Proyecto Patrimonio - 2022 | index |
Autores |












Por ahí y por allá

Por Roberto Merino
Publicado en Las Últimas Noticias, 28 de marzo de 2022




.. .. .. .. ..


No es raro que nuestro entendimiento del mundo requiera de la estructura del mito. El relato que hacemos de nuestra relación con las cosas y las personas no podría tolerar una racionalidad demasiado persistente ni un obsesivo escrutinio realista. Quiero decir, esa racionalidad es la matriz de nuestra crianza, pero a veces necesitamos participar de una cuestión mayor, misteriosa, inexplicable. Los que hemos escrito poesía alguna vez sabemos por esa misma experiencia que el lenguaje nos acerca a esa orilla cuando lo hacemos girar, o lo dejamos flotar, o lo aceleramos.

Estaba pensando en el Trinche Carlovich, un mito local del fútbol argentino o, más bien, del fútbol rosarino, que es un mundo aparte, un poco demencial (como por otra parte lo deja claro el libro Paraíso canalla, de Francisco Mouat). Se supone que Carlovich fue alguna vez el mejor jugador del mundo, afianzado este lugar en el podio por unas frases admirativas de Maradona. Jugó por opción en equipos chicos, de sus jugadas deslumbrantes hay más registro oral que visual, a veces se le olvidaba ir a los partidos y tenían que mandarlo a buscar. En fin, Tomás Felipe Carlovich era un tipo del barrio, de las esquinas, de los cafés, despeinado, macizo, afable, desaliñado. Lo mataron unos descerebrados en una calle de Rosario en 2020, le querían robar la bicicleta o algo, el hecho es que lo golpearon con un palo en la cabeza y luego se golpeó de nuevo al caer sobre el pavimento.

Un amigo que sabe mucho de fútbol se indigna con la mención de Carlovich. Considera que lo prodigioso de sus condiciones futbolísticas no soporta un análisis básico. Que se trata de relatos incomprobables. Yo le digo que no se complique, que es bonita la posibilidad de tener un jugador de capacidades fabulosas que a la vez ostente un desentendimiento radical de los beneficios productivos de una carrera profesional. Qué mal nos va a hacer a nosotros ese cuento rosarino, sumidos hasta el cogote en el triste Santiago del estallido y la pandemia.

Hay un fenómeno distinto vinculado a la credulidad profunda que despierta en algunas personas el mentiroso, el encantador de culebras, el prometedor de bienestares, el redentor moral. Es el quid de la política, según podemos concluir tras una observación semidistante. Como los antiguos chirimoyeros, que ensartaban a sus víctimas con cheques sin fondos, traicionando el estatus fiduciario del documento, estos individuos, en su hambre de poder, no respetan —cuando emiten palabras— el factor esencial de la comunicación humana: la buena fe de la significación, el hecho simple de que practicamos el lenguaje, en su dimensión social, atendiendo a un consenso.

Animar mitos en la esfera política es, a diferencia de otros casos, perverso, malsano, irresponsable, en la medida en que las equivocaciones en ese ámbito repercuten en la vida diaria de la gente. Y ya sabemos: la vida es corta y no estamos para inmolar la propia en el apego que los taumaturgos les tienen a sus sueños sociales.

¿Cuál es el personaje de Alicia en el país de las maravillas que, al delatar al fugitivo conejo del reloj, dice "se fue por ahí" mientras su índice y sus ojos señalan en direcciones opuestas?



 



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2022
A Página Principal
| A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Por ahí y por allá
Por Roberto Merino
Publicado en Las Últimas Noticias, 28 de marzo de 2022