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"Miscelánea", de Guido Solar
Prolegómeno
Rodolfo Hlousek Astudillo
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Le diste una dosis de gasolina a mi alma/ y arrojaste una cerilla dentro de mi cerebro. Incinerar.
Sonic Youth
La poesía de Solar Casanova*, está desbordada de imágenes y texturas. Explorando en su ópera prima, se intuyen influjos simbolistas y de la poesía moderna, también lárica.
El mismo autor reconoce darle más valor a la experimentación del lenguaje que a la especificidad al elaborar la obra de arte.
Mi posición desde el campo comunicológico es que ante toda obra de arte aparece el duende como metáfora del acto comunicativo y desde el cual, se tiene una intención y esta vez no es la excepción al axioma. Ahora, desde el estudio del signo y cruzado a la lingüística, me baso en la perspectiva de Barthes, en su reflexión titulada Variaciones sobre la escritura. Los seres humanos disponemos de signos, los cuales funcionan en el texto, comprometidos con hallar el tejido de las palabras comprometidas en la obra.
En su totalidad, el libro contiene evocación y contemporaneidad y, si es por asediar al hablante lírico, se sitúa en dos contextos: el campo y la ciudad. En los poemas emergen autores tales como Arthur Rimbaud, Giorgio de Chirico, Enrique Lihn y Jorge Teillier, desplazamiento que devela el poemario.
Ahora bien, en el oficio escritural el autor tiene la intención de cruzar los lenguajes, como se dijo anteriormente; es una escritura visual, cuya elaboración tiene mucho de las formas retóricas, en tanto son recursos o herramientas para la elaboración de los textos. Logro distinguir, además de la imagen, figuras propias del conjunto pragmático, tales como prosografías, topónimos, etopeyas, retrato y prosopeyas. Para ejemplificar dicho argumento, a continuación, cito un poema y fragmentos de tres poemas:
Tengo un hijo que no veo/ al nacer no le pude decir ahora eres todo un hombre.
(…) Recuerdo domar un caballo cerca de mi padre (…)
(…) En Tegualda caminaba por un jardín de rosas (…)
(…) Quiero tu mochila llena de pájaros/ tus zapatos negros malgastados/ la bicicleta que no usas/ quiero tu cama deshecha/ los poemas que no lees (…).
Quiero mencionar que Miscelánea tiene el arrojo que significa una iniciación en los misteriosos océanos de la poesía. La belleza está en la afección, al decir de Enrique Lihn: “Nada se pierde con vivir, tenemos todo el tiempo del tiempo por delante/ para ser el vacío que somos en el fondo.”
El libro desde la evocación, se ensambla con imágenes, así cada paisaje, se erige para consolidar el libro. Sin embargo, estas no son inocentes, puesto que la mayor dificultad del hombre contemporáneo es estar en su tiempo. De este modo, “el investigador y periodista Dominik Klenk (1998) ve el problema de “la pérdida del presente” en la naturaleza mediatizada que viene asumiendo el “ser dialógico del hombre” (Buber), en la pérdida del espacio comunicativo dialógico interpersonal, que confiere sentido al tiempo de la vida, ese recurso agotable del hombre. (…) Una imagen nunca será solamente una presencia, sino también una ausencia.” (Baitello, 2008: 51).
Lo que busca la poesía, además de desplegar la narrativa del hablante lírico y las posibilidades de mundo, es también el registro, como si fuese una contabilidad de nuestro paso por el presente y construir imágenes, ya que la imagen es una forma de escritura. “Eso no se cuestiona porque la escritura nació de la imagen y es la imagen.” (Baitello, 2008: 40).
Pero es en ellas donde nos engloba con designio el capitalismo, a través de la sedación. Es decir, es parte del proceso civilizatorio arrollador de la humanidad, la domesticación a través de las escuelas, las iglesias, los medios, la industria del entretenimiento y de esto no está exento el arte. Puesto que, “las figuras de “genio” y de “artista” son construcciones ideológicas de un sistema que necesita de agentes que perpetúen el extrañamiento entre arte y vida.” (anónimo, 2012: 55).
Es decir, si no logramos romper con este continuo, la vida quedará relegada, soterrada de imágenes, puesta al servicio de un campo controlado por criterios pro enajenación, sometida a un régimen de explotación, pero privilegiado por un supuesto aura. Por lo tanto, en contextos territoriales, con lenguaje, prácticas de saberes, tensionados con el andamio teórico de lo institucional, no tendrá más salida que la reproducción.
Por eso, “una ciencia que investigue las imágenes y una práctica que las pretenda utilizar fracasará si no construye sobre cimientos históricos y culturales.” (Baitello: 52). Estamos a un grado cierto de construcción y creación de circuitos, descentrando lo que está calculado en nombre de la verdad, la belleza y la comunicación.
Es la invitación.
Rodolfo Hlousek Astudillo
Escritor /Dr. (c) en Comunicación
Interpretante.
* Guido Solar nació en Chillán el año 1982. Es Licenciado en artes mención pintura de la Universidad de Chile. Trabajó un año en el TAV (taller de artes visuales) en Santiago. Ha participado en proyectos de performance, gráfica, video, pintura y arte sonoro, en EEUU, Finlandia, Estonia, México, España, Alemania, Francia, Paraguay, Argentina, Bolivia y Chile. Autor de Miscelánea (Editorial Libremente, 2020).