Tú, Capricho
.. .. .. .. .. .. .. .. .. Entre las calles de Concepción
Manuel Rodríguez
Supo de ti
Y tu capricho
El cielo concluyó en lluvia
La belleza en un café
Escribiendo solos.
La Forma Italiana
.. .. .. .. .. .. .. .. .. Para Giovanna, diosa misericordiosa
Corrieron caballos aquella noche
y fue como la sensación que se vuelve a enfrentar
De Ja Vu, creo que le dicen.
No obstante, penetró en ella resuello, lengua
y memoria -ahora-, regocijándose.
- Te acuerdas...?, la luz del alba
Nos descubrió perennes
Ajados en cuerpos.
Nuestras madres inquirían
llamando alarmadas
y tuvimos que cerrar las voces fantasmales
que dilataban
(deseo fugaz con el cual éramos alegres).
Amplitud de los efebos
que sostuviera tanta tragedia.
Carencia
.. .. .. .. .. .. .. .. .. Para una bella actriz de la carencia
Recuerdo latido
sazón de ebriedad en el cuerpo,
pero no sabíamos como hacernos carne/sangre, ni oído.
Los elementos empezaban por ser la plaza, luego
el café y los cigarrillos temblorosos.
- Karen, eres menor a mí, le dije,
Mácula, tan vital como yo.
- Confabulador de documentos, eso son.
Luego, nos sumergimos a la luz
y a la música. La otra mitad
del deseo -dices- cuando nos miramos
sagaces, llenos de pulsión.
En Casa Extraña
.. .. .. .. .. .. .. .. .. Para aquella que me cazó, en el albur
Fuimos ángeles
sin saber
dónde posar nuestros vuelos
inaplazables
Auto cinemas
.. .. .. .. .. .. .. .. .. Para aquella que en Latín, se define, como originaria de los bosques
Dos espejos
y una orquesta típica.
Luego Ismael
e Ismaelillo.
Los besos que muerden
en la reiteración
y la urgencia.
Tráfico y frutos
imaginarios como la eternidad.
Jóvenes ilusos
pero conteniendo
un par
de versos.
Para Claudia: ¿te acuerdas de las turbulencias de las calles en el sur?
Me encuentro haciendo el trámite para tu mamá, en Independencia. Hace mucho calor y te extraño.
En estas calles colmadas de coreanos, no sé si ellos tienen la culpa, pero el celeste
del bioestrech es escaso.
Espero que no estés molesta por mí.
Saludos a nuestra hija.
Hoy viajo.
Cenizas Azules Al Sur De Buenos Aires
Para inflamarnos sobre un tren de inmigrantes
cebarnos la tarde
irritarnos el sexo
fumarte toda caminito San Telmo
al mirarte Lezama
en otro mal rato que ocasionamos a tu madre
por manchar las sábanas
en un impreciso hotel de marino mercante
un lunes de veintidós pesos
sobre una cama de cuatro ándenes
Llévame, esta vez quizás
seamos cenizas azules.
En Constitución
todo es abismo.
Hermoso Encuentro Con Una Mujer Exiliada De Mi Provincia
Este lunes,
con tanto frío
no sé qué hacer;
prendo de otro cigarro en tu cama
(los tallarines de Jorge se veían exquisitos; mas tu tortilla de
papa, tus ojos y tú, Hungría), mis adolescentes borracheras.
Aunque no te recuerdo
creo haberte visto
ahora con más fracasos y dolores que contarte
ya sabrás comprender
por ahora nuestra inflamada juventud
a kilómetros de casa
y este sol
puede apagarnos el frio,
crees?.-
Valdivia, invierno del 2002.-
Su Foto Coincide con El Horizonte de Taucú
Su infancia en esta foto
coincide con el horizonte de Taucú
No obstante, no es casual
posar una triste mirada en este desgarrado documento
delícadisima.
el placer está detenida en ésta foto
Los adolescentes besos en Cobquecura;
ella asoma sus primeros años
dulce como debe estar ahora.
Se oye calmo el mar
mas no mí corazón
que es un barco en oxidación
infinito.
Son sus ojos, sus manos delgadísimas,
su verano.
Afinados Instrumentos de la Felicidad
Conciliando la incertidumbre
son afinados los instrumentos de la felicidad;
el sexo huele bien
cuando juras no inventar categorías; asimismo,
me doy en plena seguridad sobre la ciudad
y olor moribundo de estos días.
Me esfuerzo un tanto en hacerte reír
pronunciando Cantares en tu oído
conciliando, la incertidumbre de los días; afinados instrumentos de la felicidad.
Otra vez me invitó a recorrer la geográfica marea
Aseguro no dejar su aroma.
El primer pecado de agosto
Llegaste con agosto a alborotar
mis sábanas
golfa, presuntuosa de belleza y maldad
jauría, ninfómana mía, enferma
llegaste a desordenar los documentos
incólumes del invierno
solo por el deseo de abandonar las botas y la profesión médica
de los débiles del alma.
Arrogante el mundo
todos hablan mal de ti
pero no saben del temporal que has causado.
Llegaste con agosto a alborotar mis sábanas
el domingo sagrado y del cuerpo
el primer domingo del pecado y del éxtasis, no lo dicen.
Solo, arrojaré estas palabras
porque eres María Magdalena
estos tráficos.
Tiemblo
Tiembla
y no sé cómo nombrarte
en esta imprecisa tarde.
Soy un vago temblor
después de todo
mí mecánica intuición
ya no resulta
agónico conocimiento
no está a tu altura
tu mirada se posa sobre esta sombra
de manera enigmática
sé que hay una grieta
inalcanzable e imborrable
pues mi mecánica intuición
ya no resulta
y sudo
cuando pretendo
conjurarte
y no hay más viento.