Proyecto Patrimonio - 2020 | index | Simón Soto | Leonardo Sanhueza | Autores |
Simón Soto publica su libro "Todo es personal"
Ediciones UDP, 2020. 184 págs.
Por Leonardo Sanhueza
Publicado en Las Últimas Noticias, 15 de junio de 2020
.. .. .. .. ..
"Ayer tuve la primera sesión con el siquiatra. El objetivo es recibir ayuda para dejar el alcohol. Fui honesto con el doctor y le confesé que, la mayoría de las veces, no soy capaz de controlarme y termino sumido en una profunda borrachera, acompañada casi siempre por el consumo de cocaína".
Así, directo al hueso, empieza el libro Todo es personal. Diarios de abstinencia, de Simón Soto, recién publicado por Ediciones Universidad Diego Portales. Podría ser el comienzo de una novela, pero sus páginas poco tienen de ficticias; por el contrario, son un descarnado relato extraído de los diarios privados que llevó el escritor en 2017 y 2018, durante más de cuatrocientos días, para registrar lo que pasaba en su vida cotidiana durante el proceso de dejar el trago y las drogas.
A pesar de que el detonante es justamente el deseo de rehabilitación —surgido a su vez luego de un asado familiar con motivo del partido entre Chile y Alemania por la Copa Confederaciones, fiesta que inevitablemente concluyó en una solitaria tomatera que puso al autor contra las cuerdas y lo hizo pedir ayuda para salir del hoyo—, el libro poco a poco va transformándose en una bitácora de experiencias diarias y de sueños anotados, como si la abstinencia hubiera encarrilado al protagonista en la observación minuciosa de cada cosa que le
ocurre no sólo durante el día, sino también cuando duerme.
Odiosas reuniones de trabajo, accidentes domésticos, reflexiones librescas, claroscuros del amor conyugal, el crecimiento de una hija que ya va por su primer año de vida: todo eso se va entrelazando con el miedo a las recaídas, al aislamiento social, al derrumbe del amor propio, pero también con el deseo de concluir proyectos de escritura postergados —como terminar Matadero Franklin, la novela sobre el Cabro Carrera que al fin publicó hace poco más de un año—, y poner en tensión la vocación literaria.
Anotar los sueños de la noche anterior cobra importancia, como si algo en ellos comunicara una clave. A menudo son sueños de fiestas, a veces pesadillas, en que vuelven los miedos del alcohol, pero también llenos de escenas eróticas o situaciones grotescas. En ellos circulan personajes reconocibles del mundillo literario y televisivo nacional, que Soto conoce en su doble calidad de escritor y guionista de teleseries y películas. Son los diarios de alguien que quiere encontrarse a sí mismo, pero en su camino también debe lidiar contra las mediocridades de una industria bien poco esperanzadora. Son días que no dan tregua. Cuando algo parecido a la felicidad se asoma, el miedo lo nubla. Así, por ejemplo: "Hace cuatro o cinco días que abandoné el medicamento antidepresivo, y tras jornadas felices y radiantes, hoy, durante la tarde, ha vuelto a invadirme el fantasma del bajón de ánimo; la melancolía, la tristeza. Pequeñas punzadas de ansiedad y angustia, ese sinsentido que todo lo cubre, que avanza como la marea creciendo a medida que el día se acerca a la noche".
Juicio a sí mismo
Sin merodeos, en su libro Soto se pone a sí mismo en tela de juicio, haciendo de la confesión un material de exploración literaria. Así, en medio de los cambiantes estados de ánimo en que lo tiene su tratamiento, se juzga a sí mismo sin la menor complacencia: "Todas las debilidades de mi carácter quedan bajo una fuerte luz (...): mi cuerpo adiposo, con sobrepeso, mi pobre bagaje cultural, mi desconocimiento sobre la historia, mi carencia de lecturas, mi falta de reflexión e inteligencia, mi incapacidad para leer el presente y los signos políticos de los tiempos que atravesamos. Vuelvo a sentirme como un impostor, o un estafador, porque todo esto es material esencial en la construcción de un escritor".
