SPOT PUBLICITARIO DE NAVIDAD
Por Rodolfo Ybarra
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Navidad de los ahorcados en guirnaldas, “merry Christmas”. Navidad de risueños elfos, globitos rojiverdes, humo de chicharra y asaltabancos con ropa de Santa Claus. Navidad de los Reyes Magos mariguanos y borrachos hurgando en la basura. Navidad de las marías magdalenas y las vírgenes marías abusadas, extorsionadas y golpeadas por el proxeneta. Navidad del atrezo, escenografía y coreografía solo para compradores, tarjeta plateada, dorada o cheque al portador. Navidad meteórica e indigesta con opíparos manjares para los que huelen y/o esnifan los televisores plasma en un centro comercial. Navidad para los que patean latas y tienen que recoger del suelo o del subsuelo lo que se le cae a los que sí pueden comprarse alguito aunque sea un DVD home theater coreano en 100 cómodas cuotas o comida para perros o gatos, también en 100 cuotas. Navidad de arbolitos de freón, luces psicodélicas y trineos o carrozas en las puertas de sus casas. Navidad de nacimientos con pesebre, vacas, renos y ovejas de tamaño natural para la gente linda de Eisha. Navidad Sal de Andrews, leche Mylanta, Viagra, antioxidantes, Hepabionta y retrovirales. Navidad negativa en retro y en rojo como sangre de menstruación, sangre de tebeciano, hemofílico o suicida que ya no aguantó más. Navidad con tos de asmático, tembladera de epiléptico, flema, balón de oxígeno y camilla de ambulancia. Navidad de las rebajas, los remates, los “dos por uno”, los “tres por uno”, los “cinco por uno” y las estafas a justiprecio, para alcanzar la desesperación, antes de que nos atrape la vejez, el párkinson, la arterioesclerosis, la demencia senil o todas las anteriores. Navidad de los que han perdido sus ganancias en las oficinas de la Sunat o del banco a plazo fijo, ese que sonríe con la señorita escort cuando te hipoteca la casa y te da una patada en el culo por “moroso y mal pagador”. Navidad de los hijos de puta de los cárteles de la droga y de los hijos de puta de los vendedores y compradores de armas y demás hijos de puta barones de la guerra. Navidad de los hijos de puta de los neofascistas, neosionistas, neodemócratas y neomalthusianos apoyados por el capital nativo y la Bolsa de Valores de Lima. Navidad de los hijos que lloran día y noche por el juguete que nunca tendrán o por el estómago que nunca podrán llenar. Navidad de los profesores, médicos y jubilados, a quienes el Estado les escupirá 100 soles y las “gracias por los servicios prestados”. Navidad de los pirañas, choros y pastrulos que al menos soñarán que vuelan en un globo de gas o que pierden la cabeza en un lance de dados. Navidad de los taxistas piratas, con el carro del abuelo, sin Setame, sin frenos, ni cinturón de seguridad. Navidad de los policías que extorsionan a medio mundo y te ensartan la rifa dizque para apoyar a la comisaría y ser cada día “mejores ciudadanos”. Navidad de los ambulantes en carretas de fritangas y langoy para las grandes mayorías. Navidad de los provincianos jodidos, explotados, encadenados de las patas en fábricas clandestinas con RUC, ISO, licencia de la Digesa y el Ministerio de Trabajo. Navidad de los cachineros, ropavejeros y recicladores que le darán un uso productivo al refrigerador viejo o al mueble o a la mesa apolillada de la aburrida clase media. Navidad de los politiqueros que se tomarán la foto precisa o Photoshop con la sonrisa Kolynos al lado de un niño de Pamplona, La Parada o el cerro San Cosme. Navidad de las bebidas energizantes, té de ginseng para adelgazar, chocolate espeso y panetón neumático. Navidad del pollo, pavo, pavipollo, cuy, conejo, cabrito o chancho engordado a patadas. Navidad de los toribianitos y los villancicos aullando con lágrimas de cocodrilo. Navidad del Inabif con sus casas de torturas y pantomima social para quedar bien con todos. Navidad de tarjetitas Unicef para las viejas pitucas de oenegés que usan desinfectantes de mano y salen en los publirreportajes de la revista Hola. Navidad del Club de Leones y la Fundación por los Niños del Perú. Navidad de las pseudofeministas que le darán el día libre a sus empleadas domésticas “por Noche Buena”. Navidad multicolor del orgullo gay, grupos lésbicos, transgéneros, homosexuales y transexuales que exigen a la madre natura y al Poder Judicial la oportunidad de criar a un hijo. Navidad de los pederastas de la Iglesia católica que tocarán las campanas impacientes por la misa de gallo. Navidad de los mendigos y demás millones que no pueden completar la canasta básica familiar. Navidad de los obreros y mineros a quienes les descontarán el aguinaldo con el cuento de “felices Pascuas y próspero Año Nuevo”. Navidad de los anunciantes sin escrúpulos y comerciales de mala gracia, donde un bebé rollizo se convierte en objeto de deseo, mercancía y carne de cañón. Navidad de los que no tienen nada que perder y se arrojan a los carros aunque sea para tener una cama caliente en el hospital. Navidad cojuda y acojudante. Navidad de sudoku, crucigrama y pentagrama. Navidad de locos calatos y señores con