Galut la interpretación de la diáspora en una obra literaria con claves culturales De Máximo Beltrán (Shlomó)[1]Ediciones Shlomó 2024 Por Rodolfo Hlousek Astudillo
“Todo documento de cultura, en el fondo, es un documento de barbarie” afirmó Walter Benjamin en el Libro de los pasajes (Akal, 2013) y Galut no es la excepción a la norma, ya como lo dijo el filósofo alemán -parte de la constelación del autor- el dolor tiñe los acontecimientos humanos. Sin embargo, no todo es dolor o aculturación de dolor, hay pasajes felices como el encuentro entre prójimos. Aquí me quiero detener para contar que una de las diferencias que sostengo con las perspectivas religiosas es comprender al humano como un ser intrínsecamente malo, en cambio, como humanista y laico, me niego a dar como verdadera esta afirmación, asumiendo que a no todos los conocimientos religiosos se conocen a cabalidad. Abraham J. Heschel en su libro titulado ¿Quién es el hombre? (Herder, 2019) señala: “El hombre alcanza la plenitud de su ser en la camaradería, en su preocupación por los otros” (2019: 87). Imaginémonos que vivimos dentro de una cuadrícula y en ella convivimos con la normatividad de los tiempos de la información (gubernamentalidad, biopolítica, biopoder) que nos dificulta a encontrarnos. Es importante decir que Heschel toma lugar o se posiciona en Estados Unidos donde participa activamente por los derechos de los norteamericanos de origen africano y es un vehemente opositor a la guerra de Vietnam. Se puede ver la fotografía de Heschel marchando junto a Martin Luther King, en Alabama, en 1965. También buscó mejorar las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo.
Conocemos solo lo que nuestro horizonte gnoseológico nos permite ver. El segundo autor que permite desarrollar esta reseña es Martín Buber, existencialista de la filosofía dialógica, acuñando la noción de diálogo y reciprocidad, “(…) la propuesta de Martin Buber estaba transida por una clara visión de paz y fraternidad entre judíos y árabes (…)” (Buber, 2009, p. 49). Shlomó construye su décima obra titulada Galut, una interpretación abierta a la vida, desde la estrategia de la intertextualidad y a mi modo de ver, esta operación permite el encuentro entre los mundos, es decir, no todo está tan lejano como se ha instalado. Galut en su perspectiva nos permite el encuentro, puesto que galut definida como diáspora, no es una noción exclusiva de un pueblo, todavía más, en el contexto global de flujos de comunidades y de palabras como mercancías, la diáspora es posible definirla como una “trama que sostiene los objetivos de reunificación familiar y prosperidad económica” (Hlousek, 2023, p. 59). Todos los pueblos migran por diferentes razones, superando las ambivalencias, saltando el cerco de los guetos del mundo o, al contrario, ingresando a ellos, tras la belleza de la palabra revelada. Además, Galut “no solo es un lugar físico claramente, pero también es un lugar espiritual y, por lo tanto, se vuelve, un lugar existencial” (D. Sigal, 2024, 00:49 – 00:55). Se trata de encontrar en este proceso de dispersión una invitación a caminar por sobre márgenes del mundo, “y encontrarnos ahí en un eco de nuestros propios pensamientos” (Op. cit., 2024, 01:17 -01:19). Es la invitación a caminar no detrás de certezas, “sino que la función es permanecer en esa pregunta” (Op. Cit., 2024, 01:49 – 01:50). Levinas enseña que el judaísmo, “no es la comodidad de habitar certezas, sino que por el contrario es la ética de responder a un otro con mayúscula, un otro, la otredad y un mundo que está en constante transformación” (Op. Cit., 2024, 01:55- 02:04). Galut, “nos recuerda que la diáspora en la que vivimos es una paradoja, nos duele, pero por otro lado nos inspira […] la diáspora nos despoja, pero también revela” (Op. Cit. 02:10 – 02:35). Concluye D. Sigal: “El exilio no es un estado pasivo, sino que convoca a incomodarnos y repensarnos” (Op. Cit., 2024, 03:02 – 03:07).
