Entrevista a 
              Ramón Díaz Eterovic
              Papel y TV: 
                El detective Heredia en dos dimensiones
            Por Piero 
              Castagneto
              La Estrella de Valparaíso, 
                Sábado 19 de marzo de 2005.
          
           
           
          A más de alguien 
            que no se haya preguntado de qué viven los escritores, no les 
            calzará que uno de los más destacados representantes 
            de la novela policial de nuestro país sea un funcionario. Podrá 
            parecer prosaico, pero en el caso del puntarenense Ramón 
              Díaz Eterovic se puede adivinar qué experiencias 
            de este tipo, precisamente, le han servido para saber mirar y ver 
            lo bello o lo poético en lugares donde aparentemente no están.
            
            Ello también se deduce al leer su serie de novelas, que tienen 
            como protagonista al detective Heredia, quien lleva casi dos décadas 
            resolviendo casos con una andadura de antihéroe cada vez más 
            pausada, y que siempre se da el tiempo para disfrutar de una urbe 
            llena de rincones insospechados incluso para el habitante que vive 
            demasiado de prisa. Además de la capacidad de crear tramas 
            hay, pues, toda una estética que acusa la sensibilidad que 
            esconde este funcionario, y que ya ha pasado varias pruebas.
            
            Una de ellas es que el número de títulos con la saga 
            de Heredia esté por alcanzar el número de diez,  ya 
            que se espera que en abril salga publicada la última novela, 
            "La sombra del dinero", donde este más bien 
            anacrónico investigador privado deberá entrar al mundo 
            del cibercrimen para resolver un caso de trata de blancas mezclado 
            con corrupción por sustracción de dineros fiscales.
ya 
            que se espera que en abril salga publicada la última novela, 
            "La sombra del dinero", donde este más bien 
            anacrónico investigador privado deberá entrar al mundo 
            del cibercrimen para resolver un caso de trata de blancas mezclado 
            con corrupción por sustracción de dineros fiscales.
            
            Otra importante prueba, que espera su estreno, es la adaptación 
            a la pantalla chica de esta suerte de Quijote mapochino: la serie 
            "Heredia & Asociados", protagonizada por Claudio 
            Arredondo y dirigida por Arnaldo Valsecchi e Ignacio Agüero, 
            que será estrenada el próximo martes 22 en Televisión 
            Nacional.
            
            Ambos realizadores, conocedores y admiradores de la obra de Díaz 
            Eterovic, esperan el examen del público para evaluar este ciclo 
            basado en novelas como "La ciudad está triste", 
            "Nadie sabe más que los muertos", "El 
              ojo del alma" y "El color de la piel", además 
            de cuentos y un relato escrito ad hoc para la TV. Mientras estamos 
            a la espera, el propio novelista nos anticipa: "El trabajo televisivo 
            ha sido muy profesional, muy creativo, lo que he visto me gustó 
            mucho, estoy consciente que no tiene la densidad del personaje ni 
            de las historias que hay en las novelas, pero entiendo que se trata 
            de otro lenguaje y pienso que debería gustar al telespectador 
            y en general a los que le interesa el policial. Creo que este personaje, 
            que se ha ganado el cariño del lector, también se lo 
            va a ganar del telespectador".
            
            Señala satisfecho que siempre tuvo la idea que Heredia era 
            un personaje que podía llegar a otro formato (cine, TV, comic), 
            y se cumplió. 
            
            
            - A estas alturas, Heredia es un verdadero cronista de la historia 
              reciente de Chile. La primera novela aparece en 1987 y está 
              ambientada en la era Pinochet, y ya estamos avanzando hacia los veinte 
              años de historias de Heredia.
            - La verdad es que en agosto de este año se estarían 
            cumpliendo los veinte años de Heredia porque, si bien "La 
              ciudad está triste" se publicó el '87, yo la 
            escribí en 1985 y pasaron dos años sin posibilidades 
            de publicarla. A medio camino me di cuenta, como lo he dicho en otras 
            oportunidades, que en estas novelas hay una cronología del 
            Chile de las últimas tres décadas. Hay muchos lectores 
            y estudiosos literarios que ven las andanzas de Heredia como una forma 
            de acercarse a nuestra historia política y social en los últimos 
            años. Cuando empecé con esto no tenía pensado 
            que iba a ser una saga, y tal vez sólo en la cuarta o quinta 
            novela tomé conciencia de que era un personaje que me proporcionaba 
            un punto de vista que para mí era importante desarrollar. Temas 
            no falta, y basta abrir las páginas del diario para darnos 
            cuenta de que estamos en un país que es como una novela policial.
          
