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        Díaz Eterovic se mete entre las patas de los   caballos        
        Por Pedro   Pablo Guerrero
          Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 31 de Octubre de 2010
          
        
  Era cuestión de esperar. El mundo de la hípica ya tenía su novela   realista: Caballo de copas (1957), de Fernando Alegría. Dos novelas fantásticas:   Kundalini, el caballo fatídico (1962), de Jorge Délano, Coke, y El hipódromo de   Alicante (1986), de Héctor Pinochet. Sólo faltaba una novela negra y, a su   debido tiempo, Ramón Díaz Eterovic se dio el trabajo de escribirla, tal como   seguramente estaba contemplado en ese plan histórico -infinito y necesario- de   la literatura chilena que imaginaba Ricardo Latcham.
          
          La muerte juega a   ganador es la novela número 13 de la saga del detective Heredia. Veinticinco   años han pasado desde que su creador, Ramón Díaz Eterovic (Punta Arenas, 1956),   escribió en una pensión de San Telmo, Buenos Aires, los capítulos iniciales de   su primera entrega: La ciudad está triste (1987). Título significativo que alude   a una época en la que, al igual que Sensini, Díaz Eterovic "sobrevivía enviando   sus cuentos a concursos". Ocupación tan azarosa como la de los protagonistas de   su nuevo libro, cuyas vidas giran en torno a las carreras de   caballos.
          
          -Heredia dice que la hípica es un espectáculo que le atrae y   desagrada al mismo tiempo. ¿A ti también? 
          -Me gusta la belleza de los   caballos, el colorido de las tribunas, la destreza de los jinetes, el   comportamiento de los apostadores. Para mí, más que un juego de apuesta, las   carreras son un espectáculo. Lo que me desagrada es la miseria que ronda muchas   veces ese espectáculo, sobre todo en las sucursales de apuestas o entre quienes   pierden hasta la camisa apostando.
         -¿Cuándo fue la primera vez que   visitaste un hipódromo? 
          -Voy a las carreras desde que era un niño y mi   padre me llevaba al hipódromo de Punta Arenas. Después he tenido etapas de más o   menos interés, y actualmente voy de tarde en tarde, los sábados o domingo en que   no voy a ver jugar al Magallanes o a la Universidad de Chile.
         -¿Por qué   mencionas "El hipódromo de Alicante", de Héctor Pinochet? 
          -Conocí a   Héctor cuando llegó del exilio, y su relato es uno de los buenos textos que he   leído sobre el tema hípico. Una  especie de fábula sartreana en la que los   apostadores están condenados a ganar una y otra vez, hasta el hastío o la   desesperación. La referencia es un homenaje, de algún modo.
especie de fábula sartreana en la que los   apostadores están condenados a ganar una y otra vez, hasta el hastío o la   desesperación. La referencia es un homenaje, de algún modo.
         -Heredia   llama a su amigo escritor el Escriba. ¿Cómo empezó este juego   literario? 
          -Es un juego de palabras que hace, partiendo de la idea de que   en la antigüedad los escribas eran los hombres de las letras y de la ley. Usar   esa palabra en forma de apodo es una manera de tomar distancia y dejar cierta   duda en cuanto a que el Escriba puedo ser yo u otra persona. Ese juego comenzó   hace cinco o seis novelas, en El hombre que pregunta, donde Heredia investiga   el asesinato de un crítico y recurre a su amigo escritor.
         - Con los años,   Heredia piensa cada vez más en su fin. ¿Te has planteado narrar su muerte en   algún momento y cerrar la saga? 
          -Tengo pensadas dos o tres situaciones   para cerrarla, en tres o cuatro novelas más, pero ninguna de ellas pasa por la   muerte de Heredia. Sí por su vejez, en cuanto se trata de un personaje que va   cumpliendo años de una novela a otra.
         -¿Cómo ves el estado actual de la   novela negra en Chile? 
          -Creo que hay otros autores además de los ya   conocidos. Escritores más jóvenes, que recién están publicando sus primeras   obras, como Juan Ignacio Colil, Gonzalo Hernández, Martín Pérez, Eduardo   Contreras, Ignacio Fritz. Y espero que aparezcan más. También me parece que hay   una mejor recepción en las editoriales, y que desde luego no hay que andar   explicando lo que es la novela negra, como sucedía cuando publiqué la primera   novela de Heredia.
         -¿Qué se siente publicar la novela número 13 de   Heredia? 
          -Satisfacción. Han sido 25 años de trabajo con un personaje que   tiene muchos lectores que siguen sus historias. De hecho, y para no quedarme   pegado en el número, ya escribí la novela 14 de la serie, en la que Heredia   persigue a un asesino múltiple. Y bueno, el otro año espero avanzar en otros   proyectos, sin Heredia, que están esperando.