“De Pájaros raros” del poeta Yvaín Eltit, puede leerse perfectamente desde una
teoría expresiva de la creación poética (tan atacada por Baudelaire) poética, por
cuanto el poema es termino homólogo de la experiencia vivida. De este modo se
aleja del confesionalismo primario, que sería una suerte de traducción fiel de las
emociones del poeta. Esta breve consideración opone un punto a lo señalado en
el prólogo de esta obra por el poeta Enrique Winter, en cuanto a la idea de lo
confesional.
      
      
        
      Yvaín Eltit 
       
      ¿Hasta qué punto este texto es una confesión o un acto intencional?
        Dejo la pregunta abierta, O quizás se pueda establecer un paralelo entre la idea
        del poeta espontáneo, sentimental y confidencialista y el problema de la ficción
        poética o la oralidad ficticia tan bien problematizado por Fernando Pessoa. Vamos
        ahora al texto en sí. “De Pájaros raros” del poeta Yvan Eltit trabaja desde un tono
        apostrófico y carnavalesco, con imágenes que orbitan así mismo en torno a
        núcleos recurrentes: el cuerpo y el deseo como campos de tensión y a la corrosión
        de un deseo triangular. Esta corrosión es modulada y orquestada a lo largo del
        texto. El ritmo de este texto se mueve entre la invocación, el delirio, el conjuro y el
        susurro. Lo doméstico y lo mítico se entrelazan, el bestiario (que incluye leones,
        chirigües y chucaos) se entrelaza a su vez con una imaginería sadomasoquista. El
        león, el chirigüe, el chucao, sobrevuelan esta multiplicación de encuentros y
        desencuentros. El poeta va a la deriva de ese propio deseo triangular, va a
        también en la búsqueda del deseo del otro, “Deseo tu deseo”, afirma el poeta
        David Rosenmann Taub. Yvaín Eltit va desde una carencia estructural, forjando con
        crudeza y desde una cuasi catastrófica sinestesia la escatología de ese deseo
        mismo. Hablamos de chucaos, de chirihues, de roperos, como redes de
        asociaciones o grupos de imágenes obsesivas y probablemente involuntarias.        
      Aquí surge una pregunta ¿es Ivaín Eltit un poeta vidente o un poeta artífice?
        Hay en este texto un tono que fluctúa entre lo neobarroco y lo manierista, con
        matices de un exotismo puramente imaginario, hay guiños a la antigüedad a la
        antigüedad grecolatina y helénica, hay también, algo ya señalado por Enrique
        Winter algo de esa elementalidad rural rokhiana y sobre todo aquí hay una
        reformulación y expansión de la poesía popular desde una sensibilidad
        contemporánea, por otra parte sería interesante ver como esta poética de Yvaín
        Eltit dialoga con las formas gauchescas, lunfardas, que se han parangonado con
        la frecuente recurrencia de poetas como Oscar Castro, Luis Palés Matos, Nicolás
        Guillén, Nicanor Parra y muchos otros al habla popular. 
      El chucao el chirigüe y el
        león no están anclados a un significado univoco, la palabra aquí adquiere
        dimensiones plurisignificativas gracias a las relaciones conceptuales, imaginativas
        y rítmicas, y todos los adjetivos (dicho sea de paso es muy audaz la adjetivación
        en este texto) tienen aquí significado primario, muchas veces cromático, en el
        entendido que toda o casi toda obra poética se rebela contra la inmanencia
        semántica del lenguaje. Catarsis que no es evasión, oscura aceptación del
        principio y fin de un amorío, o realización ficticia de deseos inconfesados, la
        multisignificación puede extenderse a la totalidad de esta obra. Lo intencional sin
        
        embargo se sobrepone a mi parecer a lo confesional texto más de naturaleza
        intencional que confesional.
       Quien es más personaje en esta obra ¿Yvaín o son los pájaros? ¿Reconstruye
        algo a partir de los pájaros raros? Schelling afirmaba que Naturaleza es un poema
        de secretas señales misteriosas, que este texto y sus pájaros sigan enviando esas
        señales.