Si bien en el prólogo y el postfacio de la presente obra se señalan algunas características formales que dicen relación con la matriz imaginaria de “Luce sombra”, por mi parte quisiera enfatizar que “Luce sombra”, tal como lo señala la poeta Mirka Arriagada se concibe a partir de una resistencia, de una hermosa rebeldía que no es sino fidelidad a los limites formales establecidos por la tradición, también fidelidad a un sí mismo en su cercanía con la pureza. No obstante, este si mismo rehúye las fijaciones categoriales, sin embargo, en lo lirico puede gozar de cierta libertad.
Miguel de Unamuno señalaba que sin tradición no existía ni podía existir la historia. Claramente Florylly Escobar es respetuosa en fondo y forma de la tradición. Su obra no se encamina a esa desvalorización de los valores que proponía Nietzsche. Al contrario. Tampoco dice relación con un tiempo productivo, sino que condescendiente con esta búsqueda de la eternización del instante, este eterno presente que tiene un correlato existencial en el anhelo de eternidad de todos los seres humanos, eternización del instante que es el punto de partida para una temporalidad autentica. Por otra parte, es resistencia a la línea despersonalizada, objetiva y anti lirica que se instala a partir de Nicanor Parra, sobre todo desde los “Artefactos”.
Florylly Escobar no abandona los altos ideales, ni personales, ni colectivos, tampoco su filiación con el modernismo, esto se traduce en que su temple de ánimo lirico no busca la reducción del trascendentalismo inherente a los temas poéticos, al contrario, lo reafirma. Florylly Escobar se suma a esta playade de poetas que “arrojados del paraíso” buscan una plenitud original, un espacio sagrado todavía. Este resistir desde un yo lirico, que se resiste a pesar de todos los imperativos contemporáneos a despojarse de todo personalismo sentimental, se opone también a lo desde Baudelaire en adelante busca la neutralización del tema lirico. Otra forma de resistencia que encontramos en esta enunciación lirica: la intuición da salida y forma al sentimiento, por tanto, se remarca la fidelidad a las formas métricas, a las regularidades de medida, ej: sinalefas, diéresis, y también las pausas, estróficas, versales, internas.
“Luce sombra”, es edificado desde una densidad más sentimental que intelectual, no es que la autora a partir de los residuos del modernismo, busque insistir en ser modernista, su intento expresivo es manifiesto y latente en la persistencia de una ensoñación mítica, en la reafirmación que el pasado no solo en su índole personal sino universal está en un segundo plano, intemporal, inmóvil. Hay en esta obra estados de alma, signos de una mística fisiológica, que aluden a un presente puro, ese presente puro del amor, ese contraste entre lo nunca fue siendo y lo que siempre fue, la luz y la sombra, la Luce sombra. Florylly escobar se apropia íntimamente de ese contraste y le imprime una significación solemne, muchas veces desde una percepción diríamos sinfónica en un intento por intimizar la exterioridad. Florylly escobar está de parte de un arte expresivo, es decir si la expresión, no la invención, de allí el alejamiento de los residuos vanguardistas, de allí también que esta obra no sea un rendirse ante un encantamiento vacío.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Presentación de “Luce sombra” de Florylly Escobar
Mago Editores, 2022
Por Rodrigo Verdugo
No obstante, este si mismo rehúye las fijaciones categoriales, sin embargo, en lo lirico puede gozar de cierta libertad.
