Roca Mínima II
De Bisontes de Luz (Editorial Ultramarina, 2019).
Si de algo indefinido,
se tratara esta vida,
sería de un témpano de hielo
bendito,
que semeja
una pirámide:
la encantadora construcción
cn altitud, latitud y profundidad
en el tiempo contradictorio que gira y giramos.
Un felino rojo custodiando
el cambio del tiempo profano al sagrado.
Escalada solución
a la luz de los entramados estelares,
así es como en todas direcciones
la información se despliega.
Cha-Mool a punto de despegar
¡Míralo salir disparado hacia el Cinturón de Orión!
¡Míralo sin casco, astronauta de piedra!
Qué pura su mirada celeste.
Ésta es la maravilla de los alienígenas mayas,
cada columna un guerrero del tiempo
sonido distante
el rapto del jaguar,
vuelo de quetzal mi pensamiento
y sonido de reptil mi canto.
Mi violencia es lava de volcán dormido
y en eterna resurrección.
Tzintzuntzan dice el colibrí mensajero,
con la rapidez del viento nos movemos.
Desde Pátzcuaro, abuelita
viajamos hasta la península,
Pirámide de Kukulkán, qué absurda me pareces en el olvido,
cierro los ojos como me enseñó mi hermana
y te puedo ver en toda mi furia
de temblor desesperado.
En tu bóveda pétrea me imagino el cielo claro
y tus matemáticas milenarias asombran todas mis alegorías.
Te pintaré cuatro veces cuatro
como número de equilibrio santo,
será el esbozo de una nave,
pirámide que vuela hacia el universo;
la verdad temblará
cuando el extranjero se gire hacia el pasado,
y se vea sacrificar al chamán
que es mi padre también,
que ya vaticinaba el final y el comienzo
de nuestro más alto espíritu salvaje.
Un día, me queda claro
conquistaremos nuestra esencia,
despertaremos de la pesadilla
que quiso enterrar toda piedra
puesta en el lugar
perfecto del rito.
Y será fuego
el retorno
de mi civilización de estrellas.
BBBB
De Bisontes de Luz (Editorial Ultramarina, 2019).
¿Y qué era todo esto,
una rueda perfecta
el destino en las cartas
las manos del deseo
la púrpura sensación del encuentro?
Vuelo en la tribulación
me siento esperpento,
la equivocada no soy yo,
aún tengo fe, esa figura existe.
Ya de nada sirve usar los supuestos,
ir al teatro líquido
donde llueven las burbujas
y la casa explota frente a nosotros.
Yo quiero ser furia
y tengo el corazón encendido.
Crocosmia
De Los Astros (Ediciones En Huida, 2018)
Fui quemada por alguna circunstancia
(Te volviste cometa para renacer planta)
Un jardín cósmico nos aguarda
He esperado cientos de años para mirar
(El tiempo no es nuestro, somos tiempo)
La unidad es la verdadera razón
Leo un libro y alguien dice <<decreación>> del yo
(En el principio creé los cielos y la tierra)
Significa “deshacer la criatura dentro de nosotros”.
El cuerpo sólo es nuestra nave por un breve segundo
De Los Astros (Ediciones En Huida, 2018)
Éramos carne y huesos, de pronto un rayo de alma, luz
o esencia
nos llegó al tórax
al cerebro y al coxis, éramos materia flotante
escuchábamos aves del paraíso y vibraba todo
alrededor
la gravedad era un sueño de los planetas
nosotros nada sabíamos de eso;
recorrimos centímetros del interior de la nave madre,
un extraño hilo de plata nos mantenía conectados a una
nueva dimensión.
¡Vivos! entre burbujas jugábamos a estrellarnos con los
bordes,
flotábamos en la gracia, luego el cambio inevitable,
las puertas se abrieron, dos mástiles hermosos abiertos
de par en par,
sucedió la primera revolución: nacer.
Todo se caía, era vertical y nada entendía de estas
nuevas leyes
y algoritmos de existencia. Rostros ajenos y diversos se
revolvían a mi alrededor
tenían un especial interés en mis herramientas, esas
pinzas a los extremos
con los que podía agarrar, devolver, destruir y
transformar la materia, mi festín.
También lo que entraba por mi boca y dejaba
satisfechas mis ansias de
volver a casa
balancearme de un lado a otro como barco y dolor,
recuerdo que en aquella bolsa rosada
casi no había esta sensación de picazón en la garganta
y la revuelta armada de mis entrañas, tanta sed y
hambre,
el vacío, esta propiedad demencial de la experiencia
humana.
