Retornos
El "transtierro"
de un poeta |
Después de
nueve años fuera de Chile, el poeta sureño Gonzalo Rojas
regresa con libros y esperanzas
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por Enrique Ramirez Capello
.......... Nunca se me dio más
próximo lo genuino de nuestra luz o nuestro ser que en estos nueve
tormentosos años en los que, perdida la costa remota, fui casi
Ulises de mí mismo y ella, mi patria, saci Itaca. Nunca habrá otra
morada que nuestro Chile. De ahí la alegría del retorno, que será
siempre un descubrimiento. Y la pena por los que todavía no
regresan. .......... Sexagenario y
vidente, a veces diplomático y siempre profesor de literatura,
inapelablemente entrañado a su Lebu natal -aunque fuera de Chile
desde febrero de 1971-, el poeta Gonzalo Rojas Pizarro regresó al
país "no a morir, sino a vivir". |
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.......... En eso anda. Con su nueva obra -Transtierro- como
un emblema. Asediado por amigos de su Generación -la del 38- y
jóvenes que zumban en busca de testimonios y auxilios. Anhelantes
por ver el paisaje de alerces y volcanes del sur y el aire
impregnado de carburo de las minas. Con la carga de cinco mil
libros, y las anécdotas de sus viajes por el Caribe, Oriente,
Europa, y su residencia última en Venezuela. .......... En otra geografías sintió
nostalgias por sus araucarias y ríos. Y vuelve porque las
autoridades -gracias a una iniciativa de la Sociedad de
Escritores, que preside Luis Sanchez Latorre- quitaron la
implacable L a su pasaporte.
Ni duelo ni
quebrantos
.......... Autor de obra leve
(La miseria del hombre, 1948; Contra la muerte,
1964), llega con dos novedades, de cierto carácter antológico:
Oscuro y Transtierro. .......... De amplia resonancia en España,
donde se imprimió por iniciativa de juveniles seguidores,
Transtierro tiene connotaciones que él explica: ... - No se trata de una mera violencia
léxica, sino de un neologismo que me pareció necesario para
distinguir, desde él, la connotación mortuoria de entierro y la
morfológica de destierro. Ni una ni otra cosa, Transtierro
aspira a mostrar, y sólo a mostrar, la muerte-vida como
búsqueda del origen, una constante que viene obsesiva desde mi
Cuaderno secreto, de 1936, parcialmente publicado... No hay
duelo, pues, ni quebranto aquí por la condición del exilio mismo
en el que, por lo demás, vivimos todos, y nacemos (Soy un
habitante, ¿pero de dónde?) sino apenas, sonámbulo, en el
desvelo. .......... Profesor de
literatura latinoamericana en la Universidad Simón Bolivar de
Caracas, Gonzalo Rojas ganó, con Jorge Edwards y el investigador
Luis Aguirre, la beca de la Fundación Guggenheim, de Estados
Unidos. Da recursos por un año "con el fin de mejorar la calidad
de la educación, el cultivo de las artes y el ejercico de las
profesiones".
Increíble
este setiembre
.......... Miembro de la mesa
directiva del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana
con sede en Pittsburgh, el poeta ya no cree en los encuentros de
escritores que él impuso en Concepción: ... - Pienso que el escritor ha de escribir y
el exilio me puso ante la evidencia de ese espejo implacable. Por
lo que, pese al imperativo del diálogo, ya no creo en aquellos
encuentros que prohijé en el ámbito nacional y en el Internacional
(años 58, 59, 60, 62) y que hoy son un capítulo en la historia
cultural de Chile. Coincido lo mismo en la defensa del oficio
lúcido que en la responsabilidad ética del escritor, al margen de
cualquier concesión seudorrevolucionaria y consignista. .......... Postula un diálogo disidente y
estricto que germina, hoy, en parte de la mejor poesía de América.
Cree vencidas ya las retóricas y las antirretóricas, y lo que
llama las adhesiones totales. "Me vuelvo a la edad en que los
poetas cantaban", asegura. ..........
Y canta a su tierra de origen. A la misma que define
Alfredo Buxán en el libro-homenaje de jóvenes poetas madrileños:
Canto de Lebu. O él en su poema Conjuro. .......... Algún día (o apenas un año)
surrealista en el grupo Mandrágora, con Braulio Arenas y
Enrique Gómez-Correa, Rojas va tras la palabra viva y el
rehallazgo. Fiel a su trabajo, dice que regresa para "el exámen
del ser que somos y de este oficio que es el escribir". .......... Y mientras saca libros y muebles
de aduana, redescubre su sur, reencuentra a sus amigos,
termina: ... - Aún estoy llegando y
ya me ha conmovido la palabra viva de nuestros poetas y escritores
jóvenes, el rayo que no cesa entre nosotros. Y la dignidad de los
mayores. Me parece increíble este setiembre, esta mudanza. Ya
encima de los 60, no vine aquí a morir, sino a vivir.
en revista HOY, septiembre de
1979.
Veo un
río veloz brillar como un cuchillo, partir mi Lebu en
dos mitades de fragancia, lo escucho, lo huelo, lo
acaricio, lo recorro en un beso de niño como
entonces, cuando el viento y la lluvia me mecían, lo
siento como una arteria más entre mis sienes y mi
almohada. Es él. Esta lloviendo. Es él. Mi padre
viene mojado. Es un olor a caballo mojado. Es Juan
Antonio Rojas sobre un caballo atravesando un
río. No hay novedad. La noche torrencial se
derrumba como mina inundada, y un rayo la
estremece. Madre, ya va a llegar: abramos el
portón, dame esa luz, yo quiero recibirlo antes que
mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de
vino para que se reponga, y me estreche en un
beso, y me clave las púas de su barba. Ahí viene el
hombre, ahí viene embarrado, enrabiado contra la
desventura, furioso contra la explotación, muerto de
hambre, allí viene debajo de su poncho de
Castilla. Ah, minero inmortal, ésta es tu casa de
roble, que tú mismo construiste. Adelante: te he venido
a esperar, yo soy el séptimo de tus hijos. No
importa que hayan pasado tantas estrellas por el cielo
de estos años, que hayamos enterrado a tu mujer en un
terrible agosto, porque tú y ella estáis multiplicados.
No importa que la noche nos haya sido negra por
igual a los dos. .....
-Pasa, no estés ahí mirándome, sin verme, debajo
de la lluvia.
(De Transtierro, Gonzalo
Rojas)
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