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La imaginación como construcción de libertad contra la dictadura de Piñera
Grupo Tatú
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Considerando los acontecimientos que se han manifestado en Chile de manera generalizada y situados como estamos desde Ainileufu / Valdivia, nos pronunciamos en estado de alerta y completo repudio frente a las actuales acciones criminales del gobierno y la intensificación de su violencia contra el pueblo. La dictadura se suponía terminada hace 30 años, mas dadas las actuales circunstancias, no podemos sino sospechar de esta democracia que ha estado militarizada históricamente en Wallmapu y que ahora se ha expandido al resto del territorio. Sin embargo, y a contramano de la época, nuestra praxis busca, como la de muchxs, expandir y diseminar libertad en la creación y en las formas de vida.
Nuestro territorio está secuestrado por las agresiones del Estado que prestan blindaje al neoliberalismo. ¿Hace cuánto tiempo nuestro país dejó de pertenecernos? ¿Hace cuánto tiempo los sectores que detentan la concentración del poder económico y político hacen y deshacen a voluntad con el pueblo? Decimos: no más. Defenderemos nuestra libertad imaginando y creando otras vidas posibles que no contemplen el miedo heredado.
1.- El estado de Chile no se ha hecho cargo de la responsabilidad que tiene en la reapertura de las profundas heridas que ha dejado la experiencia de asesinatos, violación a los derechos humanos y la continua historia de impunidad; no solamente de los criminales de la dictadura, sino también de los criminales que han asesinado a luchadores sociales en la actual democracia. Siendo octubre del año 2019, a 46 años del golpe de estado de 1973, hemos presenciado en Valdivia y visto a través de los medios de comunicación contrahegemónicos, cómo los militares persiguen a personas desarmadas por las calles durante el toque de queda disparando a quemarropa. Estamos en estado de sitio. Jamás creímos que los hijos de la dictadura perderíamos la protección propiciada por las madres y padres traumatizados por largos años de pérdidas, torturas y terror. Es inverosímil, aunque esperable, el llamado del gobierno a la presencia de militares armados en las calles infundiendo el miedo arraigado en la memoria colectiva, sobre todo por lo que representan para la historia de nuestros pueblos.
2.- El fascismo neoliberal se ha naturalizado mediante el deseo reducido a meras mercancías, a deudas interminables, a licencias psiquiátricas y otras compensaciones que deben pagarse a fin de mes. La rutina de una salud indigna y sin recursos, el aparato educacional neoliberal pensado para la lobotomía capitalista, nos ha convertido en sujetos deseantes de aquello que arranca de raíz nuestras imaginaciones. La consigna “Chile Despertó”, relampaguea el estado de ensoñación con que este sistema enferma y patologiza la existencia, haciéndonos dependientes de los medicamentos y el consumo de productos alienantes, es decir, la administración pauperizada de la vida. Una colonización capitalista y patriarcal.
3.- Ante el desacato y la rebelión generalizada, absortos por el desborde frente al miedo que por tantos años gestionaron, el gobierno ha respondido con la militarización absoluta. El criminal ejército de chile que transita hoy libre de polvo y paja, ha asesinado a más de cuarenta miembros del pueblo en solo seis días. Como bestias, han torturado y abusado sexualmente a mujeres, disparando incuantificables veces a civiles desarmados. Han golpeado con puños y lumas, consumido estimulantes solo para continuar la represión. Han amenazado de muerte y la han provocado. Siembran la cultura del terror que cosechan. Llevan los cadáveres de Chile en sus cuerpos. Esto no es nuevo. En la futawillimapu se han mantenido estas prácticas genocidas desde la mal llamada “pacificación de la Araucanía” hasta el día de hoy. La instauración de la macro zona sur policial ha servido como campo de preparación de la actual militarización chilena.
4,- “Chile despertó” dicen los carteles en las calles, las pantallas en la red. ¿De qué hemos despertado? Tal vez estábamos sumidos como durmiendo en la ilusión de tener una vida al estilo del primer mundo, como dijo Piñera en su discurso refiriéndose a Chile como un oasis en Latinoamérica. Esa ilusión del estilo de vida norteamericano está alimentada por la idea de tener más capacidad adquisitiva que conseguimos solo a través del endeudamiento. Más encima, empatizamos con la empresa que nos endeuda, bajo la bandera de defensa por la propiedad privada. Los verdaderos saqueadores o, más bien, usurpadores ya estaban echándose al pueblo al bolsillo desde hace mucho tiempo y están frente a las cámaras entregando discursos que burlan su inteligencia, dando órdenes a los militares para ocupar con sus fusiles las calles que con tanta dificultad recuperamos a medias en el año 88.
5.- Sobre la declaración de estar en guerra de Piñera, es importantísimo aclarar que es el Estado de Chile el que ha declarado la guerra contra el pueblo. Lo ha hecho usurpando territorio, autonomía, el derecho a un buen vivir, a la libertad para generar pensamiento; soltando mastines cazadores en nuestras calles buscando someter a quienes nos creímos alguna vez en libertad. El Estado nos traiciona.
6.- Buscamos sembrar el pensamiento de la imaginación como espacio para la construcción de libertad, como herramienta para la creación de una nueva realidad y desalambrar la concepción de pueblo. Deseamos reivindicar la necesidad del arte situado en esta contingencia, reubicar la atención sobre el arte como manifestación política. Cuando la imaginación es acción, comprende su tiempo histórico y es materia prima de la disputa por la construcción del presente, donde podamos conjugar las formas de vida que multipliquen sus intensidades y potencien los conocimientos colectivos. La búsqueda de un mejor porvenir no es la de un futuro vacío sino que es la reactivación de una chispa que viene de los anhelos del pasado de los oprimidos y que interconecta a las generaciones en el presente. El pasado todavía vivo, con el que aún no se han ajustado cuentas.
Ainileufu/Valdivia, 24 de Octubre de 2019
