A
quienes ahuyentaron el frío misterio
A los pajarillos libertarios
A
los que nunca renunciaron a nada
Guernica
rostros perforados
con fuego en los ojos
de piscinas y de cuerpos
inmersiones
metrallas en las ropas
uñas desencajadas
más
paredes de cemento
genitales
cruces
velas llamaradas
encendidas
avenidas
maderas astilladas
las lanas
las mangas
los lentes quebrados
tantas bocas rasgadas
Gritos perdidos en la Historia
Puntos de fuga
infinitos
Ojos como cristales
congregando visiones de espejos y más
espejos
La extensión de un eriazo pulverizado
Crecer en un país
en blanco y negro.
Puntos
cardinales
Las fronteras de Siberia se reducen sólo a dos:
La ruta de la revolución.
La ruta de la perdición.
Materia
de estudio para entender la entropía futura.
Botellas
Canchas
Arcos
Pastizales
Fuego.
Vidas explosivas
Suicidios ejemplares
que aún no dejan de ocurrir.
El día que murió
Maroto
Sus funerales se desarrollaron en el más completo silencio.
Un respeto ganado,
donde la voz de los sin voz agradecería,
en
lo breve de su despedida,
el tiempo, el coraje y su valentía.
¿Tuvo que esperar ese momento para ser presentado
otra vez en el altar?
Fue en la gótica iglesia de Recoleta
un día soleado
de un
julio sin heladas ni espinas.
¿Hace cuántos años que
no pisábamos una iglesia?
¿Cuántas muertes nos terminarán
llevando a esas baldosas
del tamaño de nuestras culpas?
Mientras
sigan muriendo
hombres que creíamos inmortales.
Expresión
matadero
Desfilan hacia el círculo de balas
hojas de navajas
cual guillotina en pendiente
esperando asomen sus cabezas
Ávidos
de apacentar
Sin saber se desplazan
de un túnel /a otro túnel/
a otro túnel
Aún más profundo:
Expresión
matadero
Ante brillo de muerte.
Cascos de niños
rojos
Juegan dentro de un ojo enfermo
Que no mira
Que no ve
Donde hace siglos la vista se ha extraviado.
Telas
Recodos de una tristeza irremediable
Enquistada en las telas
de corazón
de hielo.
Alientos de haikus
1
Flores secas sobre la estepa.
Árboles de fuego cubren las cabezas
de quienes estudian para cambiar el mundo.
Es el otoño sobre Occidente.
2
Una delgada capa de polvo amarillo,
arrastrado desde los poemas
de Tu Fu,
sepulta con olvido
el rostro de quienes sucumbieron en este
mismo intento.
3
No hay pájaros que aguanten escuchar
las estridentes sirenas policiales.
Los días en Siberia son lánguidos
desesperados
manos astilladas y perdidas en un cuadro de Guayasamín.
Tiempo
en la botella
Ahora ya nadie empeñará nada.
Rolando
cerró el negocio.
Se descubrió que calculadoras
relojes
libros
cassettes
personal stereo
carnet y pases escolares
eran
dejados en prenda
sólo por algunos minutos más de celebración.
La fiesta de los abrazos.
Costos posibles de nuestra revolución.
Instalaciones
bárbaras
Viaje infernal por el misterio
Habla memoria
Habla memoria
Habla memoria
y dime qué tan equivocado estoy
de forzar esta boca desdentada del olvido.
De volver a pasar por el corazón
los aullidos primitivos
de amigos
amantes
compañeros perdidos
sepultados
desaparecidos en la nieve.
Todos los que sé
- no
te atrevas a decir otra cosa puta del tiempo -
volverían a caminar
descalzos por estas llanuras.
Libros
pozos
instalaciones bárbaras
colgando de los días
pantanos
tarjetas de créditos
imposibles
de costear si no es con la propia vida.
Una misión
. .. .. .. .. .. .. .. ... .. . ... .. .. .. .. . .. .. .
A Pedro Ciudad P.
Estoy
en la calle Las Torres
estoy pedaleando por atajos hacia avenida San Pablo
estoy a la espera de un camión repartidor
estoy de pie en una esquina
junto a mi bicicleta pistera
estoy buscando un teléfono público
en buen estado
estoy recordando la contraseña de mi contacto
estoy
hablando con la única moneda que me queda
estoy escuchando nuevas instrucciones
desde el Comité
estoy tomando una decisión individual
estoy
corriendo a interceptar un camión frigorífico
estoy dándole
alcance a sus puertas batientes
estoy abriendo mi mochila
estoy sacando
un fusil automático
estoy apuntando al conductor
estoy frente a
frente de mi objetivo.
Luego estoy otra vez en mi casa
he venido pensando
hace unos años en escribir poemas
que hablen de la Resistencia
Sin imaginar todavía
que después de la Dictadura todo será
lo mismo
o peor tal vez
mientras veo La Tierra en que Vivimos en
el Canal 7
donde aparece una loica posada sobre la baranda de un puente
que cruza el río Tinguiririca.
Era la Revolución del Hambre.
Siempre cuando me acuerdo de esos pajaritos de pecho rojo
no puedo dejar de
pensar en ese día:
Los compañeros apostados en la calle
las balas
gente con carne en sus manos
niños riendo nerviosos
las pesquisas
el allanamiento
el cerco
la refriega
la delación
los careos
los fierros gastados de mi catre
una celda.
Antología
de poesía política entre rejas (1988-1990)
Era la Revolución
del Hambre.
Epitafio
Sueño
de nieve cristalizada
sobre cuerpos
aún con vida.