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NOVELA PÓSTUMA DE RENÉ GAJARDO GODOY
Los perros del Hades (Editorial Etnika, 2016, 342 páginas)
Por Ramiro Rivas
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La temática de la marginalidad prostibularia, el mundo delictual de la droga, el robo o el asesinato por encargo, no es privativo de la novela negra o policial, sino, además, de las novelas de realismo duro –o sucio, como lo designan algunos críticos –como el presente libro, Los perros del Hades (Editorial Etnika, 2016, 342 páginas), del escritor chileno René Gajardo Gogoy. Tampoco es algo nuevo en la literatura nacional, porque si esforzamos la memoria, bastaría con mencionar la notable novela vivencial y autobiográfica de Alfredo Gómez Morel, El Río (1962), escrita mientras cumplía condena en la cárcel. La crítica especializada lo elogió y llegó a compararlo con el escritor francés Jean Genet, ex convicto y delincuente avezado, al igual que Gómez Morel. Pero también habría que consignar a Luis Cornejo con Barrio Bravo (1955), Armando Méndez Carrasco con Chicago Chico (1962) y las obras de Luis Rivano. Conjunto de autores que auscultan y describen la bohemia delictual del centro de Santiago y sus alrededores.
René Gajardo Godoy (1968) nos sumerge en el hampa con una mirada más profunda y vivencial, más cuestionadora y subjetiva, al desarrollar su trama o la historia de un personaje ausente, mediante testimonios discontinuos, conversaciones fugaces, interrogatorios comprometidos, en donde la privacidad de la confesión se reduce a la intimidad y la confianza de los protagonistas, que constituyen en sí el entramado de la novela: el narrador y el testigo.
Porque René Gajardo, periodista de profesión y boxeador amateur, articula y estructura este extenso relato, reconstruyendo la vida aventurera y delictual de Benzo Ravelo, un personaje de la noche capitalina, ex campeón de boxeo, devenido en invencible peleador callejero, sicario y protector de prostitutas en locales nocturnos del centro de Santiago, y asesinado a mansalva por un delincuente menor. Esta especie de mito que se crea en el ambiente bohemio sobre este personaje de leyenda, es lo que apasiona al periodista, que gracias a sus dotes boxísticos, le permite convivir con tipos que compartieron en el gimnasio o en la cárcel, como su entrenador el Petrolero Olivos o el pugilista Micho Moreno, con Benzo Ravelo.
El estilo narrativo de René Gajardo, por largos tramos de la novela, se torna casi coloquial, debido a la incorporación de las voces de los testigos, que en forma fragmentaria y a intervalos, van configurando la existencia de Ravelo. Por consiguiente, muchos de los protagonistas de esta novela, incluyendo el narrador, son reales, obtenidos en los entrenamientos o en la convivencia diaria. Sólo el inspirador de la historia, Benzo Ravelo, es ficcional, puesto que el relato está basado en Jaime Carnot, un individuo del hampa, asesinado hace unas décadas atrás.
El autor no se esfuerza en justificar los mecanismos internos de la realidad objetiva, así como tampoco el mundo subjetivo de los personajes, puesto que estos se explican a sí mismos. Por lo tanto no requiere que los sujetos autoanalicen sus emociones, ni que el novelista intervenga en ello. Las atmósferas claustrofóbicas, los escenarios boxísticos, la vida carcelaria, son expuestos con un lenguaje directo y convincente. Mediante este procedimiento, el autor va dejando espacio para que el lector vaya reconstruyendo la historia, completando una trama fragmentaria y constante a lo largo del relato. Es una escritura bastante autónoma, que se rige por su fuerza interpretativa y se sustenta en su propio ritmo interior. El autor posee una enorme capacidad narrativa, que logra atrapar al lector a lo largo de las más de trescientas páginas. Trabajo difícil de lograr, en donde la trama no es lineal y las voces se intercalan constantemente para completar la biografía elusiva del protagonista principal.
Hay que aclarar que el periodista y escritor René Gajardo Godoy falleció prematuramente a los 47 años, dejando esta novela inédita, y que el poeta y editor de Etnika, Gonzalo Contreras, rescató del olvido y el anonimato. Texto que el escritor Darío Oses conoció en sus orígenes y que parafraseando a Julio Cortázar en el prólogo, expresa que “René Gajardo Godoy ganó en esta novela por nocaut y con esto pasa a ser uno de los campeones de todos los pesos en la narrativa chilena”.
Los perros del Hades es la única novela de René Gajardo, pero pensamos que perdurará en la memoria como una obra señera en la literatura nacional.