La arpillera
10 mil policías
podrían ser producto de una composición errática de la arpillera
que no sigue los detalles que registró la cámara
10 mil trazos sobre una tela cortes incisiones
nudos que con la remalladora cubre de árboles y punto cruz
y dice son sauces pero podrían ser eucaliptos
cubrirán sus caras
alisos molles muros
donde humanos y perros se juntan a orinar
10 mil órdenes que se cumplirán y se harán retazos
cubrirán huecos en las paredes y en el corazón
las miradas de 10 mil policías que la arpillera arranca
del pasto para echarse a correr
no no estoy aquí solo para fotografiarlos
no es el día del juicio pero como si lo fuera
las órdenes vienen de arriba
los 10 mil policías de abajo
10 mil policías que buscan en su libretita el guión que ponga orden
mientras yo busco entre los retazos el labial que dejó escapar
una sonrisa
dicen que también hay mujeres entre los 10 mil policías
que también las mujeres pueden cargar la gran metralleta de la historia
harán historia con sus trajes de policía
a eso le llaman historia a eso llaman mujeres
y sus 10 mil formas de hacerse con un trabajo honesto que el Estado
agradece con una condecoración
en el Día de la Madre y un ramo de flores
las órdenes son de arriba
ay el último recurso: sobrevivir
ser y no ser el enemigo pero ser el enemigo encubierto entre las flores
que la arpillera cose para imaginar que no se le escapa ningún detalle
el caparazón pesado el nudo de ser policía e ir sobre un caballo mecánico
dentro de unas botas ajustadas sobre una moto
a aplacar la ira de los manifestantes
y sus 10 mil letras que la arpillera no sabe cómo bordar
Si el Perú es un país rico
con tanto potencial para inspirar retruécanos
por qué la mayoría de peruanos dicen que son pobres
y su volumen de voz es más bien bajo
hacer poesía de la riqueza y riqueza de la poesía
me obliga a adjetivar lo que con dificultad escucho
buscando el petróleo de lo que se acaba
el mercurio que con falsedad brilla y perfora las manos
hacer poesía de los ricos campos de espárragos
que se llevan toda el agua
de los campesinos sin agua
para que quienes recorremos con ansiedad el supermercado
en busca de espárragos del Perú
tengamos en nuestras mesas espárragos del Perú
escribo de un campo que debo llenar de campesinos felices
que viven del fruto de su trabajo
para hacer poesía del Jardín Escolar Nº 744
sin agua
ellos no se comen los espárragos
para hacer poesía que sea homenaje verbigracia onomatopeya
para hacer ciencia y lenguaje de la poesía
y venerar más trozos de yeso que se hacen ¡zas!
para hacer historia que no termine con sed
y hablar de las derrotas que son negociaciones a medias
para contar la historia del reverso de la página
para hablar de los héroes mirándolos de perfil
para hacernos los locos
y no hablar de los niños como angelitos ajenos del mundo
y decir que te cuidarán desde el cielo
y que la muerte no es el final del túnel
y las que murieron se sacrificaron
para que nosotras estemos aquí
y que la tierra arrulla y alimenta a todos sus hijos por igual
para escribir agroexportadora sin golpearme la cabeza contra el timón
del tractor y respirar
levantar el plástico
evitando las matemáticas de la repartición
necesito expulsar de algunas palabras su función adulona
subir el volumen la voz
aplacar la ira de la forma
Los abrigos rojos de mis dos amigas
cuelgan uno frente al otro como el yin como el yang
como lo que compite cada día por un lugar bajo la luz
no puedo pronunciar sus nombres
las hago hablar para que suenen distintas
las empujo a las ráfagas de puentes que nadie cruza
al bucle de anuncios comerciales que nadie lee
que nadie quiere que nadie ve
el rigor de cortar verduras
triturar macerar picar
nada de lo que les digo les suena familiar ni les produce inquietud
mi incapacidad de llamarlas por su nombre
me obliga a llamarlas por lo que me evoca lo que entra por las ventanas y llaman luz
ellas en reciprocidad
bromean con palabras que se parecen y creen que en castellano
significan lo mismo
aséptica y escéptica
yo respondo China y Vietnam da lo mismo
ellas ríen de que aquí parecen y dan lo mismo
comparten una habitación pequeña del mercado negro al oeste de Helsinki
reparten lo que con dificultad guardaron en sus abrigos y se tragará la luz
en la ventana del bus que las llevará de vuelta a su trabajo escriben
Hasta Pronto