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TRES RAZONES POR LAS QUE ELICURA CHIHUAILAF
DEBE GANAR
EL PREMIO NACIONAL DE LITERATURA
Raúl Zurita
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Elicura Chihuailaf no solamente es uno de los más extraordinarios poetas contemporáneos, sino que su poesía trasciende los límites de las creaciones individuales para ser la expresión del pueblo mapuche; de su cosmovisión, de su profunda relación con la naturaleza y con su entorno, de su espiritualidad; valores cruciales que la institucionalidad de Chile se ha empeñado en ignorar, en discriminar, en agredir, introduciendo la violencia donde no la había. El resultado ha sido solo empobrecernos, privarnos como país de una de las cosmovisiones más luminosas del planeta, desconocer nuestras raíces y empequeñecer nuestra propia historia. En unos días más el jurado, y a través de él Chile entero, tiene la oportunidad histórica de otorgarle el Premio Nacional de Literatura a Elicura Chihuailaf, reconociendo a un poeta trascendental y con él, al pueblo al que él pertenece y al que nosotros también pertenecemos. Premiar a Elicura Chihuailaf es un acto de justicia literaria pues es el mejor entre sus pares, pero también es un acto de resarcimiento que abre, y esta vez sí, un verdadero diálogo.
2
Elicura Chihuailaf es el más meritorio y reconocido de nuestros poetas. Premiarlo es premiar una obra que ya ha sido traducida a numerosas lenguas, reconocida y celebrada tanto en Chile como en Sudáfrica, tanto en México como en Canadá, Italia, Francia, Holanda, Alemania, Estados Unidos, países árabes. Por si solo con eso bastaría para que se le otorgase el Premio Nacional de Literatura del 2016, pero más allá de esos reconocimientos, su poesía escrita desde las zonas más profundas de la cultura del pueblo mapuche, ha ensanchado el río de la poesía chilena, inaugurando un diálogo que de ser emprendido por nuestra sociedad, significaría el abrazo de nuestras patrias paralelas, de nuestros emblemas y de nuestras lenguas.
3
Elicura Chihuailaf funde lo más íntimo con lo colectivo. Desde su libro más temprano, El invierno y su imagen, hasta sus dos libros más recientes, Recado confidencial para los chilenos y La vida es una nube azul, su historia personal se une con la historia de una nación, haciendo de su poesía una gran invitación, tal vez la más más trascendente de nuestro tiempo. La invitación a ser dignos del universo que nos tocó vivir. Los poemas de Chihuailaf, atravesados de historias, de nostalgias, de nombres para el poeta entrañables, se recortan contra un fondo de usurpaciones, de discriminaciones y confinamientos, oponiéndoles la fuerza simbólica de la poesía y de sus sueños. Pero la poesía y el sueño son las armas humanas por antonomasia, las armas de la paz y del abrazo. Estoy seguro que Pablo Neruda, que Gabriela Mistral, que Violeta Parra, celebrarían el que el Premio Nacional le fuese entregado a Elicura Chihuailaf. Estoy seguro de que los miembros del Jurado también lo saben.
