Ardido Amor, poesía de Rodrigo Maturana
Editorialilla, 2011
Poemas ocultados por el tiempo
Alberto Moreno & Sebastián Insunza, Editores.
Noviembre 2011
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Rodrigo Maturana, longevo y multifacético creador, se instala por mérito propio con este ARDIDO AMOR, su primera publicación formal, en lo alto de la lírica nacional de los últimos años. Y se sitúa allí, entre lo más granado de la poética chilena contemporánea, del único modo posible, con una poesía deslumbrante, y una forma de crear versos iluminados por extrañas y finas imágenes que encienden nuestra mente.
ARDIDO AMOR es una breve colección de poemas juveniles, escritos entre los 16 y 20 años del poeta, seleccionados por el propio autor -ya maduro- y dos de sus musas de marras (cuyos nombres se van enredando y, al final, se pierden en la madeja de sueños y carne que es la vida), seleccionados -decíamos- años después de entre cientos de poemas que lamentablemente se han perdido. De modo que no resulta exagerado afirmar que estamos en presencia de una suerte de antología, ya definitiva, de la poesía de juventud de nuestro autor.
Los 18 poemas que dan vida a esta muestra inauguran un mundo creativo y artístico muy singular: el del maestro Maturana -que ha dado mucho que hablar desde hace tiempo ya en esta patria literaria. Estamos frente a un mundo poblado de originales sonidos, extraños ecos y frescas conjugaciones, un conjunto de versos de corte -si se nos permite la expresión- rimbaudianos. Vale decir, son poemas que fueron precoces, y de alguna forma adelantados a su tiempo.
En efecto, si recordamos la época de su elaboración, esto es, en la segunda mitad del siglo XX (entre 1950 y 1954, para ser exactos) y en la primera juventud del artista, no podemos más que sorprendernos por el modo innovador y culto de urdir su trama poética, por la altamente bella y sofisticada forma de nombrar los amores y sus recovecos, las palabras y las cosas que rodean al amor y a las amadas; no cabe sino estremecerse alegremente por el modo sinceramente descarado y novedoso de trabajar las metáforas. Nunca antes de él, al menos en la poesía nacional, se abordó como lo hiciera tan diestra y tempranamente nuestro autor: la carne viva del amor, la fresca emoción primaveral.
ARDIDO AMOR es, como suele ocurrir con bastante frecuencia en el medio literario, la historia de unos poemas ocultados por el tiempo, y que más allá de los motivos que generaron ese escondite de décadas, hoy no podemos sino agradecer este guiño del paso del tiempo, ya que por fin hoy, esos versos ven la luz con su autor aún en vida.
En esa línea del tiempo y el retorno, por el desfase entre la fecha de creación y la de su publicación, cabe preguntarse si la poesía chilena sería otra -más descarnada, más sonriente, otramente más rica- de haberse publicado a tiempo (en su tiempo) el trabajo que hoy presentamos. Y planteamos la interrogante no con ánimo grandilocuente o para producir efectos altisonantes sino porque los bohemios en extinción en la hora de la verdad -esto es, cuando están completamente entregados a la embriaguez de la noche-, proclaman que nuestro autor, Rodrigo Maturana, es la imaginación más fértil y sobresaliente de los últimos tiempos.
Estamos orgullosos como equipo editorial en publicar, y por sobretodo restituir, a un autor cuya obra -hasta ahora desconocida por el gran público- impactará fuertemente a los amantes de la literatura. A ellos, les decimos, sumérjanse en esta vieja-nueva poesía, pues ella trae todas las cosas del amor en su cuerpo.