            La adaptación 
            a la pantalla
          -¿Qué 
            tanto interviene el escritor, o bien, le dejas el campo libre a los 
            cineastas?
            -Desde un comienzo he tenido claro que el cine, y en este caso, la 
            televisión, son otros lenguajes, otras técnicas para 
            contar una historia, y no quise meterme mucho,  confío 
            en el oficio de los directores. Los dos cineastas que asumieron esto 
            estaban muy empapados en las novelas y comprometidos con el personaje 
            y sus historias; había mucho cariño e interés, 
            y eso me dio una tremenda confianza. Sólo me preocupé, 
            una vez que leí los guiones, de ver detalles pequeños 
            que pudiesen escapar de la personalidad o la conducta habitual de 
            Heredia. En general quedé muy contento, creo que hacen un trabajo 
            muy profesional, no sólo de dirección, sino de guión, 
            la fotografía es muy buena y la música que hizo Angel 
            Parra hijo es muy "oreja". Además, me gustó 
            mucho el Heredia que construyó Claudio Arredondo, creo que 
            hizo un gran trabajo.
confío 
            en el oficio de los directores. Los dos cineastas que asumieron esto 
            estaban muy empapados en las novelas y comprometidos con el personaje 
            y sus historias; había mucho cariño e interés, 
            y eso me dio una tremenda confianza. Sólo me preocupé, 
            una vez que leí los guiones, de ver detalles pequeños 
            que pudiesen escapar de la personalidad o la conducta habitual de 
            Heredia. En general quedé muy contento, creo que hacen un trabajo 
            muy profesional, no sólo de dirección, sino de guión, 
            la fotografía es muy buena y la música que hizo Angel 
            Parra hijo es muy "oreja". Además, me gustó 
            mucho el Heredia que construyó Claudio Arredondo, creo que 
            hizo un gran trabajo.
          -Hay un 
            tema delicado, que tiene que hacerse muy bien en la serie de TV: en 
            tus novelas está muy desarrollado el tema urbano, y las ambientaciones 
            de bares, bajos fondos, "picadas", rincones poco conocidos, 
            etcétera. Tienen que haber sido trabajadas con bastante cuidado, 
            porque la ciudad en el fondo es un personaje más de tus novelas.
            -Ese es 
            un tema sobresaliente en la serie y donde hay un respeto con la novela. 
            Hay una aproximación muy buena a la ciudad, con muy buena fotografía, 
            buscando buenos escenarios. Ignacio Agüero, uno de los directores, 
            ha trabajado mucho en los documentales sobre ciudad, y además, 
            los espacios de Santiago por donde se mueve Heredia son atractivos, 
            muy coloridos, con mucha vida; eso, al menos en los capítulos 
            que he visto, está muy bien tratado. La fotografía también 
            es muy buena, y lo interesante es que siento que esta serie tiene 
            un color y un sabor chilenos, no es un policial a la yanqui. Uno va 
            a poder identificar personajes y espacios que ve todos los días, 
            el colorido que tiene una ciudad como Santiago, y eso también 
            lo va a hacer más cercano al espectador, porque hay otro ritmo, 
            y Heredia no es el jovencito de las series americanas; el Heredia 
            que va a salir en TV tiene unos cuarenta años.
          
            Personaje de culto
          Ramón 
            Díaz Eterovic siente que al escribir no sólo hace una 
            contribución literaria, sino también de conservar la 
            memoria de la ciudad, "porque escribo de un Santiago nostálgico, 
            que empieza a desaparecer, hay muchos espacios que yo describo en 
            mis primeras novelas que ya no existen; entonces, hay un aporte a 
            esa memoria urbana, y por otro lado, hay un llamado al lector y al 
            telespectador a descubrir la ciudad. La gente vive de forma tan agitada 
            que vive en la ciudad, pero no la conoce. Mucha gente que ha leído 
            mis novelas me ha dicho que se ha sentido motivado a conocer esos 
            lugares".
            
            De hecho, la pequeña calle del barrio Mapocho donde su personaje 
            Heredia tiene su oficina- departamento, existe. Leer de sus peripecias 
            y los personajes con los que alterna, a menudo de bajos fondos, es 
            redescubrir un mundo popular a menudo menospreciado; "es otra 
            ciudad, no es el Santiago de los malls, de las grandes calles, de 
            los comercios, sino una ciudad a escala más humana, y hasta 
            más provinciano", acota su creador.
            
