Eros: poemas de amor y otros lugares comunes, es el último libro publicado por la poeta Teresa Calderón. Sin duda, un poemario seductor, enamora en cada verso, en cada palabra, en cada metáfora. Habla desde la pasión, alude a Dionisos, al dios del instinto, de la líbido, de las misteriosas fuerzas ocultas del espíritu. Es un poemario especial para amantes, para quienes han amado y siguen amando ahora y siempre. Se trata de un sentimiento de naturaleza infinita, que no se agota, aun cuando las fuerzas del cuerpo se pierdan. “Polvo serán, mas polvo enamorado”, apuntó Quevedo hablando del tema en su poema inmortal: Amor constante más allá de la muerte.
La poesía siempre es una luz, una linterna en el túnel. Un fogonazo de esperanza para el caminante, a quien atraviesa de punta a punta la existencia conociendo de antemano su fatal destino. Expresa todo lo vivido y alienta el inconsciente colectivo eterno de los pueblos civilizados. Teresa Calderón lo sabe. Maneja muy bien su arte, pulsando las notas más sensibles, agudas y diáfanas; aquellas que brotan de la experiencia misma del amor, del deseo y la pasión que lo acompaña. En sus poemas se abrazan cuerpos y almas en un nudo indisoluble. ¿Puede haber amor sin pasión…, hay pasión sin amor? ¿Qué se ama cuando se ama?, inquiere Gonzalo Rojas en otro poema inmortal a propósito del mismo tema.
El lenguaje del poemario es cotidiano, casi tomado del habla oral, pero usado con la suspicacia y precisión del oficio poético, de quien busca perpetuar las emociones y sentimientos que lo embargan, “Tú serás el plato que deseo / adobado y agridulce, / Te cocinaré a fuego lento / como hacemos las brujas.” Se trata de un poemario abierto a todo tipo de lector, donde cada verso se entiende y se siente como algo propio, en el sentido de pasar por experiencias parecidas.
Publicar un poemario de amor pasados los años del ardor de la sangre, deja manifiesta su inmortalidad, su ser imperecedero. El amor en sus múltiples posibilidades e interpretaciones no se agota jamás. ¿Será eso lo que nos viene a recordar Teresa Calderón?
"¿Dónde estaremos cuando no haya horas / y el tiempo se quede sin arena".
Cualquiera que lea este libro encontrará más de una imagen o emoción que lo interprete.
Milito en ti
en el frente de tus huesos.
Bajo el polvo los muerdo amor
uno a uno
y estallo contigo en la trinchera.
***
A la manera de Manuel Silva Acevedo, quien, a su vez, la hizo a la manera de Apollinaire.
Susurro como abeja impertinente
Triso como alondra matutina
Ululo como búha por las noches
Hablo como cotorra herida
Maúllo como gata en celo
Barrito como elefanta huérfana
Balo como cabra de monte
Silbo como serpiente encantadora
Rujo por mi cachorro como leona
Relincho como yegua cuando te tengo.
Qué bestia que soy.
***
Me visitaron tus ojos. Tengo hambre te dije.
Me regalaste tu cuerpo Dios mío y comulgué con ansias.
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Por Miguel de Loyola
