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MEDIA ESTACIÓN, de Sara Jordán
-o tres actos de incertidumbre-
Por Andrés Urzúa de la Sotta
1.
Recuerdo el lanzamiento del libro en la Universidad Adolfo Ibáñez de Recreo. Creo que lo recuerdo, la verdad: aula llena, finos atuendos, canapés y vino después de la lectura, personas que poco sabían del oficio poético, pero que estaban por una causa mayor y encomiable: el lazo afectivo.
En fin, un ambiente más propicio al juego social que a la poesía, pese a que muchas veces ella, la bella, sea la excusa para beber un vino y conversar. Ahora bien, dentro de toda esa escena no había espacio para la lírica, mas ésta se las arregló para refulgir en la lectura de esa bella y sobria edición que es Media Estación.
Al tomar el texto, o más precisamente al repasarlo innumerables veces y meses en la cabeza, finalmente apareció la idea: la certidumbre es la poesía.
- Y bien, ¿por qué?
-
Pues no lo sé.
1 y ½.
Media Estación es el lugar, el espacio y el tiempo de Sara Jordán. Media Estación es el lugar, el espacio y el tiempo de Sara. Media Estación es el lugar, el espacio y el tiempo de. Media Estación es el lugar, el espacio y el tiempo. Media Estación es el lugar, el espacio y el. Media Estación es el lugar, el espacio y. Media Estación es el lugar, el espacio. Media Estación es el lugar. Media Estación es el. Media Estación es. Media Estación. Media.
2.
Sorprende el exceso de arcaísmos en el texto, lo que lleva a cuestionarse por la conciencia del oficio. Es decir, ¿Sara Jordán pretende resituar una tradición literaria o sólo es víctima de una alienación poética propia del principiante? Por mi parte creo que la respuesta no es la una ni la otra, y que mi pregunta está viciada, ya que el tono y el uso del lenguaje poético, en el caso de Media Estación, es un asunto que guarda relación con la necesidad de encontrar, en el lenguaje, un espacio de certidumbre que se hace imposible en la realidad. Así, esta lengua que acoge se vuelve menos anacrónica y más atemporal en el texto, menos intelectual y más lírica, menos ficticia y más honesta, menos constructo verbal y más poesía.
.. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. p.d: mas, ¿no es la poesía, también, un constructo verbal?
2 y ½.
Sara Jordán no quiere innovar. No quiere innovar Sara Jordán. Sara Jordán innovar no quiere. No quiere Sara Jordán innovar. Innovar no quiere Sara Jordán. Jordán Sara no innovar quiere. No quiere Sara innovar Jordán. Jordán no innovar quiere Sara. Sara quiere innovar no Jordán. Jordán quiere Sara no innovar. Quiere Jordán Sara innovar no.
3.
Los libros de poesía, sobre cuando todo se configuran desde la intimidad, ni siquiera deberían ser comentados, sino simplemente sentidos. Los libros de poesía, sobre cuando todo se configuran desde la intimidad y la cadencia, ni siquiera deberían ser comentados, sino simplemente sentidos y escuchados. Los libros de poesía, sobre cuando todo se configuran desde la intimidad, la cadencia y la honestidad, ni siquiera deberían ser comentados, sino simplemente sentidos, escuchados y sonreídos.
:)