Todo está adentro, nada puede salir,
mi cuerpo debe ser extraño. Me doy cuenta
las lágrimas tienen poder, el líquido escurre desde
mis ojos parece un elixir necesario
una sustancia mágica que todo lo puede.
Astros sin manto, murallas celestes acompañan el vacío,
nuestras corazas decepcionadas
siguen su estela de pequeñas explosiones.
Mi nave me protege, nadie sabe lo que soy, lo que ya he
digerido, me resta fingir
que soy humano y que tengo una llave.
Cuaderno segundo: Vendrá el Rey Poeta
De Áncora/ La Estampida del Silencio (Poesía GARVM, 2021).
Hablarán las criaturas
del inframundo:
la selva adelante,
mirada de águila
perfil orgulloso,
manos de maíz sagrado.
Padre del refugio natural,
¿Dónde estás señor?
¿Dónde está tu paz molecular?
Sabemos tus hijos
que tus ojos son mirada fantasmagórica
donde la tierra reposa,
y este paraje
construido de abismos
y esmeraldas, perecerá.
Los restos
de un espíritu colectivo,
herida patria de luz
cubierta por el velo
del último mensaje de Tlahtocan:
Nuestro Sol se ocultó
nuestro Sol desapareció su rostro
y en completa obscuridad nos ha dejado
pero sabemos que otra vez volverá.
…
Ahora nosotros les encargaremos a nuestros hijos
que no olviden informar a sus hijos
cuán buena será, cómo se levantará
y alcanzará fuerza
y cuán bien realizará su gran destino
esta nuestra amada madre tierra Anáhuac.
Tenochtitlán, 12 de agosto de 1521.
Vendrá el Rey Poeta
de su exilio
y nos cantará
la música del orden,
será la misma fe que sostiene
esta marcha mixe
de viento desafinado
y rumor de grandeza,
sangre en la memoria
de un joven que vio morir a su padre
de un guerrero que se ha matado
a sus hermanos,
de una mujer que ha enterrado a todos
sus hijos.
Vendrá el Rey Poeta
como profeta sagrado,
coyote que ayuna:
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¡Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Solo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra.
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Solo un poco aquí.
Y les dirá a todos los hombres,
a todos los tristes hombres
que la primera leyenda era cierta,
que todo peregrino que venía de Aztlán
encontraría después de tantos años
la Tierra bendita, un nopal en un islote
coronado por un águila devorando una serpiente,
así lo dijo Huitzilopochtli.
Vendrá el Rey Poeta
y un horizonte
de amapolas danzantes
entre floridas coronas de ceremonia,
bebiendo el pulque de siempre,
mirando la orilla de la ilusión-fantasma.
Los concejales de estas ciudades
se han llenado por la ceguera del poder,
México secuestrado por el miedo,
insulsa agonía de nuestro sustento,
todas las divisiones, abundancia y terror.
Nos hemos tragado en la serpiente
el veneno
que ahora lucha por salir
de nuestros corazones.
Y así será, hermanos
no teman, volverán los 43
y todas y todos.
Nada verdadero desaparece,
solo las carcasas mueren.
El espíritu mexica
es de oro
es de jade
canto de colibrí
canto de cenzontle
para seguir cantando su melodía
a Tata Dios.
Es de recuerdos el hogar
y su hogar esperará siempre
porque han sido demasiados años
porque han sido demasiadas naves
porque han sido demasiadas heridas
infortunios
del fuego.
Sangre sonando
de rabia nací
mis amigos
eran mis enemigos,
la prueba
era sentarse en comunión
donde el peligro se avecinaba.
Tezcatlipoca
nos hemos mirado en tu espejo negro
y sabemos el color de la guerra
en el sensato movimiento
de los calendarios.
Descansar en la verdad
de los montes y las montañas.
El Templo Mayor,
escalado.
La pirámide de la luna,
los escorpiones
de la iluminada creatividad.
El venado sagrado,
corazón huichol.
Amé su perfil
me arrodillé ante sus costras
de tantos siglos caminando,
cada ranura
donde el polvo flotaba,
-el salto-
era pasar de ser sólo materia
a ser energía.
Revolotean mariposas
blancas
de buen augurio sobre sus cabezas.
Se refugiarán las alas en el vuelo.
El pasado de piedra
ya no es mi bagaje.
Me reconcilio con el oro de los denarios,
sagrado sea todo lo que al humano compete
en el desierto de lo real,
ya las palabras del Rey Poeta
en los billetes de cien pesos resuena…
Amo el canto del cenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces,
amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero amo más a mi hermano el hombre
—Lo nuestro trasciende el tiempo de los
hombres…
Yo también te amo mi hermana mujer —dijiste
La patria es la trampa final
de que el humano es terrestre,
cuando su espíritu es cosmos.