A Paul Forsyth Tessey y Willy Gómez Migliaro
Agua llamada para nadie
Parto menor
Apellido de eslabón maridor
El que deshace la tierra y rebuzna en la borrasca
Que oigas a la gallina negra antes de nacer solo tú
Podría ser caso de ceguera precoz
Nuestra cita en una tabla y un incendio
Identifica nuestro orín
Con la caída del cabello y amarnos
Hasta la vejez nos deshace sin rumbo
Mas que naufragar con el eco del aliento
La sombra de mi idéntico otro
Quien te toca desvanece su deseo
Con las huellas de un objeto perdido
Futuro y pasado engastados al cautiverio
Los anfibios nos saludan antes de naufragar
En el caos y la paradoja animal no mana dios
Divida o reste la cifra una medida írrita
Ya sale a relucir anómala ternura
Dando palmas vacías al deleznable
La calle ilumina tu perdición
Tu máscara ante la resurrección de los suicidas
Abracemos en bienvenida a la ebriedad vestida de alma,
Gárgola y herrumbre se agitan al descubierto
El sino de esta condición precaria y pacientísima
Ha arribado la mortaja entre nosotros llena de presentes
Cada uno sabrá cuál es el que merece
Cada uno cantará el bajo fondo de su perla
Un par de misterios durante la aparición de laberintos
Tal vez apuesten un viernes la tarea escolar
Jamás sabré cómo hacer el amor durante tanta fiesta
Menos comulgar con tanto prójimo de piel y aliento
Voltaje y volución tu estar enamorado y de cuchara con los muertos
Es rupestre el tuyo desgobierno claroscuro
El aire rancio de la costumbre embadurna de heces
Los pasos del extraviado que viene a pedir cobijo
Adiós créenos en la espera y líbranos de la errancia
La sed desaparece entre los codiciosos artificios
No escribas necio autista canta
Desde tu latitud habrán de manar los abismos
Nada más el hogar es el mundo ni siquiera el mar
Las estrellas lo saben
Algunas cosas solo empeoran
Eso que llamas memoria
Y no regresará aquello
Que viste por primera vez
Embalsamado y anónimo
Como un carguero escocés
Saluda a las costas de un recién nacido mercante
Tus párpados ya umbría como a plena luz
La destrucción nos ha leído entre los asteroides
Y una impronunciable copulación
Un flete corre a los brazos de su estibadora madre
Y le confiesa una fortuna enterrada en su futuro
La locura nos habrá de sostener
Incluso habrá un lecho para los curdos
Nadie sabe quién o cuándo tus huesos, hijo mío,
Amarán por última vez a los perros ni siquiera esta piedra
Pacíficos los cuerpos fundarán las constelaciones y su reproducción
Adherencias deshumanas y salmos de sangre
Enjambre invisible para el ojo obtuso de un delincuente
Industria de sombra depuesta
Piedra que horada toda extensión mística
La reputación de los huesos rotos
El llanto sin piedad de los amargos y los deshechos
El olvido la carne cruda
El dolor y el tumor que amamanta
Las raíces ultramarinas
Lejos con el tsunami
Al hijo que no regresa
A esta horadación de la calavera
Visitando bautizos
Calcinados como la hora y el mapa
Donde ha florecido el crimen gramatical
Un celaje de crisis y partos prematuros
Contra cuál de los órganos voltea la zozobra
Y se harta el párroco de la misa
Bendito sea este cuerpo leso
En vértigo convertido
Arrojado este fardo
Ya especie labio o espada
Para cebarte de nuestra ignorancia
Y nuestro dulce espanto
Acaso silbo de signo
Facto de nadie y soma
Acopio de exvotos hambrientos
Huesos y yedras que auguran los feroces gallinazos
La pose de un grito vulgar
Al otro lado del espejo
Los hambrientos niegan el vaho de tu rastro
Como se aman los extraños dentro de un nombre que ya no es el suyo
En algún ejercicio que desangra
La lengua de los ahogados y los náufragos
Quien piensa su aproximación
Y vis a vis a voces revela su doctrina
No discurre ya su lista de créditos y deudas
Solo a tientas carga su amado cadáver
Para las calles de su adentro subterráneo y en círculo
Divaga vectores y amperios de vuelo
Entrega su maleta y embarca al otro lado
Lampo y póstumo
Festejemos pues la llegada de los últimos
Quienes siempre esperan cumplir su función áurea
La extinción con que se cobijan y embelesan
Ahí donde no hay poder ni resucitación
Tanta ascua por doquier
Y mis parientes fulminados por una llaga consagrada al nombre
Pero de otra naturaleza
Fenomenología de las secuelas y las cenizas del universo
Las salas editan la escena urgente
Y evacúa el hijo incandescente y cotidiano
Aquel que no regresa ni sucumbe
A los desenlaces que arrojan a los deudos
Sustancia acantonada en lugar del tacto
Un cielo de tamaño fiscal
Abrupto ladrillo que fija
Su morada a la deshora
No detendrá esa flor ni esa vez que se borró tu expediente
Ante la vergüenza y el decoro de tu sobremesa
La oscuridad en vivo de otro circo
Durante y duro el pan o la peste
Capaz de suplir la abundancia
La sed ha germinado nuestras inacabadas cordilleras
Y los cultos han embalsamado nuestro periplo
Con el peso de quien triza la noche
Un vertedero de linfas y trastiendas de silbidos
Alza tu pródiga mies para alborar contigo
El dolor y la calma contrita y puntual
Nuestra derrota