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"La
Morada Irreal" de Giovanni Astengo
Por
Sergio Ojeda Barías
(Lanzamiento
de La Morada Irreal, Colección Carajo-Mago
Editores, viernes
15 de diciembre)
Giovanni
Astengo presenta e inaugura la colección, Carajo-Mago Editores, con
su segundo libro, "Anteayeres" su obra prima dio sus pasos por allá
por el 2000.
Tras ese silencio reaparece con "La Morada Irreal",
título de corte surrealista que nos sitúa en una poesía minimalista,
centrada en la evocación. Pequeñas piezas que van configurando un
universo nostálgico
pletórico de instantáneas sobre cosas que suceden o no suceden.
Territorios difusos sin bordes aparentes.
Y lo dice en el poema "Junto
al Fuego": "Alguien, otro, aguarda junto al fuego./ Otro. No sé
alguien, espera bajo la lluvia.// Al otro de ese alguien. Al alguien de ese otro".
Y
es una constante en los textos, nos enfrentamos en cada página con una
especie de viaje a la memoria, a sitios que se desvanecen. Un regreso al lar.
Ilustrativo es el epígrafe de Efraín Barquero que Astengo nos regala:
"El hombre tiene la edad del primer recuerdo".
Las preocupaciones
del poeta delatan sus gustos literarios no es casual la referencia Matsuo Basho,
poeta japonés del siglo XVII, que en una traducción al castellano
posee un texto con el mismo nombre del libro que presentamos.
Siempre he
pensado que los diversos ríos que confluyen a ese vasto océano que
es la poesía, trazan su ruta en la opción o curso que esas aguas
tomen. Esto, a mi juicio, nos centra en algo radical a la hora de hablar de poesía:
la honestidad.
Toda escritura debiera ser honesta o aspirar por lo menos
a ello. Debiera ser parte de la pequeña o gran sinfonía que el autor
va poniendo en servicio de aquello que el poeta Raúl Zurita denomina: "el
mar de las palabras".
En la poesía de Giovanni hay bastante
de eso. No hay pretensiones desmesuradas, no hay ruptura por la ruptura. Diríamos
que lo que más fluye son aguas mansas. Que invitan al lector a degustar
ese recorrido sin prisa.
En el poema "Oficio 2", el poeta afirma:
"Uno sólo escribe/ hojas que nadie recoge/ sólo el agua
de la fuente/ lava tu rostro./ Uno sólo escribe/ palabras que quieren ser/
ahí en el medio del bosque/ manantiales./"
Esta reiteración
de las contradicciones en definitiva de lo humano se dejan ver a través
de rendijas, esas pequeñas postales que nos van regresando a esos mundos
extraños e irreales pero con referencias claras: la infancia, el amor,
el desamor, el tiempo y algunas cosas más.
Todo esto adquiere su
contexto porque Giovanni nos habla de sus libros, de las películas de su
vida, del escenario en que ha transitado y ha querido traducir a la poesía.
Que
se entienda bien, que tras el minimalismo que nos ofrece "La Morada Irreal",
no hay una visión ramplona de los textos.
Lo que existe es economía
verbal llevada en algunos casos al extremo, pero no menos consistente en el decir
de las cosas.
Pienso que Astengo es una buena muestra de aquellos poetas
que bordean la treintena, que no se han dejado llevar por la pirotecnia o el efecto.
Creo que la opción que aborda es más complicada en términos
literarios. Es más tradición. Es menos receta. No es poesía
que hable sólo para la poesía o para los mundos personales que trazan
los textos.
Más bien percibo una opción poética al
límite del borrador y la desaparición de los sentidos finales que
cualquier lector buscaría en un poema.
Y como él bien lo dice:
"La casa que es el mundo y a la vez sólo tu casa".
Santiago,
diciembre de 2006.-
Algo
sobre la semana, La Morada Irreal, la Alianza editorial Mago editores - Carajo,
y la Poesía de Astengo
Por
Octavio Gallardo
(15 de diciembre de 2006)
(Introducción
al lanzamiento del Libro La Morada Irreal de Giovanni Astengo que
inauguró
la colección Rieles de poesía)
Esta
semana murió el dictador, pero eso no significa que haya muerto la dictadura.
La dictadura no muere con el dictador. Yo, al menos, tengo dictadura en la niñez,
en los días de colegio, en el primer beso, en la pobreza de esos días.
Entonces tendría que morir yo para que muera la dictadura, tendrían
que morir mis amigos, mis enemigos, mis padres. Y más aún,
tendrán que morir mis hijos para que pase el dictador. Porque nos dejaron
la dictadura en las calles y en los corazones y en el gobierno. Hay dictadura
en aquellos que mueren en los hospitales, atrofiados e indignos, hay dictadura
en esos niños que piden, en quienes tendrían que pagar con el infierno
para estudiar algo, en las jubilaciones miserables de nuestros viejos, en esa
eterna injusticia de tantos para justificar el bien de pocos.
Sucede que
la dictadura se repite como un hipo todavía.
Eso es abuso, es mediocridad,
es torpeza, es abuso, pero no es poder. El poder está en nosotros, simple
y sencillo. De hecho hoy celebramos un libro en que comienza un afán de
vida, contrapuesto a la soledad, nosotros celebramos porque nos sumamos para hacer
literatura con la intención de abrir y no cerrar, ni vender, sumamos para
entregar y entregarnos.
Han pasado muchas cosas para que hoy lancemos este
libro con toda propiedad, la naturaleza errante de la vida diaria nos indujo y
sin quererlo casi, iniciamos una colección que, como siempre, busca publicar
lo que queremos leer.
Pretendemos abrir un lugar para la relectura, que
circulen los poemas, libros pequeños y baratos a pesar del IVA. Queremos
una colección de poesía que sea también una colección
se serigrafía o litografía de autores nacionales, cada portada un
cuadro. Queremos publicar esos libros necesarios de la poesía que comienza,
queremos que esos grandes autores nuestros vuelvan a ser leídos en lo esencial,
sin pretensiones. Y queremos hacer un guiño a esa colección maravillosa
que en los años 60 se llamó el viento en la llama.
Esté
lanzamiento es contraposición a la soledad que nos dejaron.
De hecho,
la poesía misma de Giovanni Astengo es contraposición. El libro
que publicamos hoy para inaugurar la alianza Mago editores - Carajo, es para mi
un libro necesario, no sólo porque le hace empeño, y muy fructíferamente
en dialogar profundamente con el viejo poeta Basho y con Teillier, sino, y fundamentalmente
porque la poesía de siempre de Giovanni Astengo, siempre nos deja algo
de libertad y paz.
Leer a Giovanni es un acto que otorga paz verdadera,
como escuchar el agua de la vertiente cayendo, pasando.
Está es
una invitación a oír, a escuchar.