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PRESENTACION DE TRES POETAS CHILENOS

Rafael Rubio


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Verónica Gutiérrez, Marilú Maurel y Nicolás Vásquez son tres valiosos poetas chilenos. Los conocí en un taller de poesía que dirigí durante el segundo semestre del 2013. No se parecen entre sí.  Cada uno merodea  sus propios terrenos de labranza,  nítidamente delimitados.  Los une, sí, una impecable e implacable ética de la palabra; el compromiso tenaz con el lenguaje,  la voluntad de llevar a éste hasta el máximo de sus posibilidades, como quería Ezra Pound, el laborioso.  Este compromiso, al que no puede renunciar un poeta sin correr el riesgo de dejar de serlo,  se traduce en todo  escribiente, en una conciencia de la escritura poética como un trabajo, y no como una vaga expresión de sentimientos o ideas; conciencia laboral a la que estos tres poetas suscriben con entusiasmo y pasión.

Durante los cuatro meses que duró el taller, intentamos radicalizar la práctica laboral de la escritura, a través del análisis técnico de un buen número de poemas de diversos autores,  y sobre todo, a través de la reescritura  crítica de un conjunto de poemas propios: trabajo colectivo que supone la concepción de la escritura poética como  una labor de producción comunitaria, inscrita dentro de una tradición, que no es sino el depósito de los conocimientos de una extensa cadena de productores culturales, dentro de la cual el poeta es apenas un abnegado eslabón.

Dentro de ese laboreo al que nos dedicamos durante cuatro meses, una vez a la semana, cómo no mencionar el que tal vez haya sido  el producto más preciado de ese trabajo: la amistad, la camaradería fraterna de un grupo que destacó no sólo por su lúcida disposición a trabajar, sino por sobre todo, por su calidad humana, que agradezco y celebro.

Los poemas de Marilú Maurel son aparentemente sencillos en su construcción. Con materiales muy discretos, Marilú, logra construir estructuras emotivas de mucha claridad y nitidez.   A esa discreción casi estoica,  que rehúye el exceso en todas sus formas,  se suma otra cualidad importante: no perder  jamás de vista el centro conceptual y emotivo del poema. Así,  en sus poemas prima la funcionalidad sobre la tentación –también legítima- del regodeo estilístico.   Marilú acostumbra a imponerse determinados desafíos técnicos,  como la escritura de sonetos, de los cuales aquí hay una muestra interesante. Se trata del poema “El arte de amar”, en el que Marilú intenta responder al desafío propuesto por Nicanor Parra en “Tarea para la casa” : “Escribir un soneto que comience/ con el siguiente endecasílabo:  Yo prefiero morir antes que tú / y que termine con el siguiente :/ Yo prefiero que tú mueras primero”.

Los poemas de Verónica Gutiérrez, por su parte, destacan por su prístina luminosidad.  A menudo somete sus materiales de trabajo a una manipulación lúdica, provista, a veces de una dulce ironía  que le permite sortear con éxito el peligro de la gravedad.   La pureza de sus poemas se emparenta con una suerte de ternura vallejiana, desdramatizadora,  que se desvía estoicamente de la exposición directa de sentimientos difíciles de trabajar, por la docilidad con que se ofrecen al lugar común.  Peligro que Verónica sortea con mucha gracia y soltura. Un ejemplo de pureza expresiva es el poema “El cerezo”, donde la autora logra construir –rítmica y semánticamente- la sensación de gozo, festejo, exultación, que me recuerda –no se bien por qué- a San Juan de la Cruz, a Góngora.

La poesía de Nicolás Vásquez  genera un efecto desestabilizador en el lector: un extrañamiento confuso,  parecido al vértigo. Sus poemas son obsesivamente reiterativos, patológicamente enfáticos. Auxiliados  por el recurso de la anáfora y el paralelismo, vuelven y vuelven sobre los mismos elementos; como si el lenguaje padeciera de una enfermedad compulsiva,  y el poema mismo  intentara  curarla.   Dicho padecimiento -¿la enfermedad del dolor?- disemina sus síntomas  en el cuerpo del poema, delatando una especie de infección del lenguaje,  cuyo síntoma más visible es la disgregación del discurso,  la tendencia a la divagación, que toma, a ratos, la forma de un monólogo de la conciencia. Sus poemas –desgarradoramente intensos- poseen, a mi modo de ver, un inmenso potencial, del que el autor, sin duda, sabrá sacar el mayor de los provechos.

