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Anfisbena
sobre Supernaturaleza de Sergio Alfsen-Romussi

Yaxkin Melchy


 



.. .. .. .. .. .

I

Allí donde se lee al poeta se apercibe el halo y el contorno del tiempo de la escritura, la piel leprosa del texto comienza a caerse, el poema anda libre, brotante hebra, brea que se vulcaniza en el espíritu cuando florece flexible, de caucho las palabras vuelven a tensar la tierra y a tomar las cosas, a hojear lo que se dice, ahulada es la lengua del poeta.

Llega al universo a través del entre-lenguaje. Sergio capta como si se tratara de un espejo de agua al ente reflejado en el laboratorio de la página (poética del texto doble). Supernaturaleza da cuenta de su mental potencia, lumbre molecular, dobleces que realiza el autor en este hablar-mirando con las palabras en su doble hélice, canto-libro que se parece a la heliconia, Sergio recauda los neologismos que más bien debiéramos llamar expresiones de las partículas-palabras, los recauda como frutos para probarlos, como alguien que prueba activadores. La supernaturaleza del poeta no son sólo hermosos rasgos sensuales sino también esta emanación de los conceptos, procesos y peregrinajes de un sujeto que se nahuala. Este es el oficio actualizado del poeta andante, Totémesis, Metamérika y Supernaturaleza ya forman parte de esta vía predestinada, su vehículo esta hecho de palabras, un lenguaje que canta en la mirada y una vez más poderoso es entregado por la doble hélice de la escritura, jugando con nuestros tiempos terrenales la poética de Sergio Alfsen escribe más rápido y se lee más lento, llega a la velocidad de una luz con que se mira al vacío, la energía iluminante entorno a la materia del futuro, su materia verbal extrae cada vez más lenguaje de los lenguajes futuros, extranjeros y ultracósmicos.

II

Al leer Supernaturaleza uno se deja enarbolar en el sonido y en el cielo ve a los ovnis sucederse, descender con portadores antiguos de lo nuevo. Para pensar esta poética pensamos en un arte tal que teniendo los elementos básicos del planeta Tierra tiene las técnicas para un sustrato líquido y que requiere de la capacidad de navegación de los lectores; la capacidad de participación y la chispa para una proliferación (fuego) de la creación de una atmósfera nueva, una atmósfera cifrada desde ya en los mares y en la tierra; una atmósfera que cambiará una y otra vez (procesos de calentamiento y de glaciación); un intercambio atmosférico (interno y externo) del cuerpo (el estómago, los intestinos, los pulmones, todo nuestro cuerpo está destinado a hacer un intercambio); La Supernaturaleza busca en las prácticas hacerse una atmósfera, una atmósfera más rica que lo que se ha hecho con la literatura, la ciencia y las artes. Una atmósfera del lenguaje que no podría nacer si no existiese una alquimia de las anteriores que no junte sino que prepare al simbionte que nos corresponda en la zona neohumana, esto será un acontecimiento.

III

Mientras la voces se aventaban de aquí para allá, brotaban asfaltos negros en una costra blanca, cada poema es una experiencia de giro de cristal, tiempos de idiomas forjados en sílex, poemas que se abalanzan en las tectónicas placas superamericanas, las rojas flores del muri, las geodas son las palabras-lunares de Sergio que siempre a modo lunar va haciendo ritmos, zigurats del verbo, acá todo se presta a la formación de un sinrostro, destinado a la oreja y a la emoción de un hablar del español como en claroscuros, como en la zona ambigua o basal de una lengua de gérmenes aymara, mapudungun, wixarika, quechua y alemán, nuevamente la luna de la supernaturaleza nos permite leer que se trata de la noche española donde se abrillantan las formas de otros lenguajes. La aliteración lo surca, la boca le burila sobre la pared fónica y remueve el terruño, se planta la belleza en las glándulas. A las riberas de esta senda río, brotan los usos, los mangos de hacha de la escritura: homonimia, paronomasia, figuras del bifurcamiento y las figuras de añudado. Pero esto es artilugio para un libro que se practica al timbrar los diapasones hipertextuales, a ambas riberas de la Supernaturaleza brotan los pelitos bajo la orden del haz de la vida. Del indiar de la noche geométrica y éste es un libro también de eso mandalas del cántico que hacen en la belleza su homenaje, geometría de los trayectos, sus neoparajes del pensamiento, Ikareo y simbiosis de lenguas donde el emplazamiento reaparece, viajar a otro universo es hablar en otro universo.