            Por ese mismo respeto a lo urbano, todavía no se atreve a ambientar 
            alguna detectivesca pesquisa herediana en Valparaíso, pese 
            a que le gustaría, pues siente que "no conozco esta ciudad 
            tanto como quisiera, y tampoco quisiera dar una visión de un 
            Valparaíso turístico, de un par de bares y cerros y 
            nada más. Pero más adelante puede salir".
            
            -¿Cuál es el balance de Heredia en todos estos años? 
            ¿Se ha ido imponiendo de una forma pausada, pero segura?
            -Creo que es un personaje que se ha ido imponiendo lentamente, nunca 
            ha sido un personaje muy masivo, es de alguna manera lo que suele 
            llamarse un personaje de culto, y a mí me ha dado muchas satisfacciones. 
            Por el lado de la crítica y los premios, Heredia ha aportado 
            mucho, pero lo que más me interesa son los lectores, y ellos 
            han ido creciendo. Hay lectores que leen una novela, quedan atrapados 
            por el personaje, y luego van leyendo otra y otra, y quedan atrapados 
            por el personaje. La gente se cree el personaje a concho, porque sugiere 
            cosas, lamenta que haya muerto tal personaje, va a visitar los lugares 
            por donde se mueve Heredia, o va a ver si su oficina está efectivamente 
            en el edificio que yo menciono. Incluso hay una sensación de 
            que la gente cree que este personaje no sólo está en 
            las novelas, sino que puede existir en la realidad. Y eso quiere decir 
            que uno ha creado un personaje literario, pero con tanto hueso y tanta 
            carne que convence a la gente.
            
            -Heredia, sobre todo en los últimos tiempos, se perfila 
            como un contraste con la tan cacareada globalización, se queda 
            al margen de eso.
            -Sí, él es un personaje que está al margen de 
            la globalización, de la modernización, que tiene muchas 
            cosas negativas a las que se resiste. Es un nostálgico, que 
            pretende seguir apegado a ciertos valores más humanos y solidarios, 
            si se quiere, en esta época postmoderna donde nadie se juega 
            por nada que sea su proyecto individual. Y su apego a la ciudad más 
            antigua y tradicional, también es una lucha contra una modernidad 
            urbana que destruye y no respeta la tradición, el pasado y 
            la historia de la ciudad.
          
           
          * * * 
           
          HONESTO 
            PERO NO ESTÚPIDO
            "Heredia 
            y Asociados" instala en pantalla a un gran personaje
          Por 
            Federico Willoughby
            Wikén de El Mercurio, 
            Viernes 1 de abril de 2005 
          
          Alguien dijo por ahí que un solo capítulo 
            de "Nip/tuck", "Friends" o "Six Feet Under" 
            podía ser mejor que la mayoría de las novelas chilenas 
            recientes. "Heredia & Asociados", la nueva serie de 
            TVN, ganadora del premio del Fondo Consejo Nacional de Televisión, 
            demuestra que el problema no está en el material, sino en quienes 
            se han encargado de seleccionar las ideas para la televisión. 
            Sin ir más lejos, una de las mejores series chilenas de todos 
            los tiempos es la adaptación que se hizo en los ochenta de 
            "Martín Rivas", la novela de Blest Gana sobre un 
            provinciano pobre que llega a Santiago a vivir en la casa de un aristócrata 
            (la misma historia que mueve a la otra exitosa "The O.C.").
           "Heredia & Asociados", serie basada en 
            la obra de Ramón Díaz Etérovic, es otro ejemplo 
            que hace justicia al original. Heredia, interpretado de manera maestra 
            por Claudio Arredondo, representa a ese chileno que no tiene celular, 
            que va al Club Hípico y no al Teletrak, que no tiene cable 
            y que es fanático de la comida china porque probablemente no 
            conoce el sushi. Un detective de los bajos fondos, honesto pero no 
            estúpido y a quien la modernidad y el crecimiento al siete 
            por ciento lo dejó atrás; un tipo que hace su trabajo, 
            lee a Dostoievski y comparte el atún con su gato, y que en 
            la noche, en vez de ver a las chicas de Kike Morandé, prefiere 
            ir a un verdadero cabaret. 
          Legítimo hasta el tuétano, Heredia es lejos 
            el mejor personaje que se ha asomado por la televisión chilena 
            en un buen tiempo. Y eso es, probablemente, porque nunca pensó 
            aparecer en ella.
            
          
          "Heredia 
            y Asociados"
            TVN, martes a las 22:00 hrs