NI MUSAS, NI TALLERES
Le dicto palabras a sus pensamientos,
con ellas completa rompecabezas
y descifra acertijos.
Soy la alquimista descubridora
de universos en la nada.
Soy el eje de la máquina de Da Vinci;
la llave de todas las puertas oxidadas.
Inventé el césped donde se sienta
a conversar con Jesús en la claustrofobia
de la máquina de resonancia magnética.
Si ensordece me encierro
en una cáscara de acero
y la expulso a un mundo
de noticias sensacionalistas.
La dejo a merced de los corruptos
con sus leyes arbitrarias.
La abandono en templos donde depositan la fe
en figuras plásticas.
Permito a miles de cuervos asustados
invadirle el pensamiento.
Puedo aislarla y darle un tour del paraíso
en un parpadear.
La poeta soy yo,
susurro sílabas en las alas de las aves,
me estiro con los gatos en un sofá de catnip,
pinto escenarios abandonados
con trenes sin destino,
envío correos electrónicos de esperanza.
Estoy hecha de la tinta viva del Verbo,
sin premios, ni academias.
Me encuentran a menudo los vagabundos
debajo de las hojas
que todos pisan e ignoran,
entre los desperdicios de las ciudades
donde los niños pobres buscan un juguete,
en las aceras repletas de hormigas eléctricas.
Soy quien salva a esa mujer de ella misma.
Guardo su espalda de la crítica desautorizada.
De mí, parte todo, y en mí todo termina,
ya le dije a Moisés, no tengo nombre.
LA PARADOJA DE TESEO
Los jóvenes
quieren cambiar el mundo otra vez.
Se visten diferente,
se tatúan,
se burlan de los viejos,
escriben, pintan y contradicen lo existente,
usan otras herramientas y se creen innovadores.
Leen, copian y expelen lo procesado
dentro de la misma colmena
donde otra abeja reina los liquida.
La gravedad y el tiempo esperan con paciencia.
Un día descubren que envejecieron
y otros jóvenes atentan contra sus sistemas.
El mundo sigue siendo el mismo
con más o menos artefactos
y alguna que otra nueva enfermedad incurable.
ORFANATO
He existido en el orfanato
de la telaraña que me tejí alrededor;
con los párpados como ventanas selladas
de una casa inhabitable.
Afuera, una Navidad perenne
encendía árboles y calles.
“Las brujas no existen, hermana,
ésa es una anciana sin hijos
de la que la gente común se burla”.
Un tumor en los ovarios
lo tiene igual la monja como la prostituta.
EL CÍRCULO
Dejé de escribir
sobre los cadáveres de los árboles
usando palabras como granadas
cuando las dudas
comenzaron a devorar
mis neuronas.
La mujer se incorpora y expande
desvístase o no,
crece y evoluciona,
calza botas de combate,
compra comida orgánica,
y lee el contenido químico
de los productos de maquillaje.
Escapa del círculo
y viaja por su superficie
en un monopatín.
VEINTE AÑOS DE ESPERA
Tu silencio pesaba en mis hombros
y me arrastraba por una existencia
de dioses invisibles.
Te mandé un ejército de ángeles
armados de amor
hasta los dientes.
Viví veinte años procurándote
y en un retiro espiritual jesuita
me saltas a la cara
como el muñeco de la caja de resorte
que asusta a los inocentes.