Comparto con ustedes, a continuación, una selección de cinco poemas de cada uno de mis amigos y colegas.

 


VERONICA GUTIERREZ
Diseñadora gráfica y artista visual BFA Concordia University. Participó en Taller literario de Luisa Eguiluz

 

EL CEREZO

Soy
      todo flor
en el azul
      fiesta
de abejas

Vengan amores
a bailar,
a  beber.
Guirnaldas tengo
y oro en las copas

Vengan y beban
no se detengan

Soy todo
fiesta

 

 

PRIMERA MIRADA

Yo nací tierra adentro,  rodeaba
mi casa un mar verde de pinos, allí
crecí sin conocer
esa profundidad inalcanzable.
esa masa inquieta y movediza
que llamaban “mar”.
Ya no vive en mí el recuerdo de la primera mirada,
se deshizo como una ola en la arena

¿Sería su azul que mis ojos vieron? 
¿ Seria la danza de sus faldas blancas?
¿O los barcos mecidos por sus olas, serían?

Ya no me importa, inquieto navegante
amante de las playas.

Yo retuve de ese encuentro solamente
una voz secreta
en mi  oído:
“al mar nunca le des la espalda”.

 

 

META  MORFOSIS

Vuela la mariposa
y la oruga no la vio,
 nunca puede el gusano
ver en que se convirtió

 

 

VIDA SUMERGIDA

Voy y vengo por las ideas
que me bañan
en aguas subterráneas. Brotan
pececillos plateados
que buscan despertarme.
Muerden
se llevan su carnada de cordura
el agua entra en mi
cambio células viejas por nuevas
me deshago
y me transformo en la Reina Agua
al amanecer. 

 

 

IDENTIDAD

Me veo escribir
y no me reconozco.
¿Estuve antes
       detrás de esta
mano?
      ¿Detrás
             de estos ojos,
estuve?

Era,
ya no soy.
Solo una difusa
incertidumbre
soy.
   
  Ahora,
cabeza
      no tengo.
Piel
no tengo.
Espada
no tengo.

Ya no soy.

 

 

GALLO NEGRO

Heraldo de la muerte
Negro plumífero encristecido
A las 3 llamaste una vez
Pero nadie atendió.
A las 5 volviste a llamar
Implacable
Y el gong de tu canto
Fue el epitafio

 

 

MARIA DE LA LUZ MAUREL
Escritora. Ha publicado cuatro poemarios desde 1999. Se ha formado con diversos escritores. Pertenece a la Sociedad de Escritores de Chile y colabora con la Fundación Pindal.

 

SUPERESTRELLA

He comido de tu carne
Bebido de tu sangre
Y me has crucificado.

 

 

SI LOS ASTROS

Si los astros y estrellas
que guían mi viaje,
transitan y cambian:
yo soy la sangre transitada
y como ellos
oscilo en espirales
que no saben del viaje.

 

 

YO PÄJARA

Mis patas son mapas
de mis aterrizajes
Y en mis plumas llevo
el amor por el que vuelo.

 

 

ELOGIO A LAS NARANJAS

¿Cómo olvidar los peldaños
del hechizo perfumado?
El rumor del cielo,
si la mañana tiene olor en mis entrañas?
¿Cómo, amor, ocultamos el beso
en el portal de Chiavari
amarrando mi alegría?
¿Cómo volver a irradiar los aromas de ciudad
Invitada a los tejados del sol?

Canta el gallo,
bebemos café en las colinas
Y las campanadas
nos vuelan a la feria
Y al abrazo lento de los rostros.
en Chiavari,
las carcajadas nos  besaron con golondrinas:
lleguemos en el tren con maletas de azahar,
donde nos amarán
            las naranjas.

 

 

EL ARTE DE AMAR

Yo prefiero morir antes que tú
si mi llanto es llevado hacia la tumba
dejando mi recuerdo en la penumbra
lo cierto si vivieras mejor tú.

Mis noches te darán amor eterno
sintiendo que los dos vamos siguiendo
tan lejos de esta vida amaneciendo
para escaparnos de este sortilegio.

Febril ansia que vela mi esperanza
y nos abre una puerta hacia un martirio
mejor dejarte ir en alabanza.

Y quedara yo presa en el silencio
perdiéndome de ti desde el delirio
yo prefiero que tú mueras primero.

 

 

NICOLAS VASQUEZ
Médico cirujano (Universidad de Chile).

