día, y cuyo adn literario vincula sus afanes
con tomaduras de pelo a lo Gombrowicz o a los juegos de Perec, más
que con los actuales negocios de colocación publicitaria. De
allí también que, al revisar el volumen, salte a la
vista el patetismo de ciertos ajustes de cuenta tipo “Bolaño
y yo” o “mis relaciones con Bolaño” al que se han entregado
escritores chilenos y extranjeros desde la muerte de este autor (véase,
al respecto, desde la nota necrológica y autoafirmativa de
Carlos Franz hace un año hasta el airado texto de Jorge Volpi
enviado a Leer y publicado al final de esta sección).
No es que esté mal asimilar la importancia de un autor, pero
al tenor del vastísimo universo de lecturas e inteligencia
asociada que hacen al retrato de Bolaño en Entre paréntesis,
uno tiende a pensar en la poca calificada sombra del oportunismo literario,
cuando no del oportunismo a secas, para referir tamaña admiración.
Sucede siempre con los héroes que todo el mundo se los pelea
una vez muertos. Y Bolaño fue un héroe. ¿Qué
es un héroe en la literatura? El español Javier Cercas
escribió una novela súperventas con este tema, haciendo
de Bolaño el héroe de Soldados de Salamina. El
volumen Entre paréntesis, sin embargo, entrega otra
respuesta menos ficcionada: un héroe es alguien que deja el
palco y baja a la arena para morir. Suena melodramático, pero
las fechas de estos ensayos, artículos y discursos justifican
la ampulosidad: desde 1998 al 2003, es decir cuando ya Bolaño
sabía que la enfermedad le tomaba el hígado, según
confiesa en la última entrevista, realizada por Mónica
Maristain para Play Boy e incluida en el libro. Era su única
garantía, si así se le puede llamar, y Bolaño
abandonó la tienda y entró a la guerra como un escritor
secreto. Había publicado ya tres libros de narrativa sin mayor
relumbre público, y en un brevísimo período -el
que va desde 1996 al 2003- separó las aguas de sus contemporáneos
y marcó un camino para los más jóvenes. Qué
más se puede pedir a los dioses antes de partir.
Un héroe nunca es justo, a veces incluso es terriblemente
arbitrario, burlón, conflictivo, panfletario como la muerte
que se le pegó. En el héroe no hay otra unidad que la
dictada por el prematuro final que sólo él conoce y
reserva en su relación con los demás. Lo que aquí
es alabanza allá puede ser perplejidad o rechazo. Todo es cortocircuito,
iluminaciones, puntos de convergencia y estallidos de risa por lo
insufrible de la situación: estar con un pie en la tumba y
al mismo tiempo ser vitoreado por la nueva generación. Es la
guerra que es la literatura, y Entre paréntesis nos
la muestra con su héroe sosteniendo la bandera al tope de un
modo ejemplar, como lo quería su autor.
*** *** ***
Entre paréntesis
Roberto Bolaño
Anagrama, 2004.
384 páginas
Resumen:
El centenar de piezas reunidas por el crítico Ignacio Echevarría
en este volumen configura algo así como una «cartografía
personal» de Roberto Bolaño y lo que más se acerca
a una especie de «autobiografía» fragmentada. Todas
las piezas fueron escritas por el autor entre 1998 y 2003, en el periodo
que va de la publicación de los Detectives salvajes hasta su
muerte. Junto a la mayor parte de las columnas, artículos y
reseñas que Roberto Bolaño publicó en la prensa
de España y de Latinoamérica, se recogen aquí
algunos prólogos y otros escritos dispersos, así como
los textos de algunos discursos o conferencias. Este volumen, que
tiene mucho de dietario en el que su autor anota lecturas, recuerdos,
conversaciones y anécdotas de todo tipo, se engarza naturalmente
con sus últimos volúmenes de relatos y no deja de incluir
pasajes netamente narrativos, junto a otros de carácter más
ensayístico, o autobiográfico, o crítico, cuando
no abiertamente polémico y visceral, en todo momento humorístico.