VICTOR MANUEL, POESÍA Y FÚTBOL
Por Reinaldo Edmundo Marchant
Durante el mes de julio, hemos recibido el convíte para formar parte del programa de televisón "Síganme los buenos", junto poeta Erick Polhammer y el escritor Juan Oyadener. El destacado periodista nacional, Julio César Rodríguez, tenía un invitado especial, al gran cantaautor español Víctor Manuel, un músico y poeta, un hombre de fútbol - hincha del Real Madrid- y reconocido luchador de izquierda.
La mesa estaba servida.
Con libertad absoluta, nosotros nos paseamos hablando de libros de distintos autores, aunque el énfasis central está en fútbol y literatura, lectura de textos y opiniones acerca de los fenómenos que rodean peligrosamente al balompié Sudmericano y Mundial.
En este paisaje, han pululado grandes connacionales, la flora y la fauna misma, una galería de ilustrados, seres maravillosos como los economistas y hermanos Parisi, un hermoso descubrimiento.
Pocos, sin embargo, con la estatura y prestigio del cantaautor español Víctor Manuel, un vate y luego músico, un hombre de izquierda y luego un hombre famoso: un lujo de ser humano.
Víctor Manuel, desde joven abrazó las causas sociales del mundo y su relación con la creación. La hermandad con los escritores en particular, es fascinante.
Sus textos son verdaderas piezas literarias. Participa de los cambios y recambios de las sociedades adormecidas con una pasión que no puede desprender de su calidad moral: por estos días, en que se encuentra en Chile, ha expresado públicamente su apoyo al extraordinario movimiento estudiantil, que lentamente se está conviertiendo en una perla destellando en el pantano de los tiempos que vivimos.
El cantaautor español, refirió detalles de la valiosa generación musical de los años setenta. Resaltó, sin un dejo de resentimiento ni miseria, a otros grandes músicos de su país, en fin, reflejó a ese artista cabal, sabio, que sembró en buena parte de la tierra su legado, y hoy deja respirar sin hacer sombras a otras personas que buscan espacio de consagración.
Bajo la atentísima mirada de Julio César, el multifacético poeta chileno Erick Polhammer cantó pasajes del amplio repertorio del músico; Juan Oyadener le firmó su último libro, "Redonda Pasión", y Víctor Manuel, con cálida sencillez, leyó en cámara un texto mío.
Esa tarde no estaba para hablar de Messi, de la marea Roja que invadió Mendoza, de la clasificación de la Selección a Cuartos de Finales: había que escuchar al Maestro español, a Víctor Manuel, y agradecer a aquel bello día luminoso que cubría a la ciudad, presagio de un día feliz.