Tal vez envalentonados porque aún no existe una decisión oficial sobre el desafuero de su anciano líder, un grupo de pinochetistas convirtió su acostumbrada manifestación frente a la Corte Suprema de Chile en una agraviante burla a los familiares de las víctimas de la dictadura. Muy cerca del lugar donde se encontraban manifestando defensores de los derechos humanos y familiares, un grupo de seguidores del ex dictador quemó huesos de vaca en una clara alusión a los restos de los detenidos desaparecidos, cuyo paradero el ejército se comprometió a investigar después del acuerdo alcanzado en la Mesa de Diálogo a cambio de que su identidad sea mantenida en secreto y no pueda ser utilizada como prueba en los tribunales. Esa reserva había motivado la condena de los familiares, que denunciaron el acuerdo como una suerte de "Punto Final". Otra comitiva de partidarios de Pinochet quemó banderas de España y del Partido Comunista para expresar su enojo por la situación judicial de su Tata, a quien irán a saludar en estos días a su residencia de lujo en el barrio santiaguino de La Dehesa para manifestarle su apoyo en "un proceso político" montado en su contra. Por su parte, opositores al ex dictador y miembros de organizaciones defensoras de los derechos humanos hicieron un acto simbólico cerca del edificio de la Corte Suprema en el que 10 personas acostadas en el suelo recordaron a las víctimas de la dictadura pinochetista.
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Página/12, 2 de agosto 2000
