Sobre «Avistamiento de aves y otros vuelos» de Carla Llamunao
Ediciones de la Universidad Católica de Temuco, 2023. 63 páginas Por Ricardo Olave-Montecinos
En tiempos de inestabilidad política, económica, y por qué no decirlo mental, pareciese que un poco de cobijo, un abrazo que rodea el cuello, o simplemente una palabra de aliento alienta a los seres humanos en su lucha diaria. Si extrapolamos esto a que habitamos una sociedad en la que abunda el amor líquido, con la complejidad de los vínculos y las relaciones en un mundo posmoderno tal como nos advirtió Bauman, hablar de amor nunca es fácil, sobre todo si se intenta no caer en lugares comunes. Por eso es destacable el trabajo que Carla Llamunao realiza en Avistamiento de aves y otros vuelos, el segundo volumen de la Colección Yosuke Kuramochi, perteneciente a Ediciones Universidad Católica de Temuco (2023), donde con maestría revisita el género romántico desde la tradición poética.
Llamunao fue una de las ganadoras de la primera colección de poesía Yosuke Kuramochi, convocatoria para nacidos o residentes de la región de La Araucanía, realizada por la Universidad Católica de Temuco, Tras la evaluación de las 47 propuestas revisadas por voces como la poeta y profesora Rosabetty Muñoz; el académico y poeta, Patricio Alvarado; y el escritor cubano residente en Chile, Carlos Lloró, Llamunao fue seleccionada como una de las ganadoras junto a la obra Nada o el vacío observable del espacio de Felipe Caro.
En este libro, la autora explora las pasiones a través de la vista y exploración de las aves. La contemplación será el camino y las aves la locomoción para dar forma a la propuesta poética contemplativa que se atañe a la geografía local, tomando el pulso sensorial que comparten aves y humanos. Son el canto, el descanso o el viaje puntos de encuentro para dar cabida a lo que Llamunao busca decir.
Los versos de la poeta hacen eco en otras obras escritas en La Araucanía, específicamente con Desove de Claudia Jara Bruzzone (Cagtén, 2018), que toma al salmón como la figura metafórica para desnudar su intimidad.
«Eres un pez que emigra/ viviendo por años el desove, / pero eres más pez por esa memoria ingrata»
Así también, otros autores de este territorio poetizan sobre el concepto de las aves. Mujer Halcón (Pululo, 2020) de Aliwenmalen, Breve estudio sobre las aves (Observatorio [19], 2021) de Charlotte Von T., son algunos de los ejemplos, situándose Llamunao en medio de estas escrituras, amarrándose a loicas, mirlos, gorriones o lechuzas para construir su sentir repartido en fragmentos, pasando desde el entusiasmo a la incertidumbre.
«Avistamiento de aves y otros vuelos» está dividido en dos capítulos, en el que su prologuista, Patricio Alvarado, destaca el flujo de la experiencia personal desde el simbolismo de las aves, generando escenas fragmentadas de un amor que aún parece doler. La primera parte comienza con un poema de largo aliento que le da nombre a la obra y da cuenta de las reminiscencias de un pasatiempo heredado tras el fin de un amor. Desde allí, mirar el cielo y reconocer el canto de los pájaros ya no será lo mismo, sino reverberación de besos, penas y soledades, siendo una obsesión de la escritora, reconocido por Llamunao en una entrevista a El Mostrador, conversación realizada tras haber sido seleccionada en la convocatoria: «...Hoy estoy con las aves; me he obsesionado con los pájaros, al ser un elemento tan presente, pero muy obviado. No nos hemos dado cuenta, por ejemplo, cómo se han adecuado a lo urbano».
En Aves Mensajeras, la poeta explora la fragilidad desde la venganza. las referencias a Temuco son palpables, así como la pena, el vacío y la necesidad de responder ante el dolor con lo único que ahora posee: palabras.
«Cruzaré Av. Recabarren con los ojos cerrados,/ llegaré a la universidad hablando con las bandurrias,/ taparé las paredes con afiches que anuncien/ cualquier cosa./ Iniciaré una carrera política/ publicaré mi foto en palomas/ para que te atrevas de una vez a verme la cara. Lanzaré un libro en el que se cuente la historia triste/ de un personaje desdichado/ que, por no atreverse al amor, termina sus días en la monotonía de una fábrica»
En la segunda parte de la obra, Y otros vuelos, se encuentran los poemas que dan mayor fuerza a la propuesta. Uno de ellos es Un Afán, que da espacio a una mirada introspectiva del género y su posición en la sociedad, sosteniéndose ante los golpes y la rutina que obliga a seguir respondiendo.
