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TODAS LAS CALLES, LA CALLE
Sobre «Situación de Calle» de René Silva Catalán (Chile),
Andesgraund Ediciones, Colección Aguas Negras, agosto de 2020, 80 páginas.
Por Vadik Barrón (Bolivia)
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“A mí no me invitan
a lanzamientos ni antologías
mi poesía desune a los chilenos
está parada siempre en las esquinas”
René Silva Catalán
Si uno de nosotros está en la calle, todos lo estamos. Este sistema ha empujado a individuos, familias, generaciones, sociedades y culturas enteras a una marginalidad que asumimos como natural, a una hipocresía institucionalizada, a una abulia interesada e irreflexiva. Esta colección de poemas de René Silva Catalán, nos confronta con esta realidad, destapa otras y sobre todo interpela y trastoca el sentido de los lugares comunes, de la explotación laboral, de la alienación urbana, de las manías y taras (trans)nacionales.
Situación de calle no dialoga ni interpela únicamente desde el significante, desde la palabra, sino también desde el espacio, desde el territorio, recurso que 
crea también un efecto visual concreto, oponiendo las contradicciones de una sociedad escindida, ciega, sorda y muda, que son a su vez contrapuestas, lanzadas al borde del abismo y a una hoja de papel.
Si hay algo que siempre me llamó la atención de la tradición poética chilena es que la encuentro esencialmente vanguardista, existe una búsqueda constante de sentido a una identidad nacional que se resquebraja, que opone muros reales y simbólicos a las libertades, que oprime desde una estrechez que, vista desde aquí, no es tan solo geográfica; y que produce una poesía donde necesariamente la patria, el país, las ciudades, los políticos, los héroes, los desaparecidos se consignan con nombre y apellido. A esa patria “de arengas cantaditas”, de canasta familiar, de antenas diferenciadas, de “gañanes amansados” y “de cónsules vitalicios” que late “bajo un cielo de zinc”, alude la poesía de René Silva Catalán con una ironía a veces amarga, a veces punzante, siempre actual y consciente, trazando un retrato o más bien, un fino corte trasversal que desnuda y separa en dos mitades un corpus: poemas partidos que –curiosidad número ocho- también funcionan si son leídos como dos columnas.
Conociendo un poco de la historia e intereses de René, nos enteramos de que es un metalero de ley. Y la actitud rockera no deja de estar presente en la intensidad, en la fluidez rítmica de los versos, en la calculada violencia que transita este compendio de zombies vecinos, este bestiario de un Santiago que “finge tener la piel blanca”, este “roquerío de luces”. Nos hallamos entonces ante un libro sólido como el asfalto, oscuro como los callejones, oloroso como las ligustrinas, político aunque nunca panfletario, pero sobre todo profundamente vivo y necesariamente furioso.
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Vadik Barron
Poeta y músico boliviano
Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal, 2014
Premio Nacional de Poesía Franz Tamayo, 2018
