Naín
Nómez
"Pablo de Rokha fue un visionario de nuestra
lírica"
Vuelve a editarse
"Cuarenta y un poeta joven de Chile", una natología publicada hace
medio
siglo por el autor de "Los Gemidos".
Por Maureen Lennon Zaninovic
en El
Mercurio, 02 de marzo de 2003
.Sólo en las páginas de la
desaparecida revista "Multitud" apareció publicada en 1942 la
antología "Cuarenta y un poeta joven de Chile". Un puñado de
imberbes escritores de la época quedaron inmortalizados en esta
publicación dirigida por Pablo de Rokha. Muchos de
ellos estaban dando sus primeros pasos en el mundo de las letras, como
Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Eduardo Anguita y Luis Oyarzún. Más
tarde pasarían a convertirse en nombres capitales de la historia de la
literatura chilena.
Lom acaba de
reeditar este libro, que recoge las voces líricas que marcaron la
primera mitad del siglo XX, impregnada por el surrealismo, lo social y
lo popular.
Naín Nómez, director
del catálogo de poesía de la editorial y autor de uno de los prólogos
de este volumen, destaca el carácter clarividente de Pablo de Rokha
porque a su juicio "el fue un visionario. Muchas de las promesas que
escogió para estas páginas hoy tienen un nombre reconocido. De Rokha
realizó una fotografía proyectada al futuro de la poesía
chilena".
Junto a los nombres ya
citados aparecen otros -verdaderas sorpresas a juicio de Nómez-, como
el poeta Omar Cerda, "que en su forma tradicional adquiere un ritmo
poético de gran cultura y fluidez", u Orlando Cabrera, cuyo poema "Río
abajo murió el amigo" brilla "con luz propia". También es posible
encontrar rarezas, si se toman en cuenta las temáticas que han
caracterizado la obra de los autores. Por ejemplo, Parra, sin ser un
escritor contestatario, aparece con el poema "Himno
guerrero".
La Mandrágora y el
surrealismo tienen una representación a través de nombres emblemáticos
como Teófilo Cid, Enrique Gómez Correa y Braulio Arenas.
Mujeres escasas
Naín Nómez critica la poca presencia femenina en "Cuarenta y un
poeta joven de Chile". En 256 páginas, sólo aparecen María Silva Ossa
y María Cristina Menares. "Hay que tener en cuenta que, en esa época
la poesía femenina era bastante tradicional. El gran momento ocurrió
en 1920, con Gabriela Mistral y Teresa Wilms Montt. De las poetas que
incluye Pablo de Rokha quizás la más importante ha llegado a ser María
Cristina Menares, con una voz propia, original, que rescata la
intimidad", explica.
Nómez también
lamenta la ausencia de Enrique Lihn, aunque reconoce que no sería
hasta 1949 cuando publicara su primer libro y, por lo mismo, habría
sido imposible incluirlo en estas páginas.
Durante su publicación en 1942, la
antología del autor de "Los gemidos" no pasó inadvertida y generó más
de alguna polémica por no incluir a nombres consagados como Vicente
Huidobro, Pablo Neruda o la Mistral.
Frente a estas críticas, Nómez responde que
la intencionalidad del compilador fue "presentar a las nuevas voces de
la poesía de esos años y ahí está su principal valor. Al igual que lo
que ocurre con los futbolistas, De Rokha descubre talentos y los
presenta a los lectores. Me parece muy importante que este libro se
reedite, especialmente cuando los jóvenes no conocen mucho la
tradición literaria chilena".