LA PROVINCIA
DESDE UNA VITRINA
(Comentario
sobre el libro "Maldita Gracia" de Rodrigo Véliz*)
Por Matías
Inzunza O.
Un ciudadano reciente de la urbe que mientras sube y baja del metro
carga en una maleta los olores de la provincia; un encuentro entre
Esenin y Maiakovski en un ascensor; un pueblo, un paisaje bucólico
puesto en el tapete de una tienda del centro de las capitales...
Mientras baja y se esconde en los vagones subterráneos, la
certeza de la provincia se expande, se disipa y se transforma en un
objeto cualquiera de la maquinaria citadina. Será aquello la
experiencia posmoderna? transitar en un laberinto de cemento con la
cabeza puesta, con los ojos puestos en los caminos de la infancia
propia y de la infancia del mundo.
Convergen y se saludan displicentes los poetas hasta cuando notan
que están encerrados en el mismo ascensor. De cuál paisaje
hablaran? cuando ya no hay más suicidio ni revoluciones?. Quizás
auscultan buscando ese paisaje en las vitrinas que se parece al silencio
y que se parece a la eternidad.
Rodrigo Véliz enfrenta su poesía a la muerte; la deconstruye
y la pone a merced de una maldita gracia que guiña un ojo desde
todas las tumbas de la historia, y seduce al poeta lárico de
"Recuerdos de Provincia" a encontrar un rumbo donde la palabra
"pueblo" o "muchacha" funcionan como un salmo
gravitando en los altoparlantes... ya no son más los maestros
de ceremonia. La provincia es ahora un epígrafe, no el poema.
Y es que claro, en un lugar donde "dios es un mito bien escrito
por él mismo" todos los ángeles- poetas dejan la
iglesia; dejan la historia, pues dios no salta al vacío y no
se puede esperar sentado mientras abajo los acantilados se mueven
y se abrazan.
La sustancia es la misma: la cotidianidad, los entramados sencillos,
las fibras perennes, los paisajes acumulados, la caja de proverbios
envueltos rellenos con el lenguaje del barrio; el amor, la muerte,
el olvido, la escritura. Nada de lo que no hable Shakespeare y nada
de lo que no hable Safo...y por lo mismo, nada que no se deba seguir
escuchando. Esta maldita gracia de las tumbas, de las isocrónicas
cajas musicales, de las letras timbradas, se abre como pensamiento
nocturno... o como el olor de la provincia en una maleta en pleno
centro de la ciudad.
XVI
Dios es un mito bien escrito por él
mismo. Los curas no son más que sotanas mal planchadas. Pronto
los ángeles dejarán de visitar la iglesia diciendo
que Dios es un mito bien escrito por él mismo. Hace años
que los domingos sólo alimento a mi gato y mi cabeza explota
por el exceso de alcohol del día anterior.
Dios no es más que un mito bien escrito por él mismo.
Hoy me traicionó al intentar quedarse cuando saltábamos
al vacío. Dios no es más que un mito bien escrito
por él mismo.
* * *
*Rodrigo Véliz Lobos: (Buin, 1980): En el año
2003 obtiene Tercer Lugar en el Concurso Regional de Cuento y Poesía
- V Región. El mismo año recibe la Beca de Creación
Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por su trabajo
"Maldita Gracia". Fue creador del I y II Encuentro
Nacional de Poetas Jóvenes Ciudad de San Felipe, de los cuales
publica una antología llamada "Treinta Jóvenes
Poetas", con el aporte de la Universidad de Playa Ancha en
el año 2003 y una segunda edición el año 2004
por Brazo de Cervantes Ediciones. Maldita Gracia (Brazo de
Cervantes Ediciones, 2004) es el tercer libro de poesía que
publica Rodrigo Véliz.