Supernaturaleza visa lo que las sensilias shipibo. Fractura el cráneo, la lectura ondea hacia la plantación del inicio, zigzag de chamán entre los curtidores de texto. Entonces la escritura es el libro blando por donde entran y vuelven a salir los versos, los cantos, las líneas de la vida como gusanos en un tronco hueco, el poema es carne de tronco hueco donde resuena el bicherío. Por ellou na experiencia animal que llena un corazón de sangre, el movimiento de los animales es como el de las savias que se comprimen y extienden entre los xilomas, su saber es un arrecife que alía su conocimiento animal, vegetal, bacteriano a la técnica de un buceo. Supernaturaleza está invadido de flores y nunca invalidado por la ciencia sino requiriéndola en la verdad y la valentía, lo concreto que se trae de vuelta es esto, la demostración de un experimento: la poesía es la fórmula maravillante del decir de la simbiosis del mundo que muestra que no hay sino apariciones y reapariciones de la Tierra que canta, aquí y allá mil escrituras, calendarios y cánticos abrirán los tegumentos en dónde se siembren las semillas de luz.

IV

Plácido en su sabiduría, en su enseñanza del ir. La revuelta del ojo le da visión del tallo de luz que inunda con su tronco el tiempo. Ceiba pentandra cuyos brotes son palabras ora cercanas y caricias de hipercubo, el modo como se tesela un florecer de 216 estadíos. Vuela Sergio con el ojo estrella polar en los jardines de flores geómetras.

Finalizando esta lectura se singla hacia la singularidad y se avista un río en las las disposiciones vocales. Éxodo pero también hundimiento, un peciolo alado hacia el abismo y un pecio nutricio, hacia ambas direcciones se inerva, se trazan nervaduras, rewes, suena un tambor junto a una playa, la mirada juega en los símbolos de la arena infinita.

Como una historia que ha de cuidarse, la supernaturaleza ecualiza nuestra mente y nos permitirá persistir enterados de una pobladísima refracción. Y en este develamiento alienígeno, Sergio, anfisbeno y transcriptor, da con la escritura doble y que escuchamos en el avenir de la Tierra y de los símbolos que nos dirigen a nuevos paseos por el rumbo. Panteísmo científico, simbiogénesis a que puede apetecer la materia del libro, especímenes del Holoceno, saber y materia que se hacen presentes, una vivísima lectura que expande sus caras y vértices, tallado y estallado de luz lunar.

 

 

Selección de poemas

11.4

Esferan los arados focales como    funciones

de onda,
un conjunto cromático de relinchos y
la

aurora megalítica supurando     formas fónicas,
un

idioma eólico como     sustancia de

movimiento puro y
eriazo

5.4

/a-
travesar la

luz fosilizada, dentro el                                     colapso el
kuntur eterizado del
collasuyu negativo,                               la killa
burbuja de
piedra cruzando un firmamento cerebral /sus
alas valvas marfiles veladas, rocían la

platería de bosones ligamentos contra el

lienzo geológico suspendido, allí las

neo-
aves del trino granito se cuneiforman                órganos
de autocontemplación y

dendritan el eco chicoteo en las
sienes, de-

capitado el ego en el plano de la eclíptica         dimana
un suero de grava como

laca láctea de las dunas, una

yema fosforescencia caliche de suelo, la
pátina de constelaciones, el menstruo de las     retamas
albas escurriendo
/se

mecían por astrobiología panandina-a-
mazónica:

fotones de polen,

copos de hueso,

cromosomas vítreos, la

flora calcárea del desierto vitalicio fulguraba sus
ampollas de

antagonía,

glaucos corales espirales secretándose la         clave, la
médula de

los árboles místicos invertidos,

las antinomias abolidas

9.5

Contra los tendones del (psico)trópico de cáncer: flotan las
águilas la

tersura del

escampado superceleste, son inscripciones de resonancia
frutecidas, reses ex-

tensas
dentro el claro, follaje del cenit, foco                plexado
por inoculación de

trinos elementales como diatomeas no corpóreas, figuras
de
fulguración libertadas través los paisajes pretéritos, diademas

zumbidas como a-

visperos viscerados el costumbre de transitoriedad por no-
lugares ancestrales y

concéntricos /la

musa mescalina copulándose al león de los metales en
mitad de la nada supersimétrica y de la destrucción

de las enfermedades nace la nierika, el don de ver       la
malla verbal de llamaradas fintas e-

narbolándose
(eso que nunca vi veo (Duncan))

9.6

Tamatsi Kauyumari artifice del                         primero
sueño in-
condicionado

(heinitsi), arcángel archeaopteryx,        hermano
héroe, eremita

trickster de purgación y e-
cuanimidad, la
con-
figuración de rebasarse a sí mismo       es

 

directamente proporcional a la             inversión de
aurora descripta mnemotecnia de los    incendios,
la
serpiente emplumada retrotraída          entonces a su

baptisterio botánico como el foso de jade pi hace

de intelección inespacial en                  virtud de las

duplicaciones embalsamadas, un          plantío
de
parpadeo mutuo y chopo de fractuosidades,
un

océano pantalasa en-
yesado nuestra madre la tierra fértil,     diagrama de

la fuerza se

tañen errantes y ligerísimas las              islas antagonistas,
fueron la observación de                      amarilleo,

coeficiente del ocaso los
felinos femeninos en sus

famélicos pe-

llejos menstruales de es-
piritualización y

danza visual de in-

teligencias



 



 

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