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SOBRE EL SILENCIO DE LOS INTERVALOS DE GABRIELA PAZ MORALES

Por Rodrigo Verdugo Pizarro

 


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“El silencio de los intervalos”, es el primer libro de la joven poeta Gabriela Paz Morales, que hoy aparece bajo el sello Signo Editorial. Crucial para la biografía posterior de todo poeta es un primer libro puesto que puede transformarse tanto en “pecado de juventud”, como en el polo de  atracción permanente del resto de una obra poética. Así ha sucedido con muchos poetas chilenos. El tiempo juzgara si “El silencio de los intervalos”, será lo uno o lo otro. Desde el primer poema “El panal del silencio”, advertimos una poesía cargada de un fuerte dinamismo. Sin adentrarnos en lo que es la teoría literaria feminista, ya que en el mismo prologo el poeta chileno, residente en Francia, Pablo Poblete aclara que estos textos nos sitúan mas allá de la determinación genérica hombre- mujer-. Pablo Poblete aclara que solo existe una poesía, poesía pura, no importando si está escrita por hombres y mujeres. Aclarado este punto podemos decir que "El silencio de los intervalos", a través de las dos partes que lo componen y los 44 textos que contienen, crean un desdoblamiento estructural entre la dimensión cósmica y fenomenológica, proponiendo al silencio como una dimensión más. Hablamos de un silencio que está más allá de ser un signo más dentro de un sistema de signos, un silencio que dentro de este mismo sistema de signos va mas allá de ser significado y significante a la vez, es decir es el silencio de los intervalos y es en esta dimensión del silencio donde la poeta Gabriela Morales postula  a una bidimensionalidad donde se enfatiza la interioridad ambivalente de cosas, animales y seres. Lo que es y no es al mismo tiempo, como la misma luz que desde el punto de vista físico es onda y particular a la vez.  Así, la poeta Gabriela Paz Morales, desde su ímpetu adolescente nos invita a sumirnos en ese silencio de los intervalos que también podría ser postulado como la entidad matriz desde donde surge un enjuiciamiento macro y micro cósmico de la especie animal y humana. La mayoría de los 27 textos de la primera parte refieren a esta constante.

La segunda parte, compuesta de 17 textos nos refieren al juego existencial, a la perplejidad y al equilibrio precario que realmente rige el universo. El cuerpo mismo es visto como algo que debe ser reparado y en ese juego de las piezas faltantes o sobrantes es de donde también la poeta Gabriela Morales va poniendo en tela de juicio las fuentes dispensadoras de sentido. No solo esto, sino una contraposición entre lo que sería la trascendencia misma, la trascendencia vacía y la trascendencia animal de la que habló alguna vez Thomas Mann. Poesía centrifuga, diríamos, que indaga debajo de las percepciones, para magnificar también lo macro y micro cósmico y para renovar los hábitos de nuestra percepción. El poema “La carta”, por ejemplo nos muestra también este desdoblamiento estructural en que aun con conciencia de sujeto la hablante se ve a sí misma en el juego de las piezas faltantes o sobrantes, cierto tono nos recuerda también a Diego Maquiera, solo en el sentido de una filiación espontanea:

Mis brazos de finales pajarales
se metieron dentro de las orejas
y me volé para dentro
o para fuera
Paz Morales


Me volé la virgen de mis piernas
Diego Maqueira

Poesia donde las polisemias del cuerpo y la naturaleza se ramifican,  con un lenguaje que se debate entre su propia materialidad y la metafísica del significado. En la poesía de Gabriela Paz hay también un reconocer las variaciones del tiempo y del espacio, vistos desde una óptica que no se conforma con los niveles de realidad y sin embargo busca aprehender las leyes últimas de la realidad.

Textos como decíamos cargados de dinamismo, donde sin embargo hay un tratamiento cuidadoso, se trabaja aquí con los efectos lúdicos del lenguaje, sin embargo son efectos que se calibran muy bien. Otra línea de filiación espontanea (tal como con Maqueira) encontramos entre la percepción poética de Paz Morales y la de Enrique Lihn a saber como muestra estos dos fragmentos:

Hay un puerto en el puerto que no parte
Paz Morales

o bien partía un barco de oro de la orilla cuando ya no era orilla ni barco ni partía.
Lihn 

Finalmente recalcar que “El silencio de los intervalos”, nos muestra a una poeta con un temprano dominio de su lenguaje, texto que recalcamos es uno de los más dinámicos de la actual poesía joven chilena


 

 

 

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