Proyecto Patrimonio - 2006 | index | Stella 
              Díaz Varín | José 
              Angel Cuevas | Autores |
             
            
              
            
            
            
            
                  STELLA DIAZ VARIN POETA DE MORAL SURREALISTA
                
                Por José 
              Angel Cuevas
             
          
          
            Recuerdo en Chaitén entre la soledad de las montañas, 
            invitados por Rosabetty Muñoz a un Encuentro de Poesía. 
            Habían pasado dos días y salimos con Jaime Quezada y 
            una poeta española a dar unas charlas a Palena, al pasar Quezada 
            dijo "aquí va a pasar algo,  vi 
            a Stella tomándose un pisco doble en el bar. Volvimos al anochecer 
            y claro, Stella estaba gritando "jamasmente ÑauÑau" 
            y decía una frases incoherente en alemán champurreado 
            sobre toda la concurrencia junto a los leños, Yanko González, 
            Floridor Pérez, Valdivieso y muchos más. Nadie se atrevía 
            a pararla, ella golpeó a un funcionario de la Corporación 
            que venía a decir un discurso oficial junto a los comensales, 
            la noche estaba cerrada. "¡¡Quién eres tú 
            macaco!!" gritaba ( así como Rolando Cárdenas tenía 
            otra frase favorita para increpar "Qué te importa a mí"). 
            Todos estaban asustados de la poeta surrealista, la colorina Díaz 
            Varín, esa voz derrokhiana, que jamás se quedó 
            tranquila en la vida, ni se oficializó.
vi 
            a Stella tomándose un pisco doble en el bar. Volvimos al anochecer 
            y claro, Stella estaba gritando "jamasmente ÑauÑau" 
            y decía una frases incoherente en alemán champurreado 
            sobre toda la concurrencia junto a los leños, Yanko González, 
            Floridor Pérez, Valdivieso y muchos más. Nadie se atrevía 
            a pararla, ella golpeó a un funcionario de la Corporación 
            que venía a decir un discurso oficial junto a los comensales, 
            la noche estaba cerrada. "¡¡Quién eres tú 
            macaco!!" gritaba ( así como Rolando Cárdenas tenía 
            otra frase favorita para increpar "Qué te importa a mí"). 
            Todos estaban asustados de la poeta surrealista, la colorina Díaz 
            Varín, esa voz derrokhiana, que jamás se quedó 
            tranquila en la vida, ni se oficializó. 
            En esa voz de trueno, pero con un fondo de imprecación moral 
            y a la vez poética. Surrealista se me ocurre o dadaísta 
            por constituir en su persona esa máxima de Tzara "la poesía 
            no es sólo un producto escrito, un sucesión de imágenes, 
            SINO UNA MANERA DE VIVIR" Vivir como poeta que siempre decía 
            Teillier, una mujer enloquecida quizás Eleonora Carrington, 
            Margarite Duras, Frida Khalo, de Verdadera Radicalidad. Capaz de golpear 
            y Rechazar con sus dos tremendos puños. 
            
            ¿A cuántos no golpeó en sus rostros? ¿Cuánta 
            trasgresión en restaurantes, reuniones, recitales, con Esa 
            Voz, terrible y ronca voz de Stella. 
            
            Porque ellos, Teillier, Cárdenas, quizás Lihn, y Stella 
            Díaz a muy pocos aceptaron como poetas. En su medida, de otros 
            tiempos, ese ser, esa especie de conjunción de pureza, lucidez, 
            vestimenta, palabra. Una Voz una locura y decisión, como de 
            Agitadores o Niños Terribles que se usó hasta entrados 
            los años 70. 
          En fin, esa noche Stella terminó llorando en brazos de Rosabetty 
            como una niña gigante en manos de una madre pequeñita, 
            pero dulce, cariñosa, que la acariciaba y le decía "...ya 
            Stella, tranquila, descansa, llora, no estás sola..."          
          Después todo fuimos a abrazarla uno por uno hasta que comenzó 
            el baile junto al fogón.