Proyecto Patrimonio - 2013 | index | Rodolfo Hlousek |
Autores
|
Poesía&Fo
3 obras desde la región del Bío-Bío
Por Rodolfo Hlousek Astudillo
[Chillán, cerrando el 2013]
.. .. .. .. .. .
0.-
El libro azul piedra es el inicio de esta colección personal, siendo la base de otras dos producciones recogidas gracias a mi melomanía, también por los guiños de las ondas oídas gracias al caracol llamado Cóclea. Me refiero a: “Noche primitiva”, “Sin dolor no hay esperanza” y el registro sonoro de humedales del Bío bío: “Allkun”, de Valentina Villarroel. Dimensiones ocultas en el Chile central, luego de años en que la cultura era una palabra que se escuchaba en círculos más institucionales de los bares estacionales de Chillán. Hoy la esperanza de mis coterráneos se ha convertido en una estrella para mí, en el(os) cielo(s) de Ñuble.
De este modo, las dimensiones humanas van creando libres senderos (luego de años) en que la producción artística se veía en circuitos académicos o en boca de jóvenes institucionalizados. Me arriesgo a decir que hoy se vive una primavera al margen de monumentos, colleras y caballos domesticados en tristes rodeos y oficinas municipales. Un aire se respira desde la noche primitiva, reconociendo que sin dolor no hay esperanza y que los cantos de aves en los humedales esperaban su registro; polifónico ramillete, cada cual en su estructura, dentro del conjunto sonoro en tiempos drogadictos de la hipermedia y conchenchos administradores del consumo cultural local.
Me hace sentido hablar de tres actos que registran la vida [yo lo hice con la tragedia] manifiestos trabajos de experimentación sin perder el eje o la mirada voluntaria en la diferencia y el caudal del arte y su reacción (al decir del poeta Armando Uribe: “la poesía fluye bajo tierra”). Dando brotes de vez en cuando bajo el cemento siniestro de cada día. La primera flor tiene algo de grunge; el segundo, el suspenso y el tercero, el silencio maravilloso de la naturaleza.
No decantó la culpa sino el hallazgo y la certeza de la urgencia en la época negra que nos ha tocado vivir. Hablo de tres generaciones sugerentes y bellas en su locura; cómo conjugar los códigos de un lenguaje y otro?, la transferencia y el desplazamiento al decir de los sacros críticos de arte. Tampoco el miedo, vaso acostumbradamente lleno en mi aldea natal. En mi recayó como luz sorpresiva la responsabilidad de los elementos (perdón por la ufanía), pero cierto es que mi silencio ha sido escuchado por mis hermanos desde su contexto personal sobre territorios desvelados por la autodeterminación de la conciencia y la memoria.
Por qué esta preocupación por los códigos del Arte?... Se hace vital deconstruir, vitalizar, significar, encantarse con lo real hasta encontrar el tierno brillo interior de la vida. Pero qué es la realidad. Mencionarla no es acabar con ella, aunque se puede caer en el riesgo de acotarla al punto de no sentirla.
No obstante no es el caso: el sol ofrece el brote y regala su luz. Las dimensiones ocultas nos ofrecen un nuevo mapa mental. Ayudados del silencio podrán ingresar.
I.- Letrística
“Éramos demasiado jóvenes para nacer”es un verso de la obra de Jorge Cocio (Chillán, 1985), a mi modo léase de estilo grunge de nuestra bardo. Libro azul y sorprendente que llegó a mis manos con la humildad de quien está naciendo a este soporte; un libro cuya editorial es ICD (Investigación, Cultura & Desarrollo) y que se emplaza en Chillán Viejo (Luis Araneda 480, provincia de Ñuble), ofreciendo “calidad y excelencia en cada proyecto”.
El epígrafe que inicia señala lo siguiente:“La gente de aquí se ha convertido en la gente que finge ser”, contenida reflexión del escritor maldito y músico norteamericano Sam Shepard (1943). Un libro de diálogos internos, interpelaciones a su madre, registro en poesía y prosa, con intertextualidades y figuras pragmáticas como la prosografía desde su contexto, antítesis, monólogo interior, leamos: “Capullo roto en octavas por esa herida transparente”(2013: 10) y “¿Acaso es posible volver al último sonido de la primera noche?”(2013: 12), veamos:
“Por el límite reflejo de nuestra inocencia.
