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Entre el dolor y la entereza.
Lectura de Como una lágrima en la lluvia, de Chary Gumeta.
Ediciones Andesgraund, abril de 2019
Por Soledad Fariña
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Estoy en Chiapas, estoy en Tuxtla, ciudad calurosa en este marzo de 2019. Varias actividades en torno a los derechos y reivindicaciones de las mujeres, también de las mujeres que escriben, leen, escuchan. Es una actividad en el Museo del Café, hermosa casa antigua en el centro de Tuxtla, mi anfitriona es Chary (María del Rosario Velázquez Gumeta) y un grupo de mujeres hablamos con periodistas sobre nuestras actividades de la semana. De pronto se escucha una voz invitándonos o más bien urgiéndonos a salir, se ha activado la alarma de temblor. Obedeciendo a mi instinto quiero salir veloz entre mesas y sillas, pero educadamente me contengo. Ya en la calle, mirando cómo se mueven los cables empezamos a conversar sobre libros, experiencias de vida y de creación y pronto me entero de la publicación de Como una lágrima en la Lluvia en Chile por la editorial Andesgraund, poemas que tienen como tema el mapa de dolor, la entereza y memorias de mujeres y hombres desaparecidos, muertos, mutilados, el aumento de la violencia que se vive en México, especialmente en la frontera sur que une o separa el estado de Chiapas con Guatemala, lugar donde vive la autora. En Chile conocimos esta experiencia durante la dictadura, personas torturadas, ejecutadas, desaparecidas. Pero en México el horror que ha llegado a ser cotidiano, no se detiene.
Puedo mostrarte una luz fuerte
que cruza el medio día de los muertos,
pero no puedo hablarte del último
vestido de las mariposas,
y de esta necesidad de verte.
El epígrafe de Mery Yolanda Sánchez escogido por Chary, parece cruzar este fuerte y emotivo libro de poemas que se va armando desde distintas voces, situaciones y miradas.
El inicio: lo más inquietante de la desaparición de un ser querido es el no-saber, el desconocimiento, quien se queda, no sabe:
Él desconoce / que un día me iré /tomaré el rumbo del mar /o el de un lugar ignorado / me perderé en el tiempo. // Abandonado y triste / dirá que desaparecí /como una lágrima en la lluvia /contará varias historias diferentes /para no sentirse tan solo /que digan que él es un hombre bueno /y yo una mujer mala.
¿Qué es lo que él no sabe o que finge desconocer? ¿Es éste un común abandono o una ausencia forzada? Partir hacia el olvido, carencia de posesión alguna. Resucitar la memoria… abrir la herida dolorosamente.
Hay historias reales entreveradas en el poema, niños, niñas víctimas y testigos de una violencia implacable
…los hombres con su rabia, / traían una bandera negra semejaba el odio /salió fuego de sus manos, / de sus ojos, / GRITABA, GRITABAN, GRITÁBAMOS.
Es difícil eludir la fuerte denuncia encerrada en esta voz poética acompañada de multitud de voces que se encuentran día a día frente a la muerte y hablan del miedo
el silbido de la muerte respira en su cabeza. / Entrar en esa zona / abrazar su miedo / le dice aún estás viva.
Pero también de la tristeza de quienes pierden a un ser querido, la angustia de los que buscan, como las madres de Sinaloa:
Dialogan a diario con la tristeza /la llevan como un rosario en el pecho. / Desde la ventana de sus vidas / observan cómo pasa el tiempo /no asoma la esperanza /con el brillo de sus ojos/están cansadas / Reclaman y repiten: Los asesinaron porque nadie los conocía” /“Los torturaron por pasar por el sitio equivocado” “Los desaparecieron por pensar que no los buscarían”
O las madres del Colectivo Solecito en Veracruz
Anoche escuché tu entrada / tarareando esa canción que solías cantar en las mañanas corrí a tu encuentro, /mis ojos se toparon con tu ausencia.
Desde estas imágenes de muerte y violencia en distintos estados, regiones, poblados mexicanos y también guatemaltecos, la autora va a hacer suya otra experiencia, las mujeres kurdas en la guerra, un bombardeo
Sigues corriendo / con la liebre del terror metida en tu humanidad… / Falta poco / miras la luz al fondo del pasillo /todo está bien /jadeante llegas a la puerta /por primera vez tienes esa paz / que no conocías
Desde hace muchos años sabemos de los asesinatos de mujeres, muchos de ellos impunes, especialmente conocidos son los de Ciudad Juárez. Femicidios los llamamos en Chile, en México la palabra usada es feminicidio. La poeta otorga voz a una madre, Marisela Escobedo Ortiz, quien se convierte en una agitadora social recorriendo ciudades para que se castigue al asesino de su hija, su novio
Rosa, en tus ojos se refleja la violencia del mundo.// Las bestias, Rosa, recorren la oscuridad acechando la desgracia,// quiero ir tras ellos / poner tu nombre en sus pupilas/ hasta ver como se extingue la luz de su existencia.
