Proyecto Patrimonio - 2025 | index |
Autores |







Atributos innombrables


Por Roberto Merino
Publicado en Las Últimas Noticias, 13 de diciembre 2021


Tweet .. .. .. .. ..

De las clases que daba a fines de los setenta el lingüista Ambrosio Rabanales recuerdo una enseñanza lateral, algo ajeno al arduo desarrollo de la gramática sincrónica. Dijo una vez que fascistas, nazis y totalitarios en general ponían principal empeño en controlar el lenguaje. Y que en el odio a los extranjerismos se filtraba el odio a los extranjeros.

Son muy molestas, por lo mismo, esas listas que circulan a menudo en las redes en que nos instan a abandonar el uso de palabras extranjeras para designar cuestiones que disponen de una palabra en castellano. Mе pregunto en el fondo de qué casa fermenta la rabia de estos vigilantes del lenguaje, cuál es la historia de su frustración comunicacional, si quisieron ser alguna vez en su vida catedráticos o locutores sin conseguirlo. Cómo llega un ser humano a concentrar sus emociones en bagatelas de la índole "no diga dossier: diga portafolio". Sin duda piensan que lo que llegó antes a un lugar tiene derechos adquiridos, aun considerando la evidencia de que no hay nada asegurado en este sentido. Alguien diría que sujetan las palabras porque son retentivos anales.

Sabemos que el castellano de sesgo chileno que hablamos hoy caducará en algún momento, de manera gradual e imperceptible. Los que llevamos un tiempo considerable dando vueltas al sol y al eje de la Tierra, con lo que estoy diciendo los que estamos definitivamente viejos, podemos darnos cuenta de que las palabras que nos transmitieron los viejos de nuestra infancia —palabras que incorporamos con naturalidad— ya no se entienden demasiado. A los jóvenes hay que brindarles frecuentemente la traducción mientras nos miran con sorna. Un día de calor, estando entre imberbes, dije para molestar "me vendría del uno un potrillo de horchata", lo que originó reclamos no articulados, interjecciones de exasperación.

Antes eran veteranos chinchosos y resecos los que andaban corrigiendo cómo hablaba la gente. Los jóvenes, en tanto, eran fieles a los vocablos de su slang, cambiante conforme al paso del tiempo. Me asombra hoy constatar la acuciosidad y quisquillosidad con que personas jóvenes tratan de hacerse visibles controlando el modo de hablar de los demás o incluyendo en el espacio acústico expresiones restrictivas, forzadas, las del lenguaje inclusivo. Estas no aportan mucho en la compresión de la realidad pero sí en la caracterización de sus entusiastas hablantes.

Una vez, a causa de la noticia de un futbolista castigado por decirle Negro a un amigo al que se le apodaba Negro, comenté que a uno de mis hijos siempre le he dicho Gordo y nunca se ha ofendido. Una señora se enojó porque parece que uno no tiene derecho mentar las características fisicas del prójimo. O sea si un sujeto es chico, pelado, guatón, delgado, altísimo, estas características probables son tabú. Atributos innombrables. La señora me preguntó si le había pedido permiso para decirle Gordo a mi hijo. Dificilmente: tenía dos años y me parece que esa edad no estaba en condiciones de decidir sobre asuntos de esta laya.



. .








Proyecto Patrimonio Año 2025
A Página Principal
 |  A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Atributos innombrables
Por Roberto Merino
Publicado en Las Últimas Noticias, 13 de diciembre 2021