COLONIA 2

Ya basta
Se dijo por ahí

Desde un rincón
Cito:
La obliteración
Encaja esa visión
De presente
Conjuga los hechos
Objetivables: Nada subyace
Al consciente psicoanalizado

Las palabras desnudas
Halladas

Tras la música
El bullir
Disonante
Del olvido
Las palabras escapan
Del Cielo
Hacia mis lágrimas
Tuyas
Vibrantes como olas
Que vimos
En la playa hace
Años
Atrás avanzan
Horas
Suenan en tú
Muñeca
Te acuerdas de tu muñeca?
En la cama
Tranquila
Tras las voces de juegos
Antiguos
Fotos roídas por humedales
Pasados

Vas bailando el tango
Escuchado en la radio
A pilas
Se apila la basura
En tu departamento
Jugamos muchas veces
Descalzos por la alfombra café
Mis pies se reían
Junto a los tuyos
Las paredes blancas
Nos ocultaban
De los deberes impuestos
En el presente
De tu risa
Se asomaban las canas

Momento a momento
Se fumó
El pisado
Pasado
Vivido tras las palabras
Olvidadas en el rinconcito
De tu
Ser

Y hoy busco quizás la luz
De esas paredes
Reflejo de tus ojos
Que ahora ríen
En los míos
Tras los velos de los recuerdos
Te veo
Claramente
Como las cartas en tu cama
Cama que huelo
A ti
Que se cuela
En lo hondo
De mí
Ahora

Tras todo lo pasado
Te me apareces
En mis juegos
De palabras tartamudas
Que quieren
Abrazar
Las sábanas suaves
De nuestra encontrada
Vida

Te me apareces
Con amor
Paternal
En tiempos difíciles
Tiempos dolidos
Por quizá el olvido
Oculto
En la seriedad
De aparentar
Sobriedad de momento
Para no gritar
Que no entiendo
Nada

Y quizás
Cuando te abrazaba
Sabía que partirías
Y que olvidaría
Tras las palabras
Nuestros olores jugados
En la complicidad
De los días comunes
Mis lágrimas se despiden
De ti

 

 

HOJAS SECAS 2

Hojas secas
Oscurecen el jardín

Sequedad
Que invade
Como la lluvia
Del invierno infernal

Este jardín de cemento
Habla
Cubierto de hojas
Se cuela el pasado
Real
De un ayer
Que me mira hoy

Desde ese suelo
De hojas secas
Me apanica
Y me abandona
Toda creencia
En el mejor de los mundos posibles
Vivo la soledad
De existir
Sin un vivir

Me lanzan a la realidad
De un hogar arrasado

Arrastro las hojas secas
Para escuchar
Mi vida

 

 

PARANOIA

Enciendo la luz de la ampolleta
Apago la luz de la ampolleta

Miro hacia fuera
Miro hacia adentro

Salgo a caminar por el parque

Enciendo la luz de la ampolleta
Miro hacia fuera

Dejo de caminar
Vuelvo mis pasos
Pasan miradas y voces

Llego a mi casa
Llena de sombras
Hay luces apagadas
Pasos de voces
Risas sórdidas
Dedos que acuchillan
Ojos que hablan

Un verdugo acecha

En un rincón
Un niño
Llora sangre

Apago la luz de la ampolleta
Cierro los ojos

Tiembla
Algo tiembla

Solamente la soledad
De la casa

Ya ni el niño llora sangre

La ampolleta se enciende
Nada
Ni el miedo
Ni yo

La soledad se hizo carne
Y habitó entre los otros

 

 

CAMA 3

Tras desplomarme
En la cama
Las lágrimas caen 
Dejan olvidar
En mi cama
Lágrimas olvidan
Mis ojos

 

 

ATIERRADO
               
Estoy envuelto en el asalto
De sucesos sorpresivos
Perturban
Al latirme
Estos ojos vacíos
Saltan
Al son del pánico
De no tener un suelo
Sólido
Esa tierra firme y eterna
Maternal
Que me sostenga por siempre
No está el humus querido
Sólo el caos
Enmarañado y filoso
De los posibles errores

Qué no podría hacer?
En esta cabeza
Loca-lizada en el extremo
Del olvido

En la sala de tortura
Personal
Cuchillos y pinzas
Desollan y desgarran
Mis carnes
Para no dejar materia
Sólida habitable

Ese sufriente dolor
Corre por mis ojos secos



 



 

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Por Rafael Rubio