Y en este transitar, el Rabino Ariel D. Sigal en el primer prólogo de este libro sostiene: “El pensar como judío es romper ese binomio simétrico y polarizado de cualquier conversación, para animarse a transitar angustiosamente en la tensión de la existencia humana y su escala de grises entre paradigmas entre blancos y negros” (D. Sigal, 2024: 7) he aquí la diferencia con la escritura egométrica y/o monoglósica a la que la escena va acostumbrándose cada día. Mi apuesta por este libro es que más que buscar acomodarse en la producción literaria, está la intención comunicativa entre pueblos, no es cierta tal literatura sin búsqueda, ya que como discurso es una plataforma que reivindicación de vida más que brindarle importancia al género literario, ya sea en haikus, aforismos, verso libre, como se puede degustar. Y para aquellos lejanos a estas constelaciones citamos: “Este libro nos recuerda la importancia de la empatía y la comprensión hacia aquellos que aún hoy viven en exilio, desplazados de sus hogares y buscando un sentido de pertenencia” (D. Sigal, 2024: 10).
Lo que nos motiva a escribir la reseña de este libro es la intención comunicativa y la tenacidad por lograr palpable la obra, conociendo las dificultades de comunicación actual y el escenario que afecta a ambos mundos -el lamentable conflicto armado en el medio oriente-, ex zona Otomana donde convivían diferentes pueblos o culturas antes del despertar del nacionalismo y la política moderna. Buber veló por esta necesaria comunicación, apelando a la empatía: “necesaria es la capacidad de ponernos en el lugar de los otros, del extraño, y representarnos el alma del otro como si fuera nuestra. Debo confesar que me horroriza ver lo poco que conocemos al hombre árabe” (Buber, 2009, p. 67).
En palabras del autor nos describe que:
existe tanta sabiduría no comunicada, que atrapada en el espejo del ego, termina siendo mezquina, oscura e irredenta; pareciera que solo a los iniciados les está dado conocer la luz a riesgo de destruir todos sus paradigmas. Porque Galut intenta comunicar una nueva perspectiva judaica, un revisionismo desde la interpretación en torno a arquetipos, acontecimientos, proverbios, claves, que, desglosados en breves textos con características de aforismos, poéticas, haikus; intenta ser literatura a favor de la comunicación entre los mundos, destruyendo dogmas heredados en aras de la paz. (Shlomó, 5 de enero de 2025, Comunicación personal).
Por último, mi defensa a la obra y a la humanidad contenida en la obra Galut, es que todos los mundos son posibles en nombre de la paz, ya que, “todas las narrativas culturales de algún modo u otro están imbricadas. Césaire señaló en el siglo XX, que: “Todas las civilizaciones modernas viven de elementos prestados” (Césaire, 2006, en Hlousek, 2024 – 5785: 17). Es decir, no hay narrativa única, todos los pueblos pueden compartir si los criterios se coconstruyen tras la revelación.
[1] Máximo Beltrán (Shlomó) ha sedimentado su búsqueda personal hace más de una década a través de la revisión de las
categorías de memoria, identidad y arraigo cultural, lo que se ha expresado en diversas investigaciones en torno al
patrimonio, la búsqueda genealógica de los habitantes de Ñuble, la historia y el arte. Posteriormente al camino ya trazado,
en la actualidad, Shlomó nos habla de la reconstrucción desde su espiritualidad y su lectura de la cosmovisión judaica
resignificando la memoria, la identidad y las raíces de la zona, abriéndose a la reflexión y a las claves socioculturales que
sostienen el territorio desde nuevos giros de perspectivas en clave humanista. Beltrán (Shlomó) es distinguido por la Ilustre
Municipalidad de Chillán con el Premio Municipal de Arte y Cultura (2015). Hoy, con Galut, se inicia una serie de
publicaciones y reflexiones o miradas de mundo del presente.
El autor Máximo Beltrán (Shlomó)
Abraham Joshua Heschel
junto Martin Luther King Jr.
Alabama 1965
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Galut la interpretación de la diáspora en una obra literaria con claves culturales.
De Máximo Beltrán (Shlomó)
Ediciones Shlomó 2024
Por Rodolfo Hlousek Astudillo