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          UN REINO  INALCANZABLE (A propósito de la poesía de Denisse Vega Farfán(1))
 
 Por Róger Santiváñez.(2)
   La poeta empieza ignorando o negando su procedencia: “no conozco padres / soy la consecuencia de  varios apareamientos” .  O quizá es  el producto de una mezcla, de aquella fusión incomparable que es el Perú.  Su existencia es un enigma, su identidad una  sombra cuya configuración es impalpable y sin embargo colectiva: “mi nombre está detrás de todos los nombres”.  Lo concreto es que nos habla de un reino  (primer intertexto  eielsoniano) en el que no habitamos.  Pero allí “nuestro  corazón huele como nuestros excrementos” y “ya nadie se mira a los ojos”; es decir nos rodea un deshumanizado  mundo hostil. 
 A pesar de dicha situación “en medio una niña de color azul / me extiende la mano”. O sea,  podemos pensar que es una transformación de la niña egureniana portadora de la  lámpara del mismo color. Imagen de la poesía que le ofrece sus dones.  Y contradictoriamente el yo poético de Una morada tras los reinos (título del  libro que aquí brevemente comentamos) reconoce “esta sana manera / de saberme culpable”. Todos estamos envueltos y  comprometidos en lo que está sucediendo, pero la poesía es –todavía y siempre-  lo más puro en un mundo que se destruye íntegramente por sus ocho costados (como habría dicho Ramírez  Ruíz).
 
 Por fin el sujeto poético penetra al reino y comprueba  –hablando en segunda persona- que “no es  distinto de la comarca de donde vienes” aunque “en el reino nadie es más digno  que el Rey / con su corona de huesos / su abrigo de sierpes / y su banquete de  moscas”. No importa, tras la experiencia la poeta termina: “reclamando la dignidad / de un nuevo nombre  / de un reino / sin corona”. Podemos aceptar que se trata del reclamo  utópico que entrana la poesía o quizá el de una sociedad diferente, sin  explotadores ni explotados.
 
 La lucha es difícil y problemática y alguien anima a  la poeta diciéndole: “oh ave / insiste” con  lo cual vemos a nuestra autora plena en su dimensión lírica, hermosa y alada,  estimulada para persistir. Porque en suma –hecha una terrible contradicción-  ella nos advierte: “cómo escapar a los  designios de un abyecto Rey / que es uno mismo”. Es decir, en nosotros  mismo está nuestro peor enemigo. Mas ocurre un siniestro y “las ciudades se devoran / el reino ha cedido al fuego”. Ha  sobrevenido el Apocalípsis.
 
 Y no ha quedado nada, o casi nada.  Hubo “ríos  de prusia” –twist de resonancia  luchohernadeziana-  y después sólo un  niño –especie de nueva humanidad- en “las  altas moradas de lo que no existe” , a quien la poeta se dirige en estos  términos: “niño que sales del reino  perdido / con mi nuevo rostro / y cantas”.Queda clado entonces que el nuevo  ser , representado por la criatura en aparición posterior a la disolución  total, no es sino un alterego de la poeta.   Lo que equivale a sostener que tras la hecatombe humana, sólo ha de  quedar (si algo queda) la imposible poesía posible. O la libertad, porque así  se expresa Denisse Vega Fárfan –en los últimos versos del libro- con singular  maestría rítmica: “no hay reino / recoge  tus ojos del agua / entiérralos en tu corazón / sé libre / anda”.  Go  ahead.
 
 [Roger Santivánez. 21 de diciembre de 2008, East  Summerfield, primicias del invierno boreal]   
   
          
            (1) (Trujillo, Perú, 1986).  Autora del poemario “Euritmia” (2005).  Ha  obtenido el premio “Pluma Vallejiana” a nivel interconsorcial de la Universidad César Vallejo, así como una Mención Honrosa en la XIII Bienal de Poesía “Premio Copé Internacional 2007”.   Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al francés; apareciendo en  diversas antologías de poesía nacionales e internacionales.  Su reciente poemario “Una morada tras los reinos” es merecedor del “Premio Poesía Joven del Perú 2008”, organizado por el Centro Cultural  de España y Lustra Editores.    
            (2) Es considerado uno de los poetas más importantes del  Perú.  Ha publicado los siguientes libros  de poesía: Antes de la muerte (Cuadernos  del Hipocampo, Lima: 1979), Homenaje para iniciados (Reyes en  el Caos, Lima: 1984), El chico que se declaraba con la mirada (Asalto al Cielo, Lima: 1988), Symbol (Asalto al Cielo, Filadelfia: 1991), Cor Cordium (Asalto al Cielo, Amherst: 1995), Santa  María (Asalto al Cielo e  Hipocampo, Lima: 2001), Eucaristía (Tsé-Tsé, Buenos Aires: 2004), y Amastris.  Y  en prosa poética narrativa la nouvelle Santísima Trinidad  (Walter Cier,  Lima: 1997), Historia Francórum (Asalto al Cielo, Boston: 2000) y el libro  de relatos El corazón zanahoria(Sietevientos,  Sullana: 2002).  Poemas suyos han sido  traducidos al inglés, francés, alemán e italiano.  Formó parte de los colectivos La Sagrada Familia (1977-79), Hora Zero (1980-81), Movimiento  Kloaka (1982-84) y Comité  Quilca (1989-90).  Entre sus  distinciones se encuentran el Primer Premio en Poesía de los IV Juegos Florales  de la   Universidad de Piura (1973),  Mención Honrosa en el Concurso El Cuento  de las mil palabras de Caretas (1985)  y el Premio de Poesía JM Eguren de New York (2005).  Acaba de graduarse de Ph.  D. en Literatura Latinoamericana. |