Reprochar con amor el paso del tiempo. Reprocharlo a punta de palabras. Reprochar lo inexorable con pura poesía, ¡oh paradoja!, es detenerlo para siempre en el poema para la posteridad: Son las horas/ Delicia del olvido/ Promesa/ Triunfo de la desintegración/ Callado misterio/ Sueño profanado donde habita la eternidad.
Un poeta que siempre sorprende. Esta vez, más aún porque son 50 poemas: 25 en español y 25 trasladados al francés por el maestro Mario Hamlet-Metz, crítico de Lamartine y profesor de literatura francesa. Podría preguntarse en justicia el lector ¿por qué son 50 poemas y no 25 traducidos? Es simple: cada traducción es un nuevo poema que nace en otro imaginario, otro sonido, otra y distinta propuesta de lectura. Este es un libro que crece en un tercer idioma que resulta del espejeo entre ambas lenguas.
En fin, Amoroso reproche de las horas nos permite transitar desde el origen, e incluso desde antes del origen de toda forma de vida, hasta el final del tiempo de cada especie, porque el tiempo continúa, somos nosotros quienes avanzamos en la línea del tiempo en tan breve lapso. Entretanto el sujeto lírico ha llevado a su lector, de viaje por los más trascendentales tópicos literarios: la vida, el amor, la belleza, el deseo, la divinidad: Ese es el pacto/ El único./ Y Dios ahí/ Habitando el pacto/ El acto. El ajeno en el mundo: Soy parte de la primera creación/, Pero un extranjero aquí. El destino intransable “Ah, qué fue de mi vida”, comenta,/ En el umbral de su larga espera. La muerte: Alguien robó al sol su propia luz/ (…)/ Alguien huyó/ Con tu cuerpo herido. La profecía:Entonces, al fin seremos/ Tal como estaba anunciado.
La nostalgia de la infancia: Aroma lejano/ Pan tostado/ Dulce de membrillo/ Corremos/ Nos reímos/ Papá pregunta/ “¿Dónde estarán los/ océanos evaporados por el sol?”/ La abuela responde veloz:/ “En esta copita de anís”.
El diálogo de los amantes en su muerte se proyecta como la voz que no da tregua a la Nada, a los últimos instantes que son el acto de amor y de muerte al mismo tiempo:
Ella: Te siento respirar / Mi aliento profundo se va contigo / Ya no temeré a las fieras // Él: Tus pechos se clavan en mi pecho / Mi destino se ancla en el tuyo.
En el poema Cantiga de los bosques se emprende el registro que ha de reinar en esta obra donde siempre el presente se vuelve pasado a la espera de un futuro que se aproxima. En este poema, la fauna y la especie floral se despliegan como un canto a la vida más intensa aún por lo efímera: Las especies olvidadas encuentran paz en la mudez de sus sombras/ Tapices cambiantes borrados por la noche.// Es una forma de morir, al fin.// Los bosques cantan así su inmensa soledad.
El tejido gira en torno al cuestionamiento permanente sobre la consistencia del “tiempo” y nos preguntamos de qué material inasible estarán hechas las horas y minutos: Si mueres de noche, amanecerá al instante./ Si mueres de día, la noche durará un segundo.
Y sobre el mismo engranaje, una joya para cerrar “esta/mi” lectura de Amoroso reproche a las horas de Juan Antonio Muñoz:
¿Por qué he de amarte hoy o mañana?/ Si ya ayer te amaba/ Y aun antes sin conocerte/ Y también entre ayer y hoy/ Y entre hoy y mañana/ En ese segundo tembloroso perdido en el infinito.
Mayo 2022
Durante la Presentación
Centro Cultural Las Condes, 19 de noviembre de 2022
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Amoroso reproche para Juan Antonio Muñoz
"Amoroso reproche a las horas", Puerto de Escape, 2022, 196 págs.
Por Teresa Calderón