Ramiro Rivas, es un escritor que integra la generación del
60, junto a otros autores, como los narradores Poli Dé-lano, Antonio Skármeta, Ariel Dorfmann, Antonio Rojas
Gómez, Carlos Olivárez y tantos otros talentos de la también
llamada generación de “Los Novísimos”. Desgraciadamente, la
fase de transitoriedad de pensamientos que vivimos despliega
poco interés en destacar la trayectoria y la producción de estos
escritores verdaderamente importantes en el desarrollo de la
literatura chilena contemporánea. El cuentista y novelista Ramiro Rivas, es un escritor que empieza a destacar a partir de su
exitosa participación en concursos literarios verdaderamente
significativos. A consecuencia de lo anterior, la escritora Isabel
Allende lo invita a sostener una entrevista que posteriormente
ella publicaría en la revista Paula. Años más tarde, Ramiro Rivas
se adjudica el premio mayor del Primer Concurso de Cuentos,
convocado por el diario La época. La trascendencia de este desafío literario queda de manifiesto cuando citamos los nombres que en aquella ocasión integran el jurado: Diamela Eltit,
Jorge Edwards, Rodrigo Cánovas, y el editor Hugo Galleguillos.
Conozco de cerca la calidad indudable de la novela ganadora,
“Luciérnaga curiosa”, porque tuve el privilegio de formar parte
también del jurado que evaluó las bondades de las 1904 obras
que aspiraron al premio. Ramiro Rivas, sin embargo, ha preferido permanecer al margen de los ruidos literarios y, en cambio, se ha consagrado a exprimir su vocación con el fin de crear
obras de respetable valor literario.
Tan lejos de los dioses, es su obra más reciente. Contiene
quince relatos breves, en los cuales como característica esencial, habitan personajes perfilados a partir de pacientes observaciones de la conducta humana. Encontramos en las páginas
del libro seres delineados como instantáneas fotográficas captadas en bares sombríos, ahí donde los parroquianos imaginan
sueños imposibles, entre el humo de los cigarrillos y las sucesivas copas de alcohol. Buscan cicatrizar heridas recientes o en
estado crónico, en lugares de consentimientos y, quizás, donde
la democracia se manifiesta en todo su esplendor. Oscuridades
donde Rivas no olvida poner una flor como un quiebre virtuoso,
un clavel rojo esperanzador, iluminador de los delirios infinitos
de la mente.
Campean en la configuración de estos mundos íntimos,
como en toda buena literatura, los mapas de las indescifrables
y sorprendentes carreteras del pensamiento, a veces plenas de
libidos múltiples, de esperanza y desesperanzas, sueños que sufren alturas inalcanzables, o caídas estrepitosas.
En la modernidad ya no hay rivalidades entre ficción y realidad, ambas experiencias conviven en maridajes perfectos. La
tecnología con sus dispositivos capacitados para desarrollar funcionalidades que asombran, incluida la robotización, produce
como inevitable paradoja, más que nunca antes, seres solitarios,
ganados poco a poco por la imagen y la decepción. Sus personajes mundanos, tan distantes de los dioses, pertenecen todavía
a las viejas concepciones, a los perturbados que se gestaron en
la pre pandemia robótica. No lucen laureles, pero los ambientes
cotidianos con ruido de copas y las canciones de algún artista
frustrado, son su reino. En las páginas que crea y recrea Ramiro Rivas, también hay mujeres sensuales, seres hambrientos de
drogas, y punks que descreen de la tradición con desprecio, no
pocas veces a contracorriente de la ley.
La prosa de este escritor es extremadamente precisa, las
descripciones en sus relatos no se desvían ni se enchuecan en
nimiedades que alargan innecesariamente el relato. Dan en la
cabeza del clavo a la primera. En este caso, el clavo viene a introducirse en el alma humana escondida, que no vemos en los
procesos intangibles e infinitos del pensamiento humano.
En la aparente quietud síquica de muchos personajes de la
narrativa de Ramiro Rivas, uno advierte cierta semejanza, artística en definitiva, con los seres que embellecen los cuadros de
Edward Hopper, el pintor de los solitarios, de las criaturas que
observan el vacío desde los asientos giratorios de los bares, o
despiertan sorprendidos en dormitorios sin adornos, despo-
jados de referencias, quizás, sorprendidos de vivir. Los entes
de Rivas, somos nosotros, entre la liviandad superficial de los
días, hasta la profundidad del pensamiento que excava y excava buscando el sentido, la vía que conduce al horizonte. Todo
esto comunicado con la estética de la palabra, de la frase bien
escrita, de las historias bien hechas, a veces con descarnado
realismo.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Los Dioses lejanos.
"Tan lejos de los dioses", Ramiro Rivas.
Bravo y Allende Editores, 2022, 116 páginas.
Por Fernando Jerez.
Publicado en Off the Record, julio 2023