terno de marca Armani. Navidad del “sufre, peruano, sufre”. Navidad de las pobres Apafa y escolares sin zapato. Navidad de los barrenderos y baja policía que limpiarán las calles luego de la hemorragia mercantilista. Navidad retiniana y risa impostada de Magaly Medina, Gisella Valcárcel, Los chistosos, Al fondo hay sitio, La reina de la carretilla y Combate. Navidad de los que sí pueden darse un viajecito a Orlando, Miami, o al Triángulo de las Bermudas. Navidad de los broadcasters de Baruch Ivcher, Shultz, Delgado Parker y los Miró Quesada. Navidad vip de Roque Benavides, Grupo Romero, Grupo Brescia y Grupo Añaños. Navidad del “sí se puede, carajo”, mientras se levantan al país en costales de harina o de cocaína, que es lo mismo. Navidad de los weboncitos y weboncitas que te dirán “feliz Navidad, bróder”. Kiss my ass, brother. Navidad de los “Chicagos boys” con sus caras de vendepatrias, sus vidas absurdas y sus “hipótesis del mercado eficiente”. Navidad de los genocidas y demás asesinos que pondrán las llaves del BMW nuevo para el heredero en el árbol de pino. Navidad del Motorshow. Navidad de Larcomar, Jockey Plaza y Centro Comercial El Polo. Navidad de los engañados que jugarán al intercambio de regalos solo para cumplir con la trivia protoimperialista, la norma social y la feliz convivencia: “dame que te doy”, “toma que me das”. Navidad de los muertos de hambre que se comerán los huesos y devorarán las pasas y la frutilla de los que no comen grasas ni calorías, light, cero colesterol. Navidad del canillita que cobrará 50 céntimos por el diario chatarra y la noticia de siempre: niños con los rostros quemados, atropellados, acuchillados, desollados, baleados y demás muertos por indigestión, próstata, prolapso, males coronarios y diabéticos. Navidad de los empresauros cristianófilos que hablarán a moco tendido de “Jesús Redentor” y de esa maldición bíblica: “Comerás con el sudor de tu frente” con la que se justifica la antropofagia. Navidad Jerusalén del reverendo Rodolfo González y su iglesia aprofujimontesinista Movimiento Misionero Mundial. Navidad Conga y su agua envenenada. Navidad VRAEM y los soldaditos de plomo burlados por la oficialidad. Navidad blanca de nuestra “gloriosa” Marina de Guerra del Perú. Navidad para los que duermen sobre cartones y se arropan asustados en la calle Guzmán Blanco, jirón Sandia, avenida 28 de Julio, avenida Bausate y Meza, jirón Huánuco, calle Lucanas, plaza Manco Cápac, Campo de Marte, etc., etc. Navidad para los artistas de plástico que expondrán sus miserias en una galería de la plutocracia y con curaduría de la ONU y el Ministerio de Cultura. Navidad para los filicidas, matricidas, uxoricidas y demás carniceros que destriparon a la abuelita para apurar la herencia familiar. Navidad para los reos contumaces y demás presos sepultados en vida a los que nunca les perdonarán haber develado el infierno. Navidad para los sufridos familiares de los 60 000 presos del Instituto Nacional Penitenciario. Navidad de los que viven el día a día. Navidad de los chicheros, punks, rockeros, cumbiamberos, hiphoperos, reggaetoneros; guaripoleras, bataclanas, prostivedettes; humoristas, ciclistas, guachimanes, comunicadores sociales; salchipaperos, taxicholeros, emolienteros, mazamorreros; fierreros, ferreteros, zapateros; vendedores de agujas, hilos, imperdibles y botones; vendedores de pasteles de choclo, papa rellena, hamburguesas de cartón y algodones de azúcar, chanfainita, caldo de gallina, chifa, siete colores, chilcano, menestrón, chunchulíes y cebiche de a sol. Navidad para los mangueros que suben y bajan de los micros con sus bolsas de caramelos. Navidad para los que todavía pueden decir “feliz Navidad” con la boca llena y un poco de cinismo. Navidad a la fuerza o en cucharadas para los judíos, mormones, khrishnas, mahometanos, budistas, sintoístas y la Iglesia del Nuevo Pacto del inmortal Ataucusi. Navidad para los ateos, agnósticos y seguidores de Antón LaVey. Navidad para los autopsiados en la Morgue Central de Lima y para los que esperan al juez instructor para el levantamiento del cadáver. Navidad para los muertos del cementerio El Ángel, Presbítero Maestro, La Planicie y el cementerio clandestino Manuel González Prada en el Callao. Navidad para los cadáveres insepultos de la guerra interna. Navidad para los jueces sin rostro y los jueces que cobran coimas en dólares o en especias. Navidad para la familia presidencial hasta su octava generación. Navidad para los congresistas comeoro, comecables, comepollos, lavapiés y demás líderes de barro, ajenos a todo esto y a toda razón, idea o concepto. Navidad, señores y señoras, ladies and gentlemen, llegó la Navidad en este país de cartón piedra, es hora de que empiece la función, la hora de los regalos o las regalías, el huevo de Pascua, el circo romano, la palmaditas de hombro y el beso de Judas; la hora del vive ahora y paga mañana, pasado mañana o “cuando puedas”, o muere ahora mismo, cierra los ojos, tápate los oídos, cierra la boca y no digas más. No digas más. No digas más.
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