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Stella Díaz Varín, Poeta-Madre
Por Astrid Fugellie Gezan
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Se conmemoran diez años de la muerte de Stella, acaso, la Primera poeta punk chilena sin embargo, en lo que a mi concierne, la obra de esta extraordinaria poeta está íntimamente relacionada con su vida.
En su poética, Stella, se narra, se cuenta, se relata, se refiere, se explica, se expone, se desnuda, se dice, desde una particular forma de ser y estar en el mundo. Desde su propio cuerpo.
También, desde la articulación de una trinchera veraz y admirable, esa especie de reflejo condicionado, maravillosamente intrincado en un estado de crisis hecho lenguaje, para ella, para el mundo y, para quienes tuvimos la fortuna de conocerla, de compartir-la, ser discípula y amiga.
La escritura de Stela Díaz Varín es sin duda entonces, autobiográfica, vale decir, adentrada en un mundo interior que constituye descarnada vivencia, dolor, y por qué no decirlo, ( antes lo dijo Enrique Lihn), la-su propia y asertiva locura.
En su poemario Los dones previsibles, publicado en 1992 por Editorial Cuarto Propio, Díaz Varín registra los años 80, oscuros y lutos años de dictadura militar, en el que el cuerpo social se desintegra por ilícitas y malsanas cúpulas, trasgrediendo todo orden institucional, cito:...Es así / Que estoy viva / Y en cada vida / Se me va la muerte…
Saber entonces que se vive muriendo es un continuo en Stella, cumpliéndose a cabalidad en su escritura, este circuito rampante que es la vida y es la muerte.
Vida y muerte entonces, en la existencia de la poeta, hito misterioso y, permanentemente vívido. Cito:…Me han quitado la sombra / El canto de los pájaros / La bienamada sombra de las alas / Tutela dulce / A mi dolida resistencia…
Otro ejemplo del dolor señalado, cito:…Tú llevas una bandera me han dicho. / Sí / Tú llevas una bandera / Yo sé / Que la bandera es de un rojo profundo / Toda Bandera es un río de sangre.
La poeta mira, vive y se relata en su propia gesta. Lo cotidiano entonces, permea toda construcción de su yo poético. Lo que leemos en Stella Díaz Varín, es el des- vive, es el de-sangre de una estética única, irrepetible e intransferible, transferida a su inconmensurable creación poética: cito:…Palomas cautivas del aire / Ala y congoja / Palomas / Qué hacer ahora… / Palomas / Esqueletitos y yo sin voces…, otra cita:…para eso pago cada gota de sangre/ que se derrama en el infierno…
Condición esencial de Díaz Varín fue vivir y entender su propia epopeya desde aquella valentía de decir-se en el acogimiento de un destino derruido que se alza en un cúmulo de escombros, cito;…No quiero / Que mis muertos descansen en paz / También la obligación / De estar presentes / Vivientes en cada flor que me robo / A escondidas / Al filo de la medianoche / Cuando los vivos al borde del insomnio / Juegan a los dados / Y enhebran su amargura…
Su permanente construir dialéctico acogerá invariablemente a la ruina, porque Stella bien supo decir-se con verdad y belleza, cito:…Qué queréis que se haga con estos materiales. / Nada. Sino escribir poesía melancólica.
Stella Díaz Varín, admirable mujer y poeta-madre no obstante, vivir hilando escombro y sombra en un país dividido en dos, un país que no valora ni a la poesía ni a sus poetas y, sin embargo, Stella, siempre infatigable, registrando, testimoniando, el todo dolor y la toda muerte en aquella, nuestra común historia negra, vivida y compartida por aquel Golpe que aún nos tiene morada, las moraduras.
Stella Díaz Varín verdadero símbolo y ejemplo de amor y fe hacia la condición de-él-la poeta como lo testimonia la dedicatoria que me hizo el 24 de septiembre de 1992, día en que la Editorial Cuarto Propio lanzó Los Dones Previsibles: “ Querida hermana, poeta Astrid: Tú sabes que la poesía no morirá como lo predicen los agoreros. Stella.”
Y agrego a esa inasible e inmortal dedicación su notable arte poético, La Palabra
Una sola será mi lucha
Y mi triunfo;
Encontrar la palabra escondida
Aquella vez de nuestro pacto secreto
A pocos días de terminar la infancia.
Debes recordar
Donde la guardaste
Debiste pronunciarla siquiera una vez…
Ya la habría encontrado
Pero tienes la razón ese era el pacto.
Mira como está mi casa, desarmada.
Hoja por hoja mi casa, de pies a cabeza…
Y mi huerto, forado permanente
Y mis libros como mi huerto,
Hojeado hasta el deshilache
Sin dar con la palabra
Se termina la búsqueda y el tiempo.
Vencida y condenada
Por no hallar la palabra que escondiste.
Stella Díaz Varín, Diva de los escombros. Stella Díaz Varín poeta-madre y Matria, gracias, infinitamente, Gracias.