Poesía: flujo y fuga
Por Roberto Onell H.
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 5 de Junio de 2011
Fernando Pérez Villalón, como académico formado dentro y fuera de Chile, es autor de numerosos estudios literarios, y como poeta, de Voces versos movimientos (2004) y ahora de Pasajes (Festina Lente, Santiago, 48 páginas). Sin títulos, y tras el epígrafe de Montaigne que afirma "Yo no pinto el ser. Yo pinto el pasaje", sus 38 poemas parecen ser pisadas en la página, vestigios de un texto mayor. Es un andar cuyos pasos más certeros se acompasan en barcarola: "Ciudades son sombras, son voces/ que invaden tu vientre,/ son olas que contra tu playa revientan,/ arenas que inventan un nuevo paisaje en tu piel,/ [...] las manchas/ que el mundo produce en el muro de nuestra memoria"; en un impecable cuarteto que, poetizando tentativas, va con tranco seguro: "De pronto ya no estar, ser de repente/ la propia ausencia, un hueco en que uno falta,/ ser el espacio en blanco en que se escucha/ el eco de mis pasos alejándose"; en endecasílaba meditación: "Nos hemos dispersado, nuestros rostros/ velozmente se alejan del instante/ en que la cámara, cruel, los captura,/ [...] Dispersados,/ y sin embargo unidos para siempre/ [...] carabelas/ batidas por el mar en que flotamos/ buscando un continente cuyo nombre/ creemos conocer pero ignoramos"; en cadencia cercana a la prosa: "Zonas de silencio, calles/ por las que nunca pasa nadie, espacios/ cerrados, tras cada pedazo/ del libro [...] Por eso el/ zumbido que insiste, vibrando/ en tus oídos si cierras el libro". Fugacidad del amor, rapidez urbana, inseguridad del escribir, cobran vida en un metro como efímera firmeza del pasaje en vez del ser. La carencia, la caducidad, son aquí genuina poesía. Distante, tierna, grave escritura del todo fluye y del instante.
Alfonso Grez Subercaseaux, abogado y cineasta, llega con Centrífuga (Ediciones del Temple, Santiago, 66 páginas), "conformado por poemas de Ciencia aplicada, Defcon 3 y Spot, los tres primeros tomos de un proyecto en proceso". Versos efectivamente en dispersión, prescinden de la métrica y cuajan en instantáneas: "un grupo de soldados/ decora/ su escuálido árbol navideño/ cuelgan/ un bototo viejo/ [...] celebran fiesta en el desierto/ a 40 grados/ cantan villancicos/ hacen regalos/ a las comunidades.// se desean mutuos, la paz" ("esquemas"); en el tópico 'dónde están' que aparece como guión publicitario: "¿dónde están los vaqueros duros, los/ camellos playeros, los motociclistas/ vagabundos del humo y la carretera?/ [...] qué viento se los ha llevado,/ a qué cenicero habrán ido a parar" "(pausa comercial)", también llamado "(cigarrillos)"; en nana elegíaca: "gatea niño gatea, a la cuna, a tus cascabeles, al abrazo/ elástico de tus padres/ al hospital gatea, a la mesa de operaciones niño al hoyo,/ donde la carne se pudre" ("lullaby"); en la proximidad de la parca: "con palillos de hueso sonríe desdentada, me sigue/ a pocos metros, la anciana/ [...] recoge una a una mis canas,/ teje con ellas su abrigo" ("qué le pasa al cuerpo, se me atrasa"); en reiteración objetivista, cuasifotográfica: "una casa/ y el acantilado/ un auto estacionado/ y el acantilado/ [...] un columpio vacío/ que aún se mueve/ y el acantilado" ("hiperrealismo"); en ese buen tríptico "experimentos de separación", donde el descoyuntamiento corporal redunda, oníricamente, en desarticulación psíquica y en otras variantes de la rapidez centrífuga. Perspectiva de afecto distanciado, es ésta una poética del girón, del pedazo que apenas pudo capturarse del tiempo en fuga. Un registro maquinal, como hecho adrede contra el hablante, y cuya impasibilidad anímica es, a la vez, signo de crueldad y dolor en aumento.
Pérez Villalón y Grez Subercaseaux reescriben el motivo de la fugacidad con poemas como trozos o, al decir actual, en fragmentos. Propuestas similares, además, en dominio técnico; visiones y dicciones sustentadas competentemente. Pasajes hace desear un nuevo impulso; Centrífuga , la entrega completa del proyecto. Queda al lector seguir desarmando el rompecabezas. O intentar armarlo en pleno flujo, en plena fuga.