Pero Marisela también fue asesinada en la calle cumpliendo su misión, a plena luz del día.
Otra señal de dolor e impotencia que Chary Gumeta expresa en sus poemas es la indiferencia, o más bien la irreverencia por los restos de quienes fueron hijas, hijos, padres…
En este país /a nadie le importa los muertos. /Ayer despertaron almas /para mostrar donde se encuentran /sus mancillados cuerpos /con marcas de tortura /y el tiro de gracia... //
Virgilio es uno más en la cuenta perdida / del fantasma que deambula por los campos. /
Es parte del botín de guerra / que se libra por las plazas /de los cárteles. /Su muerte es daño colateral / de la venganza absurda / entre gobiernos y capos.
O el lamento de las jóvenes de otros países que llegan a prostituirse arrancando de las maras:
“nunca pensé llegar a esto, yo estudie en la universidad allá en El Salvador”
Hay voces de mujeres que se rebelan en contra de la adversidad:
No quiero ser una mujer desangrada /por la mano de la miseria / y de la maldad de mi país.
Y hay voces que advierten del peligro de la huida:
No creás que está chilero irte a los yunaiteist. /Si te vas pallá en un bus o caminando / te agarra la migra o los mara / y todas tus ambiciones /se quedarán tiradas en la cama /
de algún putero de Tapachula. /Es peligroso subirte a la Bestia, /es como un gusano que camina /sin ver lo que hay a su paso /podés caer y morir.
La Bestia es el tren que lleva a los migrantes, muchos de ellos mueren en el trayecto.
Pero los que logran huir y llegar a otras tierras tienen otra vivencia
Tomar un rumbo / desheredarse de la tierra /es un dolor que sólo conocemos /los refugiados, /los desplazados, / los desamparados, /aquellos que a escondidas sufrimos /tribulaciones que no se divulgan, /morimos por dentro, /en soledad, /en silencio.
¿En quién confiar? En estas latitudes la justicia no siempre es ecuánime o eficiente o veraz.
Ante el sufrimiento apliqué la justicia / se posó en mis manos. / Llegaron hienas y buitres, /rodearon mi casa en busca de cuerpos / y de falsas pruebas para condenarme.// Únicamente hallaron una mujer / con hambre de sentencia y decidida, /dispuesta a morir con esa esperanza rota que se tiende en las cárceles /donde el inocente es condenado / y firma la pena de muerte / quien es culpable.
Finalmente la autora se pregunta ¿qué hacer ante esta violencia? ¿Cómo vivir dentro de ella?
Te pregunto /¿cómo toleramos esta tragedia, /esta masacre de cuerpos mutilados / y de mensajes sobre su piel?…
He permanecido escondida / bajo otra piel /refugiada por el terror /en un cuerpo callado y solitario /donde paso desapercibida.
En este sur hay que guardar silencio /para sobrevivir /hay setenta mil desaparecidos /
y seguimos con los brazos cruzados.
Pero la poeta no ha permanecido de brazos cruzados, como dice la poeta iquiqueña Danitza Fuentelzar en su prólogo “Desde sus ojos con una mirada adolorida por las injusticias Chary Gumeta, transforma el poema en una lucha constante”.
Celebramos la poesía de Chary Gumeta que trajo a Chile sus vivencias en un territorio que, como campo minado, se despliega entre la vida y la muerte, donde no hay regla segura para sobrevivir, solo códigos, marcas muchas veces ininteligibles
y es por eso que algunos, a pesar de la amenaza continua, se quedan.
Yo me quedé aquí / a pesar de que todos me aconsejaron /que me fuera (…)
Me quedé /porque huir no resuelve nada /no remedia mi muerte /ni me devolverá la vida.
Santiago, abril, 2019.
* * *
POEMAS DE CHARY GUMETA LIBRO COMO UNA LÁGRIMA EN LA LLUVIA
EDICIONES ANDESGRAUND (MAYO DE 2019)
Sólo Veracruz es bello
Para Omar, quien lleva este luto,
y también para Joel.
En este país
a nadie le importa los muertos.
Ayer despertaron almas
para mostrar donde se encuentran
sus cuerpos mancillados
con marcas de tortura
y el tiro de gracia.
En un humilde hogar de Cosamaloapan
una madre prende una veladora ante el altar
pide a Dios el regreso de su hijo desaparecido.
A Virgilio lo levantaron una mañana
en la que se dirigía al trabajo
su familia lo buscó sin descanso
hasta entre las piedras más pequeñas de su pueblo
se perdió a la vista de los árboles
se fue en un viaje sin destino.
Cuando se han secado lágrimas
cuando la esperanza es un recuerdo
reciben la notificación de su muerte.
Era una mañana de un sol oscuro
la que entregó a su viuda y a sus hijos
entre doscientas almas
el cuerpo mancillado de Virgilio.
Nadie da una explicación.
Vivir extraviados de los ojos de Dios
y la carencia no permiten
el esclarecimiento, sólo aumenta el dolor.
