Dónde dejar tanto ruido (Álbum del Universo Bakterial/AUB, 2023), la nueva obra de Roxana Crisólogo propone un recorrido entre opuestos: de un Norte “frío y hostil”, marcado por el distanciamiento y la parquedad de la voz y el pensamiento, a un Sur vasto y ruidoso, que propicia una inmersión sensorial y afectiva para entrelazar actualidad y memoria, humanidad y naturaleza. Allá, una poética que, al señalar el orden y la contención emocional, quiere evidenciar el ruinoso metabolismo de ciudades en declive y los intercambios desiguales entre especies. Aquí, la recuperación de la poesía en tensión con el lenguaje de la fórmula, en busca de aquella que pueda contener las frustraciones vitales, las quimeras del patriotismo y del progreso económico o la explosión de la violencia política que persiste, señala el texto elaborado por AUB. Al respecto Lima en Escena habló con la autora.
—Roxana, si bien charlaremos sobre algunos puntos específicos del corpus de tu nueva obra, empecemos precisamente por el ruido, por los ruidos, por tus ruidos… —Desde siempre el ruido ha constituido la materia prima para hacer poesía. Encuentro poesía en las voces de las multitudes que van y vienen por el mundo. Crecí rodeada de mucho ruido humano, animal, ruidos aparentemente insignificantes de cosas que no se sabe que los producen, ruido que contamina, ruido que a veces era peor que el silencio. Créanme el silencio también produce mucho ruido. El ruido actual, predominante es el de la guerra, es el ruido que contemplo en la televisión y me interesa atravesar y sentir. Nos persigue hasta dejarnos sordos. En este libro no me refiero directamente a esos ruidos sino al que se genera en el subsuelo, a ese ruido que no se sabe de dónde sale, al ruido de la tierra, que es un testigo silencioso de su tiempo. De ahí tomé los insumos para hacer poesía con «las hermosas palabras de la dictadura de las palabras». Ruidos de personajes y escenas de mis recuerdos que se quedaron hablando en mi cabeza, y que traigo al presente para que se escuchen porque solo se han estado mirando unos a otros y que abandono en el futuro para que hagan aun más ruido.
—El poema con el cual abre el libro va más allá del recuerdo filial, de los sueños sobre una vieja amiga. Hablas sobre coyunturas determinadas… —El libro se abre con una especie de crónica poética de los lejanos ochentas recapitulando los momentos en que se produce un cambio de utopía y se instala la del neoliberalismo enarbolando la bandera del progreso con tecnología. Un rechazo a la propia esencia expresada en identidad en territorio en derechos que en nombre de ese progreso iban a ser pisoteados. Progreso con depredación y explotación. A lo largo del libro los personajes que aparecen solo serán un pretexto para ir mucho más al fondo hasta tocar lo que duele y aqueja. Los textos que se remiten al paisaje no hablan de la naturaleza como ornamento, son más bien una desesperada búsqueda de palabras para expresar la crisis de palabras, la ausencia de palabras que hablen de la crisis climática, de la depredación. El presente exige nuevos tonos, nuevas palabras para hablar de los árboles y los seres vivos.
—La Suzuki surgió en un período en el cual se romantizó a Alan García y Alberto Fujimori en sus primeros gobiernos. —En los ochentas empieza la democracia y a su vez empiezan a desmoronarse los ideales que perseguimos con la búsqueda de la democracia. Las que terminamos el colegio llenas de ilusiones atravesando los gobiernos de Belaúnde y luego el de Alan García llegamos al inicio de fujimorismo exhaustas, ávidas de un proyecto político con fórmulas que nos saquen del atraso, de la pobreza y nos libren de la violencia política que ya había llegado a Lima. El personaje de Sonia Suzuki encarna la fascinación por el mensaje: el progreso se conquista con tecnología y trabajo. La modernidad concebida como depredación de recursos y medio ambiente se presentaba como la llave que nos sacaría del atraso y la pobreza. La amiga que se aferra a su identidad, que se resiste a la mano dura, recibe la mirada despectiva de la que se fue a estudiar ingeniería. Ambas amigas finalmente toman caminos divergentes e irreconciliables.
—Es interesante ese paneo de hechos acaecidos en nuestro país a partir de tu escritura. El del docente de las aulas universitarias públicas ochenteras, es un ejemplo. —Trabajé el recuerdo que me dejó un profesor universitario de mi época de estudiante de Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Quise construir una metáfora del fracaso de las izquierdas en el Perú hablando de quien fue el profesor que nos perseguía para que rindiéramos controles de lectura de las viejas fotocopias de viejos libros que nos obligaba a leer. En aquella época ya me preguntaba si leer eso me iba a servir para desentrañar los problemas del Perú o si finalmente íbamos a aprender cómo hacer la revolución. Pero éramos jóvenes y teníamos muchas utopías aun vivas y militábamos en los comités de bases de los Conos de donde veníamos, y en el fondo sabíamos que esas fotocopias no nos iban a servir para nada porque la realidad era mucho más compleja que lo que se decía en las fotocopias, palabras que se repetían como el Rosario, así que huíamos del profesor y buscábamos el saber en las calles. Fui de esa generación que marchó, se solidarizó con cuanta masacre y crímenes de Estado se cometían impunemente en el Perú. Sin embargo, nada de eso fue suficiente, la ausencia de un proyecto político se hizo sentir en la incapacidad de canalizar nuestras demandas. No bastó con aprender textos de fotocopias de memoria pero tampoco salir a la calle a gritar, aunque debo decir que gritar y tirar piedras fue la mejor forma que encontramos de solidarizarnos aunque no llevábamos ninguna propuesta ninguna solución, solo nuestras palabras.
