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Rosabetty
Muñoz:
EN NOMBRE DE NINGUNA (2005)
Ricardo Mendoza
Villa de Valdivia / Otoño de 2006.
I
Este último libro de Rosabetty marca, probablemente, un punto
de inflexión definitivo y una reorientación textual,
tanto como un ahondamiento o una proximidad casi física con
sus ámbitos temáticos.
Desde En Lugar de Morir y hasta La Santa, venía
construyendo una poesía de versos apretados y casi invariablemente
cerrados sobre sí mismos, cortas emisiones de sentido entero;
unido esto a una materialidad verbal igualmente concisa y parca, de
respiración corta; y a una
expresión, por lo mismo, contenida por ese laconismo, aun en
su evidente búsqueda de intensidad emocional y exactitud comunicativa.
A partir de La Santa y Sombras en El Rosselot (curiosa
y decidora por lo demás esta proximidad de un ícono
religioso y un prostíbulo reciclado en casa, actuando como
soportes y escenarios de una renovación de lenguaje), su verso
se distiende y aleja de esa precisión y distribución
clasicizante, y se aventura en un torrente textual más
natural y lúdico (en la medida que sus motivaciones
lo permiten), que admite alementos provenientes de la prosa, de la
oralidad propia o conversacional, de otros ambientes de lenguaje,
del periodismo, de lo oído al pasar.
Este movimiento se consolida en Ratada, cerrando lo que constituye,
en mi opinión, un ciclo signado de una parte, por la definición
de ámbitos temáticos y preocupaciones que son la sustancia
y corriente (no tan subterránea) que sostienen internamente
su práctica literaria y vital. De otra, por la afirmación
paulatina de un lenguaje poético personal que transponga con
certeza esa corriente a la atención del lector. Lograda esa
afirmación en Ratada, ahí mismo se evidencian
ya los efectos de una tensión interna que apunta a la necesidad
de remecer ese lenguaje y abrirlo, fisurarlo voluntariamente ante
otros impulsos y recursos; a hacerlo receptivo a materiales que le
permitan acercamientos a la vez más penetrantes y aptos para
aproximarse aún más a sus temas, y aproximarlo al lector
por ese recurso a materiales verbales de dominio público.
II
En En Nombre de Ninguna encontramos en plena operación
esta entrega a todos los vientos verbales, de cualquier origen, que
permitan una más intensa vivencia y lectura poética
de esos costados de la realidad que a Rosabetty Muñoz siempre
le han dolido en el alma.
El tema de origen, uno de esos costados, es bien conocido: los fetos
abortados o recién nacidos muertos, abandonados en bolsas plásticas
en basurales y eriazos; recogidos por la policía y luego por
la siempre hospitalaria y hambreada mano de los mass media.
Por fin, una verdadera mano caritativa que los acoge bajo su apellido,
los nombra y entierra en suelo propio. Aunque mayor hospitalidad mediática
y recepción emotiva chilena tuvo la única que saltó
viva a la fama desde una laguna en los suburbios de Rio de Janeiro.
Así, el conjunto se arma a partir de textos en prosa y verso,
recurriendo al lenguaje periodístico, la crónica roja,
recursos literarios clásicos, descripciones visuales o de procedimientos,
letanías, lenguaje conversacional recogido en la calle o en
la micro, jirones de testimonios: el vestido andrajoso y remendado
de la Santa, elevado aquí a la mejor vestidura.
Pero lo que importa y maravilla en todo ello es que la sutura no se
ve: no hay el zurcido tosco resuelto en costurón o cicatriz
fea, sino un urdido tan fino que desaparece en un tejido continuo:
el poderoso conjunto, la figura total se alza ocultando los plebeyos
retazos que son su origen. Y no se trata de triquiñuelas de
cocina secreta ni ardua industria para tramar (urdir) un paño
de sobras y remiendos y pasarlo por fina holanda, sino de algo mucho
más simple y misterioso y difícil, por lo que implica
de compromiso ético. Se trata de la maestría de un oficio
ya encarnado, trabajando por dentro y por debajo ("voy caminando
y sin embargo voy a lomos de un buey", decía un monje
zen) de la entrega del escritor en la persecución de sus obsesiones
y los dolores y alegrías propios o asumidos.
Esto, como siempre que esta maravilla sucede, honra a la lengua en
que está escrita y a la ilimitada literatura a la que pertenece.
EN NOMBRE DE NINGUNA no sólo es una estación central
en la trayectoria de Rosabetty Muñoz, por su notable aporte
a la literatura mundial producida en las Colonias Australes del Imperio,
sino también una entrada poética profunda e hiriente
en uno de los tantos costados desgarrados del cuerpo de Chile.