Por cada sinónimo de vida envuelto en pequeñas moléculas de madrugada.
Con ese aire congelado, medio tibio casi intacto; sobre la mesa de café en la garganta. Entre los últimos ruidos del mundo.
Cuando escapábamos de los golpes escondidos en los techos y la tonalidad no nos alcanzaba.
Fundiendo la materia en aura de hielo.” (Cocio, 2013: 17).
Nuestro escritor da cuenta de los símbolos desplazándose desde los estudios de filosofía y vierte la complejidad o la simpleza desde la música al registro escrito, buscando por lo menos que se pueda respirar, mientras el autor continúa en el proceso de la vida y su urgencia musical. (www.soundcloud.com/j_cocio)
II.- Sin dolor no hay esperanza
Esta antología escritural de Manuel Knwell (1974), inscrita en el sello editorial Novutrefall (Chillán, 2013), busca ser un puente entre tres códigos sobre la misma intención: la catarsis desplegada al regresar a este pueblo llamado ciudad, el que se caracteriza por un duro invierno y un “infierno tropical” durante el verano. Manu siente la poca o nula atracción a esta tierra sitiada de radicales, conchenchos -como les dice Nicanor Parra- a municipales hombres, administradores culturales -y espaciales- y gestores acomodados gracias a la bondad de contactos. Sin embargo, lo más importante es que el artefacto refracta el dolor familiar irremediable.
El libro cuya primera edición es de 301 ejemplares, contiene un prólogo del periodista radial local: Camilo Ortiz, quien tiene una vasta trayectoria en programas radiales de música, entre ellos Interdictos, Rey Misántropo, hoy Rock Island (http://www.comunidadfm.cl/).
La primera producción escrita del autor está dedicada a Zohar y reúne más de 50 poemas, prosas, aforismos, que van sucediendo paralelamente con los dibujos Nicolás Hidalgo y fotografías de Patricia Pichún. El autor invita a leer complementando la lectura mediante la atmósfera del disco homónimo adjunto, pero bajo la inscripción de Casa de Orates, proyecto musical del autor.
El soporte está lleno de intertextualidades a directores de cine, tales como David Lynh, Kubrick, Pasolini y desde la literatura refiere a autores como Lovercraft, Camus, Hesse y Kafka, asimismo novelas que el autor las usaba para las tardes leyendo de provincia en un época en que no había Internet. Llama a este producto un resultado de “trasmutación de energía”.
El libro es un complemento del disco; “a medida que iba componiendo la música (http://casadeorates.bandcamp.com/) iba escribiendo las páginas”, nos dice. El libro fue financiado por Leopoldo Mariné y una profesora de filosofía de la universidad de Guadalajara.
Algunos poemas sin embargo me llaman a lo que un día señaló Enrique Lihn: “el estilo es el vómito”, revisemos lo expuesto mediante la prosa llamada Mierda:
“Mierda es lo que te hunde en el abismo de pensamientos retorcidos, con un olor “a sin salida”, color de obstrucción y estancamiento mental de lo incomprendido por los demás y por uno.” (Knwell, 2013: 44).
III.- Allkun
Valentina Villarroel desde Concepción nos invita a la reflexión del paisaje mediante el registro: Allkun, este estremece por su natural trabajo de campo en los humedales de la región del Bío Bío.
Desde la perspectiva de la bioacústica (ciencia interdisciplinaria; entre su posibles aplicaciones está crear la conectividad entre las aves impactadas por el ruido mundializante),
Valentina pone en valor lo que realmente es anterior al hombre sobre la naturaleza. Ya está dicho que el hombre adaptó a su condición biológica el lenguaje desde las aves.
En el blog (http://musicosalados.blogspot.com/) se describe la forma como la estructura de una obra musical, expandidas en este caso al cantinela de las voladores. “Es la manera en que se organizan los diferentes elementos de una pieza musical -alturas, ritmos, dinámica, timbres- para producir un resultado audible coherente”.
Bote roza el puerto de palos es uno de los hallazgos necesarios para vivir a los bellos seres del aire y de la tierra. [https://valentinavillarroel1.bandcamp.com/album/allkun].
Chillán, verano del 2013.