—Escribir sobre el oficio laboral de tu papá, en una etapa específica, nos conduce a las grandes brechas y desigualdades que vivimos a lo largo de décadas en el país. —Mi padre trabajó como jefe de almacén encargado de las carnes. Ese recuerdo, sus palabras de cómo repartía la carne, dónde quedaban las vísceras, las sobras y cuándo decidió ponerse a estudiar para convertirse en abogado me inspiró escribir este texto sobre la desigual repartición de las riquezas en el Perú. Literalmente, nos criaron y crecimos alimentándonos de las sobras.
—Estas problemáticas son globales y se vive también en Helsinki, ciudad en donde radicas por más de dos décadas. —Finlandia no es un paraíso, actualmente el gobierno está formado por una coalición entre otros por el Partido conservador que promueve una serie de recortes de beneficios sociales y el Partido de los auténticos finlandeses de orientación populista sobre el cual pesan acusaciones de promover discurso de odio, islamofobia y se muestran críticos respecto a derechos ganados por las mujeres y diversidades así como proponen una férrea política antiinmigración. Ya son varios países europeos que enfrentan la arremetida de gobiernos populistas que representan una severa amenaza. El sistema de sociedad de bienestar enfrenta una de sus peores crisis en la historia.
—El Perú es un país en constante conflicto a propósito de las desigualdades sociales y no eres ajena a estos temas, por el contrario, te sumas a las marchas. Cuéntanos brevemente sobre esta experiencia. —Solo fui a una marcha del llamado estallido social, entre enero y febrero del año pasado. Aquel día 10 mil policías ocuparon las calles para salvaguardar el orden, eso dijo una reportera de la radio. Había policías llenando las escaleras del Palacio de Justicia. Había batallones del lado del Paseo de la República. Hombre y mujeres trotando como si en cualquier momento fueran a echarse encima de nosotros. Preparándose para el ataque. La imagen fue tan violenta. El mensaje tan claro. El Estado policía hacía alarde de su poder. Fue aterrador. Los pocos grupos que estaban en la Plaza San Martín se retiraban, los amigos de mi hija y yo, corrimos. Al dejar el Paseo de la República nos topamos con un batallón de mujeres policías muy bien arregladas que se tomaban selfis y sonreían. Yo me dije, esto es muy difícil de contar. Nadie me lo va a creer. No es una película de ciencia ficción es la cruda realidad, solo una arpillera podría bordarlo.
—¿De este hecho surgió la arpillera? —Sí. Y ante semejante despliegue de poder nuevamente enfrenté la crisis de ausencia de palabras. Palabras para nombrar algo indescriptible que me produce terror y rechazo. Yo no me sentí capaz de contar ese episodio por eso se lo dejé a la arpillera que, con su arte de recortar las piezas, los detalles de la historia, sabría dónde coserlas, ponerlas en su lugar.
—El libro es vigoroso en tanto nos confronta con fenómenos sociales de aquí y de allá… —Aquí y allá mis dos mundos, pareciera que no tienen nada en común que no hay nada que los conecta, pero no es así. Los desafíos en torno a la crisis ambiental y sus estragos los comparte y sufre todo el planeta. El populismo, el neoliberalismo depredador, los discursos de odio son amenazas que se ciernen por igual en ambos espacios. Aprenderse de memoria fotocopias de libros nos desconectó aún más del Perú, tirar piedras tampoco funcionó. Este libro es una protesta pacífica.
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Roxana Crisólogo Correa (Lima/Perú). Poeta, gestora cultural y traductora. Dónde dejar tanto ruido [Álbum del Universo Bakterial, Lima 2023] es su último libro. Además, publicó Kauneus (la belleza), Intermezzo tropical, Lima 2021, entre otros. Una segunda edición de Kauneus fue publicada por Ediciones Nebliplateada, Buenos Aires, en 2023. Una tercera edición de Kauneus será publicada por RIL editores España en 2024. Fundadora del proyecto de literatura y traducción Sivuvalo Platform, actualmente es becaria de la Fundación finlandesa Kone para desarrollar el proyecto de literatura y traducción Humanoides del Báltico, liderado por el poeta y traductor José Luis Rico. Fue seleccionada por KLAC: Kaleidoscope Laboratoire Culturel, proyecto de intercambio entre las ciudades de Lima y Burdeos, para la publicación de una muestra de su poesía traducida al francés y para una residencia en Villa Valmont, Burdeos, Francia. Vive y trabaja en Helsinki, Finlandia.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Roxana Crisólogo:
«Mi nuevo poemario es una protesta pacífica”
"Donde dejar tanto ruido", Editorial AUB, 2023, 99 páginas
Por Rosana López-Cubas
Publicado en LIMA EN ESCENA, 27 de enero 2024