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“Lyrics” de
Sergio Coddou
Cántamela
despacito
por José
Ignacio Silva A.
www.plagio.cl
Cuenta la leyenda que Sergio
Coddou (Santiago, 1973) estaba algo reticente a poner
en un libro los poemas que venía atesorando desde hace más
de una década, y que fueron los poetas Alejandro Zambra y Andrés
Andwandter quienes animaron a Coddou para que “Lyrics” (Ediciones
Rottweiler, 2005) viera definitivamente la luz. En todo caso, Coddou
no
aparece como las callampas después de la lluvia en el escenario
literario nacional. No pocos artículos en prensa (incluida
nuestra revista) y, también muy importante, su
mención
honrosa en la última versión de “Santiago en 100 palabras”
avalan un desenlace que aparentemente se caía de maduro, y
que con la materialización en “Lyrics” se confirma satisfactoriamente.
Esta opera prima de Coddou no es como otros libros inaugurales,
es decir, conjuntos algo antojadizos, armados arbitrariamente, con
más furor que madurez. Sergio Coddou tenía estos versos
en barbecho, y se nota. Una buena lección para muchos jóvenes
poetas que se los comen las ansias de publicar, especialmente cuando
miran al lado, y aparecen muchos precoces que ya sacaron su producto
de las imprentas. A la larga, la paciencia paga.
Cabe también hacer mención a Ediciones Rottweiler (Alejandro
Zambra & Andrés Andwandter), que con este volumen hace
su primera aparición pública. Si bien se puede pecar
de un optimismo que roza la inocencia al creer que un nuevo sello
de poesía perdurará y crecerá, dado el harto
conocido y difícil escenario de las editoriales de poesía,
es de todo mérito este primer (y ojalá no último)
libro de Rottweiler, una edición bien presentada, correctamente
diagramado y agradablemente diseñado, virtualmente sin erratas;
todo un ejemplo para unas cuantas ediciones que se hacen más
bien “al tres y al cuatro”, y cuyos productos finales dejan que desear.
Habrá pocos recursos, pero eso no es excusa para hacer las
cosas mal, y eso la gente de Rottweiler lo ha entendido.
Volvamos a Coddou. El autor nos pone en un escenario manifiesto: el
recorrido de vida, sazonado éste por la poesía y la
música. Desde los años tiernos en que Coddou y compañía
le sacaban sonido a “tarros de pintura, sillas secuestradas de la
cocina, y guitarras de tenis”, hasta ahora, en que encontramos a un
autor que ha logrado armar un conjunto armónico, con un verso
recio, de un autor inteligente, que es capaz de entregar imágenes
interesantes, transportarnos a la niñez, y darnos el paseo
del adolescente que crece escuchando música, con el inseparable cigarrillo, y termina leyendo poesía. El conjunto es variopinto,
a modo de cancionero, si se quiere, donde cada uno de los tracks
tiene el particular vigor, ese vigor rockero que también pega
en otros poetas de la misma generación de Coddou.
Como en todo proceso de crecimiento, el autor denota la permeabilidad
ante las influencias externas. Parra (salpimentado con Lihn) se nota
claramente, “para que esto no termine en pelea/ hay que acudir
a su eminencia,/ el papa negro que nos regaló este invierno”.
Algo de Huidobro, “el río automático/ el rito neumático/
el gesto reumático/ el canto traumático (...)”.
Rastros de haikú, como en el poema “Mirlo”, entre otros, que
van entrelazándose a las referencias “músico-vivenciales”,
generando un mosaico que retrata el coming of age de este poeta.
A punta de fuerza, precisión en la mezcla “poesía-rock”,
Sergio Coddou saca la voz. A este paso, de seguro la audiencia (especialmente
la interna propia del poeta) le pedirá el bis.