Virgilio uno más en la cuenta perdida
del fantasma deambulando por los campos.
Parte del botín de guerra
que se libra por las plazas
de los cárteles.
Su muerte es daño colateral
la venganza absurda
entre gobiernos y capos.
Veracruz es el paraíso tropical
de los muertos.
Desaparecido
Para las madres
del Colectivo Solecito,
Veracruz, México
Es verdad Alejandro,
no duermo como debe ser, hace años
arrinconé la vida junto a la cama
donde abrigue los sueños que ya no tienes.
Anoche escuché tu entrada
tarareando esa canción que solías cantar en las mañanas
corrí a tu encuentro,
mis ojos se toparon con tu ausencia.
Sí, Alejandro,
el aíre se queja
trae tu nombre entre murmullos,
vuelvo a recordar el día cuando saliste de casa.
Desconsolada por tu extravío,
El desaliento me apresa
mientras camino en medio de todo lo que existe.
Traigo a cuestas un sinfín de culpas,
como aquel día que fuiste a la cantina
y yo molesta
Te insulté, ahora me arrepiento
Alejandro,
estoy a solas en tu cuarto
mis lágrimas miran todo lo que tocabas
te gustaba esa camisa
ahora bien planchada cuelga de su gancho
la tomo entre brazos
imagino tu calor a mi lado.
Te fuiste,
no encuentro el camino de tus huellas
recogí hasta mi último paso
y no te puedo encontrar
Alejandro, no desesperes
te sigo buscando.
Cuando fue ejecutada
su cuerpo permaneció abandonado
por algún tiempo.
Desde el primer día
la visitaron las moscas y las hormigas
después vinieron los zanates y los zopes.
Por último la invadieron larvas y gusanos.
Es la primera vez que no ha estado sola.
Marcela,
cuando vengan por nosotras
sacudiremos el polvo de los recuerdos
sin cerrar los ojos
para que permanezcan grabados en la retina.
Recordaremos los días de fiesta
cuando los demonios nos daban de beber
licor infernal.
Hasta el suceso menos gracioso
nos hacía reír a carcajadas.
Cuando vengan por nosotras
detendremos el tiempo,
nos abrazaremos fuertemente
y por primera vez
nos diremos la verdad,
hablaremos de la lluvia mojando el pasto
del silencio que éramos
cada vez que destruíamos las palabras.
Cuando vengan por nosotras,
Marcela,
nos acordaremos de nuestra complicidad
y de cómo el exilio no destruyó nuestros corazones.
Ya reunidas
nos daremos cuenta
que fuimos asesinadas.
Migrantes
Para Memo Acuña
Escucho un ruido a la distancia,
todo tiembla.
“¡Ahí viene el tren de las moscas!”.
Grita alguien
mis ojos se preñan
de imágenes desalentadas y escuálidas,
con hombres hambrientos.
Todos estiran los brazos ansiosos,
parece quieren volar,
de repente sus manos alcanzan
lo que ofrecen aquellas mujeres de las vías.
Se aleja el sonar
hasta que la mirada lo pierde.
Sólo son fantasmas,
no volverán.
* * *
Chary Gumeta (María del Rosario Velázquez Gumeta) 1962 Chiapas, México.
Hizo estudios de Letras Latinoamericanas, Licenciatura y Maestría enfocados a la Educación, Promotora Cultural de arte y Literatura. Ha publicado en diversos medios de difusión, Libros de investigación histórica regional y Libros de poesía.
Ha sido jurado en la categoría de Poesía en el Décimo Tercer Concurso Literario Gonzalo Rojas Pizarro 2015 de Lebu, Chile y Jurado en el Primer Premio de Poesía Joven de Quetzaltenango, Guatemala. Por su trayectoria ha sido reconocida por el Suplemento Cultural Rayuela del periódico Péndulo en 2015. En el Festival Internacional de Toluca, México el H. Ayuntamiento la designo como “VISITANTE DISTINGUIDO”. A través de la antología VOCES DE AMÉRICA LATINA (Edit. MediaIsla, E.U.), sus textos son parte de la cátedra de Literatura en la Universidad Hunter College of New York. El libro “TAMBIEN EN EL SUR SE MATAN PALOMAS” (traducido al kaqchiquel) es parte de la Enciclopedia de la Literatura en México.
Como promotora Cultural realiza eventos culturales de arte y literatura en su entidad y diferentes lugares de México y otros países. Dirige el Festival “GRITO DE MUJER” en Chiapas perteneciente al Movimiento de Mujeres Poetas Internacional y el MOVIMIENTO POETICO MUNDIAL dependiente del Festival de Medellín, Colombia. Ha contribuido a la relación cultural de algunos artistas extranjeros con Chiapas a través del intercambio. Actualmente es coordinadora del FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA CONTEMPORÁNEA SCLC y de LITERATURA en el FESTIVAL MULTIDISCIPLINARIO PROYECTO POSH.