Literatura, muerte y desapariciones «Putas asesinas», Roberto Bolaño. Editorial Anagrama, Barcelona 2001, 225 págs. Por Juan Andrés Piña
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 3 de noviembre de 2001
Desde la aparición en 1996 de La literatura nazi en América y Estrella distante el escritor chileno Roberto Bolaño (1953) no ha cesado de publicar a ritmo vertiginoso: un volumen de relatos, otras cuatro novelas y dos libros de poesía. La aparición de su polifónica novela Los detectives salvajes, en 1998, lo consagró definitivamente en el panorama de la literatura de habla hispana. En sus 600 páginas, Bolaño expandió todos los temas y obsesiones que había desarrollado en sus libros anteriores, convirtiéndose en uno de los textos imprescindibles de la década.
Una de sus claves: la historia de algunos países del continente está atravesada necesariamente por la literatura y los escritores, y las formas de pensamiento político, el planteamiento de ideales revolucionarios o la violencia física e ideológica no están lejanos a la ficción narrativa y a sus protagonistas. Aquí, la incansable búsqueda de una mítica escritora mexicana por parte de los protagonistas sirve para revisar algo del pasado americano, plagado de muertes, desapariciones, locura y desesperación. De igual manera, novela, cuento y poesía se emparentan con el horror y el dolor, saliéndole al paso a la idea de que su área de influencia se remite básicamente a un universo de ensueños más o menos intangible. El título de La literatura nazi en América refleja esto: un choque entre la palabra que denomina a la escritura y esa otra vinculada al Holocausto y la guerra.
Putas asesinas(pdf) continúa con aquella impronta, aunque sin alcanzar el nivel de
su novela mayor. Se trata de trece relatos breves que también, y desde diversas ópticas, enfoca estas misteriosas relaciones de la literatura con la historia, personal o colectiva. En «Últimos atardeceres en la tierra», por
ejemplo, un muchacho acompaña a su padre en un viaje turístico entre Ciudad de México y Acapulco. En su aburrido y desolador peregrinaje —donde predomina la atmósfera por sobre la peripecia—, el joven va paulatinamente descubriendo la vida de ciertos poetas surrealistas franceses, gracias a un libro que contiene textos y fotografías de sus autores. El desdichado final de uno de estos escritores prefigura la desgracia que se abatirá sobre la pareja familiar, lejano a cualquier heroísmo romántico. En «Gómez Palacio», el protagonista va a trabajar en un taller literario lejos de la capital mexicana,
donde predominan la aridez paisajística y la desolación humana, en este caso encarnadas en una trastornada profesora universitaria. Y a propósito de Neruda y de Enrique Lihn, otros dos cuentos se desplazan por el terreno de la ironía, el homenaje y el repaso a una zona de la poesía chilena de las últimas décadas.
También otras formas del arte se conectan con las aventuras de los personajes de Putas asesinas y en ellas los destellos de espanto no son escasos. En «El Ojo
Silva», un fotógrafo chileno exiliado sufre una experiencia sobrecogedora en un barrio de prostíbulos de la India, que determina su retiro humano y profesional, "el destino de los latinoamericanos nacidos en la década de los 50", y en «Prefiguración de Lalo Cura» el tema es el cine porno latinoamericano, sus miserias y resplandores. Aunque disparejamente, todos los cuentos de este nuevo libro de Bolaño amplían su original narrativa anterior y ayudan, incluso, a releerla con otra mirada.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Literatura, muerte y desapariciones
«Putas asesinas», Roberto Bolaño.
Editorial Anagrama, Barcelona 2001, 225 págs.
Por Juan Andrés Piña
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 3 de noviembre de 2001