Proyecto Patrimonio - 2020 | index | Ramiro Rivas | José María Memet | Autores |
JOSÉ MARÍA MEMET Y EL COMPROMISO LITERARIO
A propósito de MAPUCHE.
La tribu de las palabras. La tribu des mots.
Edición bilingüe. Traducción del español Anne Denis
Por Ramiro Rivas
.. .. .. .. ..
Escribir sobre la multifacética obra de José María Memet (1957), autor de quince libros de poesía, con varios premios literarios a nivel nacional como internacional, resulta dificultoso por la brevedad del espacio. Por tanto nos referiremos tangencialmente al grueso de su obra y, en forma especial, a su último libro, Mapuche. La tribu de las palabras, edición bilingüe con traducción al francés por la académica Anne Denis.
Memet es un escritor comprometido con la poesía, la vida y la política. En la época más dura de la dictadura chilena, militó en el movimiento revolucionario MIR, para luchar contra el gobierno opresor, sin dejar de escribir. Desde su primer poemario, Poemas crucificados (1977), al libro que ahora comentamos, han transcurrido cuarenta y dos años de poesía. Entre sus obras más destacadas habría que mencionar El duelo (1994), Un animal noble y hermoso cercado entre ballestas (1995), Amanecer sin dioses (1999) , Melivilu. Poemas Políticos 2015-1973.
Memet es una de las voces más altas de su generación, llamada del 80 o NN, rica en talentos poéticos, que viene a reafirmar el manoseado lugar común de Chile país de poetas. Con dos Premios Nobel (Neruda y Mistral), dos Premios Cervantes (Nicanor Parra y Gonzalo Rojas), además de una gran cantidad de jóvenes promesas de insospechado futuro, torna arduo el trayecto creativo, en donde la poesía es el género literario mas significativo en el país.
En cierta medida se ha catalogado a Memet de poeta político. Pero el término me parece reduccionista, puesto que su temática es más universal y profundamente humana. También hablé en otra oportunidad de la notable voluntad de esencialidad y el propósito de proyección que esto implica: una búsqueda constante con la verdad, la justicia y la denuncia a los atropellos humanos. Asimismo debemos resaltar su indeclinable preocupación por el abandonado pueblo mapuche de la Araucanía, región de la que se siente parte por sus ancestros.
La poesía de este autor posee la fuerza de la verdad, la rebeldía del oprimido, la mirada del vidente que escruta bajo superficies que otros no ven o imaginan. Como en ese poema La gran marcha, que pudo ser un sueño o una realidad más propia del surrealismo fellinezco: Anoche tuve un sueño, un gran sueño/ las putas de Santiago y de provincias/ en una gran marcha, avanzaban por Vitacura/ en dirección a la Moneda. Para rematar este bello poema con Nunca se es más libre que en un sueño/ los sueños no tienen moral/ ni ética, son sueños/ y las estrellas son hermosas. Entre otros destacados poemas, sorprende un poema en prosa, Conversación con Nicanor Parra en Las Cruces, que no sabemos si es real o imaginado, pero que nos expone la personalidad irónica y sensible de un Nicanor niño que sueña con irse en un circo pobre de provincia. La misión de un hombre retrata al poeta revolucionario: Un hombre es un hombre/ en cualquier parte del universo/ si todavía respira. Al igual que Amanecer en la ciudad: No seré domesticado/ en la sabana de gran ciudad/ el león reconoce sus instintos/ y espera que el follaje invada todo/ para comenzar/ la caza.
Nos parece que esta inserción en la historia nos transporta a la interpretación de una realidad móvil, a una suerte de búsqueda totalizadora de lo social, lo político y lo humano.
Barthes afirma que en toda forma literaria existe la elección de un tono, un ethos, y es ahí, en ese instante creativo, que el escritor se individualiza y compromete. La poesía de Memet, sea de carácter político o social, asume sus riesgos, toma parte de los desposeídos, de los sin voz, de los silenciados por la barbarie. Su poesía tiene esa fuerza revolucionaria que pocos de sus pares chilenos poseen o, en menor medida, insinúan. Pero no todo es declamación urbana en su poesía, porque también la naturaleza cobra vigor en sus versos, los animales más humildes tienen su espacio y adoración. La naturaleza de hacer nidos y empollar,/ permite pensar que el tiempo resplandece.(El rastreador de lenguajes) O la humilde abeja: El viento ladea/ su vuelo/ lo estremece/ pero se afirma/ fuerte a los pistilos/ al corazón de la flor. Tampoco desmerece al ganso trashumante: Para qué tener nombre si al nacer no lo tenía,/ si al momento de morir no lo tendré./ Vivir como un ganso silvestre,/ volando, migrando cada año,/ llegando a casa y yéndose de casa,/eso es la vida,/ volar hasta caer sobre el cielo.
Si tuviéramos que especificar la significación temática de su extensa obra creativa, tendríamos que retornar a Barthes que nos dice que lengua y estilo son fuerzas ciegas. En consecuencia, la escritura es un acto de solidaridad histórica, latente en gran parte de la poesía de Memet, que huye de lo puramente regional o urbano. No le basta con el territorio de la Araucanía, de la Frontera, tierra de sus antepasados, para transportarnos a escenarios más universales, enraizados en el hombre contemporáneo. Porque como bien remarca el crítico francés, “la escritura es una función, es la relación entre la creación y la sociedad”. De esta forma el lenguaje poético adquiere un destino social y político, cuya intencionalidad humana es desentrañar las grandes crisis de la historia. Las grandes catástrofes sociales y políticas siempre van a marcar la identidad de la escritura revolucionaria. Lo esencial en un escritor de verdad es poseer una escritura propia, tal como este poeta chileno que ha rebasado las fronteras de su país.
( 18-05-2020)
Descarga gratuita (PDF)