«Serás esa mujer/ la que necesitaste cuando niña./ Capaz de amar y matar. Asesinarás a tus enemigos y te acostarás con los míos, la ambición se comerá tu pasión.»
El poema Alas para volar, da luces de su origen mapuche, siendo el componente indígena presente en varios de los poemas presentes, como mencionando el nombre en mapudungun de algunas aves, por ejemplificar.
«Dicen que soy la bestia de dos cabezas/ me definen por mi apellido… Que antes de ti era una salvaje/ que me enseñaste el valor del oro/ dicen que la traición corre por mis venas/ que soy nieta de la Malinche,/ que asesiné a mi madre,/ y a mi hija/ que ni los pájaros se parecen a mí, que más que curandera soy una bruja.»
El poema Vuelo a ti se sitúa desde el origen y centro de su universo poético, el sur, para dar cuenta de un amor no correspondido, marcado por las migraciones del hablante lírico.
«He dejado el sur una y otra vez,/ te he dejado, una y otra vez»
La propuesta cierra con dos poemas notables. Mientras que Para vivir el duelo de una madre, la hablante hace un giro acabando con lo heredado, abriendo su propia ruta para convertirse en la mujer que busca ser:
«En el repetirme hasta el cansancio/ -no hay niña más linda que yo en el mundo–/ en el que heredé tu enojo, y tus traumas/ en el pañito húmedo para bajar la fiebre. /En la repetida frase que te mereces algo mejor»
Por otro lado, en El don de las caracolas es honesta de su posición en la tierra, humana que convive con rabia, pena y saudade, siempre difícil de saber cuándo acabarán dichos sentimientos.
«Maldita nuestra suerte/ de nacer humanas/ y no dominar/ el don de las caracolas»
Aunque puede ser leído por todos quienes encuentran en la poesía el sustento para los dolores de la realidad, Avistamiento de aves y otros vuelos de Carla Llamunao abre sus alas sobre todo a mujeres, tanto con su lenguaje y forma que, si bien habla desde Temuco, podría encontrar a otras en ciudades que no conoceremos, dando sentido a ese cariño que algunos anhelan, siendo esta obra en su totalidad una compañía, aunque sea una excusa para dar nombre a lo vivido, con sus placeres y sus dolores. Amar nunca será fácil y algunos encuentran en el lenguaje de la poesía un espejo, una forma de poder seguir adelante.
Avistamiento de aves
Esa mañana no escuchamos
las aves nos tomaron por sorpresa . . . . . .. —a nosotros—
nos mirábamos impávidos
días y meses nos preparamos para su llegada
observábamos en balcones
cualquier polluelo
y adivinábamos especies
tú decías . . . . . ..—esa es una loica—
¿cómo lo sabes?, te respondía . . . . . ..—por el fulgor de su pecho—
antes que su color se palpa en el aire su calor
te respondí —¿se puede vivir con la herida en el pecho?—
silencio
retomaste:
cuando te vi,
se inventó el mundo de las aves,
tú eres una loica —sentí antes tu calor—
sabías que la herida de la vida
se me nota en el pecho, roja
como una loica
y te quedaste, te quedaste y te fuiste
sin irte,
fuiste mi pecho y mi herida
y tú, ¿tú qué pajarito eres?
caminando un día
te decía, quieto . . . . . . —mira, ahí junto al árbol hay un mirlo—
¿cómo lo sabes?, me respondías . . . . . .—por su completa oscuridad—
antes que su negro plumaje y su soledad se siente . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . una presencia que ilumina
me respondiste —¿se puede vivir con esta pena y . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . esta soledad tan oscura?—
silencio
retomé:
cuando te vi,
se inventó el mundo de las aves,
tú eres un mirlo —sentí tu presencia que ilumina—
respondiste, sabías que la pena y la soledad me cubre . . . . . . .. . . . con su negro color el cuerpo, entero
como un mirlo
y te besé, te besé el cuerpo entero
día y noche
fui tu compañía y tu pena
esa mañana, no escuchamos
empecinados decíamos
—una golondrina no hace ni primavera, . . . . . . .. . . .. . . . . . ... . . . .. . .ni verano—
dudábamos de nuestro amor
y apareció una . . . . . . .. . . .y otra . . . . . .. . . . .. . .. . .y otra
la ciudad se cubrió de golondrinas
y mi herida y tu soledad —dudaban—
. . . . . . esto no es amor
cuando el sol fue cubierto por aves que nos tomaron . . . . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . .. ... . . . .. por sorpresa
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Sobre «Avistamiento de aves y otros vuelos» de Carla Llamunao
Ediciones de la Universidad Católica de Temuco, 2023. 63 páginas
Por Ricardo Olave-Montecinos